domingo, 31 de marzo de 2013

Al que partió

Necesito que sepas que no has dejado de ser el único en mi vida, que te mantengo más presente cada día. Ambos nos extrañamos pero juntos no estamos. Y es evidente como te anhelo de regreso en mi mundo, el vacío que dejaste no puede llenarse con nada. Nos queremos, aunque de lejos, recordamos aquellos besos en la madrugada, en aquel frío y solitario parque. Me han dicho que quieres volver y yo he tenido que tragarme las ganas de decirles que te espero con los brazos abiertos; el inmenso deseo de escribirte la falta que me haces y decirte que yo también te amo. No puedo seguir fingiendo que ya no estás plasmado en mis torpes letras.

lunes, 25 de marzo de 2013

Ha pasado un año

Un día como el de hoy, tú nos dejaste. Ni siquiera pude despedirme.
Nunca me olvido de ti, siempre vas a permanecer en mi corazón; mi mejor amigo, mi angelito.
Recuerdo cuando te ponías en mis pies y con la mirada me pedías que te abrazara, que te acariciara. Yo te llenaba de palabras tiernas y bajabas las orejitas, feliz.
No pedías mucho y a cambio nos dabas tanto.
Eras el amigo perfecto, cuando sentías mi tristeza te acercabas y me regalabas de tu compañía. Y me transmitías una paz infinita, una gran tranquilidad.
Yo no te olvido, mi amigo.

De extraordinario nada tenía

No sé por qué me enamoré de ti; me pregunto una y mil veces qué fue lo que en ti vi que no podía ver en nadie más. En realidad eres igual que los demás, verdaderamente de especial en ti no existe nada. Te veía hermoso en mi imaginación, en las fotografías, tu risa y tu voz. Encontraba el paraíso en cada uno de tus gestos, me sumergía en la tristeza si no sabía de ti, me hacías demasiada falta. Y ahora sé que eres tan simple, tan bajo; que existe tan poco por descubrir en ti, que tu boca no dice más que tonterías, y que de diferente no tienes ni una pizca.

sábado, 23 de marzo de 2013

Love








Soy un caso perdido

Parece bastante gracioso cómo terminamos aquí, por qué nos enamoramos así. Vaya, que realmente no lo soportaba, no coincidía en nada con lo que para mí estaba bien; y aunque sigue siendo así, ahora no concibo pasar el día sin saber de él. Resulta evidente que al paso del tiempo, lo necesito más, que cuando está ausente se apodera de mí la tristeza, un vacío. Lo sueño cada noche, lo pienso.
Antes odiaba la llegada del amanecer, ahora la adoro, porque tengo la certeza de que encontraré un mensaje suyo diciéndome cuánto me ama.
No tenía demasiadas esperanzas para el futuro, todo giraba en torno a los recuerdos, a un amor del pasado que parecía no irse jamás; pero él llegó y descomunalmente lo modificó todo.
Y sí, dije que no una vez ¿recuerdas?
Que no pasaría, que de él y su insensatez no me enamoraría.

Fue un jueves

Después sabrás que todo mi silencio te nombra, que toda la soledad me sabe a ti, que cerraré los ojos para mirarte y un suspiro se unirá a la infinita lista de besos que me guardo para ti, para cuando te vea.

martes, 19 de marzo de 2013

Aquí algo falta

Te recordé. Realmente siento que te necesito. Me había negado a aceptarlo abiertamente, pero las cosas no han cambiado mucho aquí, tu ausencia es lo que más se nota; la encuentro en la imagen que me devuelve el espejo, en las paredes de mi habitación donde alguna vez estuvo tu nombre. En cada esquina, en el café, en la preparatoria que fue testigo de nuestras experiencias. En todo lo que me acompaña, cuando abro los ojos creo encontrar los tuyos, y después nada. 
Me pregunto en qué lugar de la casa no estará impregnada tu esencia, en qué rincón no están grabadas tus risas despreocupadas, las eternas conversaciones, los besos y las caricias. Si existe, quisiera hallarlo; para dejar de llorarle a alguien que no volverá.
Qué bellas madrugadas las de aquellos años, viéndonos los labios con ansiedad, colmándonos de ternura, de abrazos, de palabras amorosas.
¿Recuerdas ese baile? Habíamos ingerido demasiado alcohol, y me sujetaste de la mano; te miré confundida, sonreíste, ay de esa sonrisa tan perfecta que me dominaba el corazón, el alma. A duras penas nos mantuvimos abrazados, y comenzamos a bailar sin sentido alrededor de la sala; recorriste mi espalda con la delicadeza de quien palpa algo de suma fragilidad y susurraste incoherencias, de las que pude rescatar un te amo, para que después todo se volviera difuso.
Aún no me siento lo suficientemente fuerte para decirte adiós.

http://youtu.be/_xoEUe0TGe0?t=59s

miércoles, 13 de marzo de 2013

Hielo y remembranza

Tengo miedo de lo que pueda suceder más adelante, de todas las lágrimas que tal vez derrame; de los engaños. Siento escalofríos cuando sospecho algo, parece que saldré lastimada, pero aún quiero confiar, todavía quiero creer que no me van a traicionar. ¿Es normal sentirme así? ¿O es que el pasado ya me ha afectado demasiado? Nunca acierto en las decisiones que tomo, así que esta vez no sería la primera en equivocarme.

