sábado, 13 de abril de 2013

Amorosa

Mi niño perfecto, estabas frente a mí otra vez; con esos ojos coquetos que parecían esconder miles de historias. Mi amor secreto, estabas dirigiéndote al salón de clases, con tu cabello despeinado, tu sonrisa traviesa y esa voz que en mis noches de insomnio retumbaba.

  Estabas tan distraído que ni siquiera me viste pasar, caminé zapateando de forma exagerada con la esperanza de que me verías, de que esos ojos cafés tan hermosos tendrían la necesidad de ver los míos. Corriste hacia tus amigos como si yo no existiera, y tal vez así era. Los saludaste efusivamente y yo te vi por última vez antes de entrar en el salón y escribir poemas tontos con versos dedicados a tu esencia y al amor que tantos años he guardado para ti.

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