miércoles, 19 de octubre de 2011

Otra vez.



¿Por qué no he podido dejar de quererlo o borrarlo de mi memoria? Siempre que le pienso mi corazón se vuelve a acelerar y cuando escucho su nombre, se inicia en mí una batalla interna, entre amarlo y odiarlo, necesitarlo y querer alejarlo.

Es un sentimiento tan complicado, inexplicable. Ya no encuentro las palabras para intentar entenderme a mí misma y descubrir la razón de este amor. Me dejo caer en picada a un incendio de recuerdos, permito que cada una de sus llamas me envuelva, me envicio estúpidamente del pasado, ¿por qué lo hago?

Él es todo y al mismo tiempo es nada, amo y aborrezco su forma de actuar, sus ojos son mi delirio y por eso a veces deseo arrancárselos, ¡Esto es una orgía de emociones reprimidas! Siento y sé que llegar al paraíso es estar a su lado, besar sus labios y aferrarme a sus manos. Estar lejos de él y amarlo desde esa misma lejanía es el verdadero infierno, el único.

Podrán pasar muchísimos años, podré cambiar de mil maneras e incluso podré fijar mi mirada en otra persona, pero estoy consciente que de amar como lo amo a él, jamás a nadie más, me conozco demasiado bien.

Y en cada luna lo extraño más, en cada sol anhelo todavía más sus besos.
Escribiré notas para él, otra vez.

sábado, 15 de octubre de 2011

No te irías.


Sé que sería mejor renunciar a todo esto, sinceramente ya estoy cansada de las personas que fingen ser algo y al tiempo que les brindas tu confianza te demuestran otra cosa. Pero soy adicta a insistir en lo imposible. No voy a pedir perdón, porque no soy una mala persona, sólo que no he sabido sentir y darme cuenta de quién cumplirá la promesa de siempre permanecer cuando yo le necesite. Soy una persona con muchos problemas, muchísimos, cambios de humor tanto negativos como positivos, demasiado sentimental por dentro y fría por fuera, pero quién se jacte de quererme sabrá soportar mis defectos y viceversa. Y estoy segura de que tengo a las personas correctas conmigo, las que se fueron y las que quizás se irán, darán la vuelta para nunca regresar, puesto que cierro esas puertas con candado y jamás vuelvo a abrirlas. Que a pesar de tantas heridas de diversas cosas, soy una persona feliz, soy alguien que todavía puede sonreír y convertir los días en algo hermoso, porque el poder de la felicidad está en mi interior, yo puedo cambiar el contexto de las cosas. Los amigos y el amor son sólo un complemento, una pieza que falta, que a veces suelo hacerla demasiado grande. Sé que puedo, y con la frente en alto, presumir de tener a gente fantástica en mi vida, gente real y única, eso es lo que vale, esa es la razón. Y también puedo asegurar, a pesar de las circunstancias, que tengo al hombre que amo cerca de mí, ¡es irónico! Pero así es. Y con eso me basta y me sobra. Gracias.

sábado, 8 de octubre de 2011

Para Annie - Poe.


¡Gracias a Dios! la crisis, el mal ha pasado y
la lánguida enfermedad ha desaparecido por
fin, y la fiebre llamada «vivir» está vencida.

——

Tristemente, sé que estoy desposeído de mi
fuerza, y no muevo un músculo mientras estoy
tendido, todo a lo largo. Pero, ¿qué importa?
Siento que voy mejor paulatinamente.

——

Y reposo tan tranquilamente, en el presente,
en mi lecho, que a contemplarme se me
creería muerto, y podría estremecer al que me
viera, creyéndome muerto.

——

Las lamentaciones y los gemidos, los suspiros
y las lágrimas son apaciguadas entre tanto
por esta horrible palpitación de mi corazón;
¡ah, esta horrible palpitación!

La incomodidad,—el disgusto—el cruel sufrimiento—han
cesado con la fiebre que enloquecía
mi cerebro, con la fiebre llamada «vivir»
que consumía mi cerebro.

——

Y de todos los tormentos, aquel que más
tortura ha cesado: el terrible tormento de la
sed por la corriente oscura de una pasión maldita.
He bebido de un agua que apaga toda
sed.

——

He bebido de un agua que corre con sonido
arrullador, de una fuente subterránea pero
poco profunda, de una caverna que no está
muy lejos, bajo tierra.

¡Ah! que no sea dicho jamás: mi cuarto
está oscuro, mi lecho es estrecho; porque
jamás ningún hombre durmió en lecho igual—y
para dormir verdaderamente, es en un
lecho como éste en el que hay que acostarse.

——

Mi alma tantalizada reposa dulcemente aquí,
olvidando, sin recordarlas jamás, sus rosas, sus
antiguas ansias de mirtos y de rosas.

——

Pues ahora, mientras reposa tan tranquilamente,
imagina a su alrededor, una más santa
fragancia de pensamientos, una fragancia de
romero mezclado a pensamientos, a sabor callejero
y al de los bellos y rígidos pensamientos.

——

Y así yace ella, dichosamente sumergida
en recuerdos perennes de la constancia y de la
belleza de Annie, anegada en un beso a las trenzas
de Annie.

——

Tiernamente me abraza, apasionadamente
me acaricia. Y entonces caigo dulcemente
adormecido sobre su seno, profundamente adormido
del cielo de su seno.

——

Y así reposo tan tranquilamente en mi lecho—conociendo
su amor—que me creéis muerto.
Y así reposo, tan serenamente en mi lecho,—con
su amor en mi corazón,—que me creéis
muerto, que os estremecéis al verme, creyéndome
muerto.

——

Pero mi corazón es más brillante que todas
las estrellas del cielo, porque brilla para Annie,
abrasado por la luz del amor de mi Annie, por
el recuerdo de los bellos ojos luminosos de mi
Annie...

Ojalá mi joven vida fuera un sueño duradero - Poe.


Ojalá mi joven vida fuera un sueño duradero!
Y mi espíritu durmiera hasta que el rayo certero
De una eternidad anunciara el nuevo día.
¡Sí! Aunque el largo sueño fuera de agonía
Siempre sería mejor que estar despierto
Para quien tuvo, desde el nacimiento
En el dulce tierra, el corazón
Prisionero del caos de la pasión.

Mas si ese sueño persistiera eternamente
Como los sueños infantiles en mi mente
Solían persistir, si eso ocurriera,
Sería ridículo esperar una quimera.
Porque he soñado que el sol resplandecía
En el cielo estival, lleno de luz bravía
Y de belleza, y mi corazón he paseado
Por climas remotos e inventados,
Junto a seres imaginarios, sólo previstos
Por mí... ¿qué más podría haber visto?.

Pero una vez, una única vez, y ya no olvidaré
Aquel bárbaro momento, un poder o no se qué
Hechizo me ciñó, o fue que el viento helado
Sopló de noche y al marchar dejó grabado
En mi espíritu su rastro, o fue la Luna
Que brilló en mis sueños con especial fortuna
Y frialdad, o las estrellas... en cualquier caso
El sueño fue como ese viento: démosle paso.

Yo he sido feliz, pues, aunque el sistema
Fuera un sueño. Fui feliz, y adoro el tema:
¡Sueños!. Tanto por su intenso colorido
Que oponen a lo real, y porque al ojo delirante
Ofrecen cosas más bellas y abundantes
Del paraíso y del amor, ¡y todas nuestras!
Que la esperanza joven en sus mejores muestras.

Amigos que por siempre nos dejaron - Poe.


Amigos que por siempre nos dejaron,
caros amigos para siempre idos,
fuera del tiempo, ¡y fuera del espacio!

Para el alma nutrida de pesares,
para el transido corazón acaso.

EDGAR ALLAN POE

‘De cuantos anhelan tu presencia’

De todos cuantos anhelan tu presencia
como una mañana,
De todos cuantos padecen tu ausencia
como una noche,
Como el destierro inapelable del sol sagrado
Allende el firmamento; de todos los dolientes que a cada instante
Te bendicen por la esperanza, por la vida, ah,
y sobre todo,
Por haberles devuelto la fe extraviada, enterrada
En la verdad, en la virtud, en la raza del hombre...

De todos aquellos que, cuando agonizaban
en el lecho impío
De la desesperanza, se han incorporado de pronto
Al oírte susurrar con dulzura: "¡Que haya luz!",
Al oírte susurrar esas palabras acentuadas
Por el sereno brillo de tus ojos...

De todos tus numerosos deudores,
cuya gratitud
Raya la veneración, recuerda, oh,
no olvides nunca
A tu devoto más ferviente, al más incondicional,
Y piensa que estas líneas vacilantes
las habrá escrito él,
Ese que ahora, al escribirlas,
se emociona pensando
Que su espíritu comulga con el espíritu
de un ángel.

jueves, 6 de octubre de 2011

¿Nunca me dejes?


Vino a mí, un instante, un conmovedor recuerdo, lágrimas congeladas, remembranza borrosa que me llena de dudas, intranquilidad y melancolía.

Aquel día, en que la noche era iluminada por una hermosa luna llena, el día más feliz. Nunca olvidaré nuestra conversación, nuestros planes futuros, las promesas y toda aquella palabrería absurda de amor ingenuo, amor romántico. Y aquellas tres palabras que pronunciaste, que aún comparten mis desvelos, que me asfixian de coraje e impotencia. Dijiste arrastrando los labios...'Nunca me dejes'. Animaste a mi corazón, me alimentaste de júbilo y emoción, eso significaba que nunca me dejarías, nunca te irías, ¡jamás! ¡Qué fácil y agradable sería cumplirte la promesa de por siempre quedarme! Juré por lo más sagrado que permanecería.

¿Qué sucedió? ¿En qué me equivoqué? Luché con todas mis fuerzas, con el alma sangrando, permanecer a tu lado. Pero tú me fallaste y te alejaste sin más. Así, ¿cómo podría cumplir mi juramento? ¡¿Cómo?! Todo se rompió, nuestros problemas nos dominaron, el orgullo clavó su espada en nuestros corazones, se terminó el sueño, se destruyó el castillo a cada paso que nos alejaba.

Repito, dijiste que nunca me dejarías y me hiciste prometer lo mismo, después todo acabó para nosotros e irónicamente nos convertimos en desconocidos. ¿Adónde se ha ido el 'nunca me dejes'? Se ha llevado mis ilusiones y te apartó de mí.

Murió


Díganme que sólo ha sido una pesadilla, por favor. Sus ojos perdieron el brillo, él ya no está conmigo. Deseo alcanzarlo, donde quiera que esté.

No podré abrazarte jamás, ni sentiré el calor de tu cuerpo. Regresa.

Me encuentro frente a tu tumba, es un infierno, lo peor de todo es que sé que tu espíritu ni siquiera está allí, ¿Donde estás? ¿Por qué me dejaste tan sola? Prometiste que nunca me abandonarías, que siempre estarías conmigo, ¡Maldigo al destino que decidió arrancarte de un golpe la vida!

Las lágrimas de mis ojos no te resucitarán, mas sin embargo estas no dejan de luchar por salir, nada puede curar este dolor. Ya no podré besarte, ni ver tus ojos negros, jamás volveré a tener la dicha de la luz de una sonrisa tuya.

¡Déjenme en paz! Deseo morir sobre su tumba y alcanzarlo en el famoso más allá, antes de que se pierda en el infinito. El me proporcionaba vida, me daba una razón, la razón. Mi alma está hecha pedazos, él con su muerte se llevó más de la mitad de mí, así no se puede respirar, ¡no me pidan que salga adelante! ¡No me expongan sus hipócritas condolencias que no me sirven de nada!

Quisiera detener el sufrimiento, acabar con este vacío existencial, salir de esta oscuridad y volverlo a tener. Pero nadie me lo regresará. Déjenme morir sobre su tumba, déjenme alcanzarlo.

Descanse en paz mi ilusión, descanse en paz el amor de mi vida.

domingo, 2 de octubre de 2011


El Último Deseo.
Theophile Gautier.



Hace ya tanto tiempo que te adoro,
dieciocho años son muchos instantes.
Eres de color rosa, yo soy pálido,
yo soy invierno y tú la primavera.

Lilas blancas como en un camposanto
en torno de mis sienes florecieron,
y pronto invadirán todo el cabello
enmarcando la frente ya marchita.

Mi sol descolorido que declina
al fin se perderá en el horizonte,
y en la colina fúnebre, a lo lejos,
contemplo la morada que me espera.

Deja al menos que caiga de tus labios
sobre mis labios un tardío beso,
para que así una vez esté en mi tumba,
en paz el corazón pueda dormir.

sábado, 1 de octubre de 2011

O C T U B R E, Y EL BLOG MÁS VIVO QUE NUNCA.





Gracias por el apoyo. Les mando muchos abrazos desde Andrómeda.

El que me da lástima eres tú.


A pesar de que soy yo la que manifiesta tristeza porque no estás, a pesar de que parezca que me duele tu ausencia y que muestre más de mis sentimientos de lo que debería. El que me da lástima eres tú.
Más allá de mis dolencias emocionales, mis cambios de humor, mi incesable menester de amor, de calor, de cariño. Más allá de mi ilusoria actitud negativa u oscura, el que me da lástima eres tú.
Yo sé que fui la única entre los dos que alguna vez sintió algo verdadero. Un amor puro. Fui la única entre los dos que cedió su corazón ante esta incoherente relación. Fui la única entre los dos que se arriesgó a someter su vida al sufrimiento. El que me causa pena eres tú.
Puedo ser un poco demente, imprudente, demasiado entregada al amor, cegada por las mentiras, por las promesas. Turbadora, boba, hipersensible. Todo lo negativo lo puedes encontrar en mí. Aun así, el que me da lástima eres tú.
Tuve tantas advertencias de las personas que ocupo, me señalaron que esto no era bueno para mí. ¡Me negué! “El es un ser impoluto, el es diferente, oh Dios él es lo que yo necesito”. Lamentablemente me equivoqué, todo se había zanjado. Pero el que me da lástima eres tú.
Lástima porque nunca sentiste lo que yo sentí, lástima porque nunca apreciaste lo que yo te ofrecí. Lástima porque aun no sabes lo que es el amor. Lástima porque todo para ti es un pasar, un relax, un aliviane. Nada de lo que dijiste fue real. No sentiste ese poder de seguridad que te enseña a volar. Me das lástima porque no sufriste, no reíste, no te trastornaste, no finalizaste algo que en ti ni siquiera empezó. Lástima porque nunca vislumbraste cuanto te amé. LÁSTIMA PORQUE MI AUSENCIA NO TE SIRVE DE NADA. Y lástima porque aunque parezca que estás lleno, realmente estas vacío.

Mi cuerpo trémulo anhela deshacer tu ausencia y con una simple palabra me imagino a tu presencia como un eco de un ángel hermosísimo que se anuncia en mis ojos. Tímida te observo, mordiéndome las uñas para no robarte un beso, desde esta lóbrega distancia que el destino marcó entre nosotros. Aspiro sólo a decirte que te amo, que las flores marchitas del jardín de mi alma suelen renacer con el brillo de tus ojos. ¡Ay de mí! Repentino, dulce y agradable dolor. Por favor no revuelvas tus cabellos con las manos, incitas a mis labios que palpitan nerviosos y mis ojos no se mantienen en su lugar. Me queda susurrarle estas palabras a la pared, imaginando que aquí te tengo, abrazando tu recuerdo, soñando que tu historia se adhería a la mía. Yo sé que mis palabras escasean de concordancia pero este amor me está volviendo loca, pero enciérrenme en un manicomio de palabras y seré feliz porque tú eres cuanto se concentra mi voz; mi dolor, mi poesía, mí todavía pensamiento de niña.
Pero ¡Búscame! ¡Encuéntrame! Y entonces sabré que al final eres mío, así como el néctar de tu boca fría y la fortaleza de tu pecho que no permitirán que reconozca el miedo nunca jamás. Te amo durante los días de lluvia, en las eternas noches de insomnio, por horas y deshoras, pensando en ti. Acarició los pétalos de una rosa roja, así tocaré tu piel con vehemencia. Te quiero en los momentos afligidos y en los felices. Alguna vez hice una promesa y sería que hasta después de la muerte te querría aún más.