No quiero sentir más miedo; pero al mismo tiempo soy como el cristal, y todo me causa dolor. Quiero creer que algún día me voy a recuperar, que saldré al mundo como la persona que realmente soy, sin revicmitizarme como si todavía fuera una niña, menester de protección. Quiero tener el poder de hacer las cosas que disfruto, conocer personas afines a mi filosofía, a mí; agradecer.
Sólo entonces seré capaz de romper estas cadenas que me atan a pensamientos de horror, reacciones compulsivas, sufrimiento, necesidad de afecto fuera de mí: la libertad que me brindaría el amor propio.
No quiero seguir con planes de muerte,
No quiero abandonarte.
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