  Me siento hasta cierto punto avergonzada, dolida al visualizar en lo que me he convertido, no entiendo si mis acciones han sido erradas, o al contrario, correctas. Quizás mis amigos siempre tuvieron la razón, quisieron ayudarme y me comporté como una tonta. O pudieron haberse equivocado, pudieron juzgar mal la historia, y entonces yo sería la persona más feliz que existe sobre la tierra.

  Hay inseguridad, frustración, celos, complejos, cigarros y alcohol. Por supuesto, si vas a hundirte, hazlo con estilo, corazón. Temo repetir esas desgracias. Seguramente volverá a pasar; otra decepción, relación fallida, amargura. No tengo la suficiente fortaleza para vivir tales crisis por segunda ocasión.

   A fin de cuentas él no me amó como decía; y en la oportunidad que se le presentó se olvidó de mí, de los miles de planes, de nuestra boda utópica, de aquel infortunado fruto del amor. Recuerdo todavía aquellos días, mientras que ahora está con alguien más, con otra ingenua. Después llegará otra y otra chica más. ¿Cuántos labios más desfilaran por su boca? ¿Cuántas caricias diferentes? ¿Cuánto dolor? No fui alguien especial, lo sé.

  Ahora no entiendo como después de tanto tiempo vuelves a entrometerte en mi mala poesía, en mis palabras; me persigues como una sombra, estás como tatuado en el alma. Nunca terminaste de marcharte, o yo jamás terminé de dejarte ir. Ni siquiera a ella, a la bella; ni siquiera a ella la hiciste feliz. Ella te amaba del mismo modo que yo te amaba a ti, ella era buena, dulce, perfecta...y también la heriste. ¿Qué será de tu vida ahora? Me han dicho que no has aprendido, que sigues siendo el mismo superficial, egocéntrico, amante de las palabras y  las promesas "bonitas".  Vaya lío en el que me vi envuelta.

  Él no es como tú, no puede serlo, no debe serlo; él es diferente, él es especial.
Él me ama y esperará, no se marchará. No tiene promesas que romper, ni corazones por destruir.
  
  Solo queda disfrutar lo que permanezca, y sufrir lo que se tenga que sufrir. Después de todo...

sábado, 9 de marzo de 2013

Después del amor

Se irguió con la desolación reflejada en los ojos, los rayos del sol parecían feroces al alumbrar su habitación, solo entonces arrojó las cortinas, regresándole la oscuridad a aquel funesto lugar. Le escocían las mejillas de tanto llorar, las ojeras adornaban tétricamente su alguna vez bonito rostro; su cabello era una maraña confusa y sucia. Y qué decir de las ropas que traía; una camisa arrugada, un pantalón colmado de agujeros, calcetas que no coincidían en el color. Le rodeaba un aura de vacío, de agotamiento. 
Ella se había ido, y conociendo su suerte, probablemente jamás volvería. ¿Cuántos días habían transitado desde entonces? ¿Cuántos meses? ¿Cuántos años? 

  Lo atacaba el recuerdo de la última caricia, de aquellas sonrisas sinceras, de los besos más puros, de los juramentos que había incumplido involuntariamente. Su cuerpo se movía de un lado a otro como un malformado títere, movía los labios pero jamás decía nada, abría los ojos pero no admiraba ni se maravillaba con lo que veía. 

  Odiaba el llegar de la noche casi tanto como odiaba el amanecer, se hallaba deambulando como alma en pena, por cada rincón de la casa. A veces se le daba por llorar quedamente, en otras ocasiones gritaba, en los días más difíciles destruía lo que tuviera la mala fortuna de cruzarse en su camino. Se autodestruía con todos los cigarrillos que circulaban por su boca, el humo danzaba en el aire dándole énfasis a tal acumulación de decadencia. Una hecatombe. Ni siquiera podía recordar si alguna vez había sido feliz.

domingo, 3 de marzo de 2013

No puedo acordarme de usted

No puedo precisar esas facciones suyas que eran objeto de mi fascinación. No logro imaginar aquellos ojos ¿qué color poseían? ¿Acaso cafés o verdes? Quizás eran azules o negros.
  Ya ni recuerdo la forma de esos labios que ofrecían a cada instante besar los míos. Las palabras que acostumbrábamos a decir, las indirectas torpes y las canciones como excusas; no puedo detallarlas como antes.  
  Usted lo era todo para mí, y en un cerrar de ojos parece que se convirtió en nada. No puedo recordar por qué lo amaba, qué acciones de su parte me ponían a temblar, qué gestos me enamoraron en usted, juro no sé. No puedo acordarme de su rostro, del olor que desprendía, ¿por qué me hacía sonreír en la madrugada? ¿Por qué disfrutaba y anhelaba de su compañía? ¿Por qué la distancia entre su cuerpo y el mío dolía tanto?
  Le cuestiono a mi corazón qué maravilla habría encontrado en usted antes, algo que ahora no puedo hallar por más que me esfuerce.

Cascada

Qué bonito es estar enamorada ¿no? Todo lo simple se transforma, todo lo que no importaba se vuelve vital. Todo se torna de colores, de alegría. Cada palabra que él te dice te parece perfecta; cada sonrisa y cada caricia.
Qué bello es estar enamorada.

viernes, 1 de marzo de 2013

Jodido el amor

El amor, en su maravilla, es capaz de destruirnos. Y aún así caemos en él, una y otra vez; no logramos aprender que lo que no funcionó no funcionará jamás. Que los amores tan pronto como llegan, se van.