martes, 12 de noviembre de 2013

Ideas sueltas|Novela| 2

Para Ian:

Mi amor, me dueles. Siempre fuiste mi ángel, mi protector. Cada día velabas por mi corazón.  A veces el destino puede ser injusto. ¿Por qué no me detuviste? Nunca debiste dejarme ir, ¡nunca! Debiste insistir y no encubrir a Fany. Yo hubiera confiado ciegamente en ti, amor mío. Te amaba... Y puedo decir que aún te amo.

No puedo comprender por qué Fany tuve que ser tan cruel. Nos separó del modo más despiadado.

En cuatro años no pude olvidar esos besos que me dabas, besos que embriagaban. En cuatro años no pude olvidar tu rostro, ni desechar el dulce aroma que emanaba de tu piel, no pude borrar cada caricia y cada una de las risas, o los "Te amo". Ni cien años podrían ayudarme a sacarte de mi alma. Ahora lo sé, y lo acepto.

¿Adónde te fuiste ahora, Ian? ¿Por dónde empezaré a buscarte? ¿Cómo le hago para que me devuelvas la vida?

Ian, donde sea que estés, espero que pienses en mí.

Te voy a encontrar, mi amor. Te voy a encontrar.

Ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario