I. El extravío
No recuerdo el instante exacto en que sucedió.
Solo supe que ya ni mi sombra era mía,
que mi amor propio se había arrojado al vacío.
El mundo dejó de sostenerme
y me abandonó en un cuarto sin ventanas.
Dejé de sentirlo todo,
hasta la última chispa de esperanza.
II. Refugio en la soledad
La soledad siempre fue mi amiga,
mi aliada de antaño,
y por mucho tiempo la olvidé.
Ahora es el vientre donde comienza mi curación.
El silencio se volvió un lago quieto
donde alivié mis heridas.
Tuve que reaprender a escuchar,
a validar mi cuerpo,
y en esa quietud
germinó mi raíz.
III. El retorno
Aún queda camino por andar,
pero deseo abrir la puerta al mundo
y sentir el aire reconciliándose con mi cabello.
Subir desde el fondo de este mar
con un pulmón nuevo,
mis pies reconociendo la ruta del regreso,
esta vez sin perderme.