Cuando no estoy contigo muero de sed, cuando no puedo ver tu sonrisa me quema el pecho, y tu risa, que ya jamás será para mí. Ojalá hubieras sabido que no podría volver a verte para permitirme darte un último beso. Me rompí y fue culpa mía, las cosas estaban dichas, ahora tengo que seguir adelante y perdonarme por hacer de ti una ilusión. Nunca te mentí; soy demasiado inocente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario