sábado, 13 de agosto de 2022

Depresión mi prisión

Hay muchas cosas que han cambiado y que se han resuelto en mi vida, sin embargo no puedo evitar seguir sintiendo un gran vacío. Duelen las miradas de la gente que quiero, miradas cansadas de mí, hartas. Mejor me quedaré callada, mejor.

Acepto con resignación que difícilmente mi mente va a revolucionar, que de pronto me volveré fuerte y brillante como todos desearían que fuera. Ojalá ententieran lo cansada que estoy de respirar. Mi cerebro está destrozado, hay demasiadas imágenes en mi mente que vuelven la vida una pesadilla.

Sí, llámenme víctima, débil, tonta; ya nada me importa. Sólo espero con ansias y el tictac del reloj que coloqué en mi corazón, para ser libre del mundo para siempre y para que las personas que me quieren también lo sean de mí.

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