sábado, 23 de abril de 2022

El rehilete no da vueltas en el infierno

Cuando la vida me da tiempo de reflexionar, sólo pienso ¿qué fue peor? ¿Que tu cobardía no te permitiera ni siquiera pronunciar un - no te quiero - o darme cuenta de lo importante que era para ti la hegemonía de esta maldita sociedad? ¿Que hubiera sido tan ciega como para no darme cuenta que nunca has podido ver la profundidad de este mar, sino sus olas en constante movimiento y que todos pueden ver? Si te puedo decir qué sentí, fue decepción, no porque no me quisieran, sino por darme cuenta que este pequeño lugar no guarda la poesía que estoy buscando, el arte que busco en el amor, la alegría de escribirle a un gran hombre, cosa que no puedo hacer con cualquiera. Pero lo más hartante fue tu tibieza para no saber decir nada, tu falta de léxico para demostrarme las cosas como son y que yo podía entender. Yo no soy igual de bruta que todas de las que me hablas. Y perdón, no miento. Pero qué puedo hacer, tengo cicatrices por dentro y por fuera, tengo cosas importantes de las cuales ocuparme, tengo que olvidarme de ser amada, porque este no es mi lugar y ya lo sabíamos. 

Ojalá nunca me hubiera dado cuenta de tanta superficialidad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario