Existen estas dos vertientes en mi vida, por un lado agradezco el milagro de seguir viva por obra del universo, pero por otro, aunque siga creciendo en mi aprendizaje; me siento tan sola. Crezco, extrañamente en tierras baldías, en desiertos, ¿para qué? Si de cualquier manera ninguna otra flor crecerá en este desierto para sentir su compañía. Viva, pero sola, no requerida, no admirada, no amada. Condenada a crecer en un desierto.
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