Me aferré tanto a mi antiguo hogar que ni siquiera noté que en el incendio se había convertido to-en cenizas.
Maldito y bendito pasado, ¿por qué te necesito tanto? Me cuesta tanto entender que mi cuerpo no es altar de fantasmas.
Lo que alguna vez amé y me amó ya no existe y debo resignarme. Debo desprenderme, soltar aquel cuchillo sin filo, ser feliz con lo que soy ahora. Merezco perdonarme y sanar mi alma; el dolor ahora es solo un eco, un cadáver del vívido intenso amor del pasado.
21/07/25
23:54
No hay comentarios:
Publicar un comentario