En medio de este mar y sus fauces oscuras, entreveo algo tan bello que me hace resistir, que me prohíbe morir: eso es tu recuerdo.
Y para invocarte no necesito ver tus fotografías, ni buscar tu voz, ni tocarte. Mi don especial es mi imaginación, y cuando la hago mi amiga, tu recuerdo es más hermoso que cuando estábamos juntos.
Puede parecer raro, pero es que en mi mente puedo cambiar nuestro final por uno feliz. En mi mente y fantasías no fuimos cobardes, en mis sueños logré ser suficiente para tu corazón. Aquí en este jardín, sí logré esperarte un poco más.
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