Juntos éramos tan fuertes que la vida decidió separarnos. Tú y yo fuimos invencibles, amor, que al mundo le pareció tan injusto.
Hoy que no te tengo, el destino me castiga con lágrimas, cada risa que hizo eco con la tuya se ha hecho vacío, y dejaste solo melancolía en mí.
Maldita mi suerte y mi decisión precipitada, antes de ti mi aura ya era patética, después de nosotros conocí una oscuridad que jamás pensé que existiría.
La belleza nunca dura y nosotros no fuimos la excepción.
No hay comentarios:
Publicar un comentario