martes, 19 de marzo de 2013

Aquí algo falta

Te recordé. Realmente siento que te necesito. Me había negado a aceptarlo abiertamente, pero las cosas no han cambiado mucho aquí, tu ausencia es lo que más se nota; la encuentro en la imagen que me devuelve el espejo, en las paredes de mi habitación donde alguna vez estuvo tu nombre. En cada esquina, en el café, en la preparatoria que fue testigo de nuestras experiencias. En todo lo que me acompaña, cuando abro los ojos creo encontrar los tuyos, y después nada. 
Me pregunto en qué lugar de la casa no estará impregnada tu esencia, en qué rincón no están grabadas tus risas despreocupadas, las eternas conversaciones, los besos y las caricias. Si existe, quisiera hallarlo; para dejar de llorarle a alguien que no volverá.
Qué bellas madrugadas las de aquellos años, viéndonos los labios con ansiedad, colmándonos de ternura, de abrazos, de palabras amorosas.
¿Recuerdas ese baile? Habíamos ingerido demasiado alcohol, y me sujetaste de la mano; te miré confundida, sonreíste, ay de esa sonrisa tan perfecta que me dominaba el corazón, el alma. A duras penas nos mantuvimos abrazados, y comenzamos a bailar sin sentido alrededor de la sala; recorriste mi espalda con la delicadeza de quien palpa algo de suma fragilidad y susurraste incoherencias, de las que pude rescatar un te amo, para que después todo se volviera difuso.
Aún no me siento lo suficientemente fuerte para decirte adiós.

http://youtu.be/_xoEUe0TGe0?t=59s

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