viernes, 1 de abril de 2022

La boda IV

Nos conocimos saliendo solos de una sala de cine, terminando de ver una película de Stephen King. Recuerdo que me miró y yo me ruboricé porque lo encontraba atractivo. No es que sea una persona superficial, pero sentí calor en el pecho cuando me miró. Esa fue la primera vez que nos vimos.

Después descubrí que visitábamos la misma plaza muchas veces, sin embargo él ya no me veía, o al menos eso parecía. Entonces me conformé con la diversión y el cosquilleo de poder verlo desde lejos como una niña acosadora de quince años. 

Pero me equivoqué, él no me ignoraba, sólo fingía... ¿Típico de hombres? Quién sabe, pero sí me miraba, esperando la oportunidad o la valentía para dirigirse hacia mí. Y una vez que lo hizo todo siguió su curso evidente, empezando a conocernos de verdad, haciéndonos miles de preguntas hasta que se hacía de noche, hablando por teléfono en la madrugada, y yo sintiéndome ahora sí enamorada. Pero con miedo de no ser correspondida, a pesar de sus intenciones obvias, siempre fui una mujer insegura, así que era capaz de cegarme fácilmente.

¿También se estaba enamorando de mí? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario