domingo, 10 de noviembre de 2013

Despedida.

3:45pm

Esta es mi última carta, y espero, las últimas lágrimas. Esta es la última vez que te recuerdo con dolor. "Último" qué difícil palabra, no sé cómo describirla. Tal vez los finales felices no existen, pero haré un esfuerzo por sonreír esta noche.

No deseo llenarme de más rencor, ni soñar con el sonido vago de tu voz, tampoco quiero prometerme ni esperanzarme. Lo único que necesito es recuperarme a mí misma y permitirte que te recuperes. Le digo adiós a los enojos amorosos, al insomnio y a las pastillas que solo agravan la tristeza, el vacío. No solo me despido de ti hoy, me despido de los planes, de las estrategias, de la espera. Te pido perdón y te perdono. Liberémonos.

Me demostraste que el amor sí existe, me enseñaste a quererte a pesar de tus lados difíciles. Aprendí tanto de ti, tanto.

Sé que los últimos días fueron difíciles, la tensión me acobardó muchas ocasiones, el estrés de la distancia me ganó la batalla. Antes, amarte resultaba tan fácil como respirar.

Hoy te digo adiós para siempre, aunque una parte de mí estará eternamente contigo. Algo de mí se hizo tuyo, algo de ti se hizo mío. Me agrada pensar que es así.

Escribiendo esta carta, sonrío. Y lloro, y río con ganas para después volver a llorar. ¡Te digo adiós para siempre! Me libero, te libero.

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