miércoles, 26 de septiembre de 2012

Reencuentro sorpresivo

Aquella noche pude verte otra vez, ahí oculto entre un juego de sombras. Me limité a sonreír, era casi una utopía, luego de tantos años me reencontraba con tu odiosa y penetrante mirada avellanada. Después de que para mi vida ya te habías transformado en una clase de fantasma, un vigilante que podía atacarme en mis insomnios y librarme en mis amaneceres. Eras sólo un recuerdo, una remembranza rota. 
Repentinos flashbacks y nada más. 
Aquella noche te vi, iluminado por una luna poderosa y unas estrellas envidiosas, rodeado de gente vacía, llana y superficial. Reías huecamente causándome escalofríos, posiblemente ya no eras quien solía conocer. Inclusive, podría jurar que tus facciones se habían endurecido, ¡no pude encontrar en esos ojos cafés el brillo que tantas veces me brindó seguridad!, paz. No pude encontrarte en ese cuerpo marcado por los años, ¿cómo pudiste perderte? Vuelvo a revivir el pasado, nuestro pasado. Escucho risas sinceras, escapes estúpidos, abrazos, lágrimas y consejos. 
Aquella noche recibí la sorpresa de tu presencia en una metamorfosis, debo decir, siniestra.
¿Cuando te desviaste, corazón?

domingo, 23 de septiembre de 2012

Inseguridad, pérdida y decepción.

Ya tenía todo preparado, inconscientemente ya nos veía a los dos de cierta manera. Me hice sueños, si supieras, tan estúpidos, tan alejados de la realidad. ¿He pasado por tu mente? Ya ni sé de la vida, han pasado demasiados años, sí, el tiempo duele. Puede que deba renunciar, resignarme y darme cuenta de que jamás lograré tenerte para mí. Tal vez es momento de aceptar que no naciste para mí. Al menos para mí, la lucha terminó. Ganaste cariño. Aunque ya me hice adicta a ti, por mi parte no hay manera de olvidar. 

Gracias David, hermano de corazón, tu canción me inspiró.

lunes, 17 de septiembre de 2012

Si yo pudiera

Tocar tus manos, como aquellos lo hacen sólo por saludarte.
Besar tu mejilla, como las que lo hacen por rutina.
Escuchar tu voz, como los que te rodean la escuchan.
Ver tu rostro cada día, como quienes lo hacen sin emoción.
Todos acostumbrados a tu presencia,
yo sufriendo tu ausencia.

Si yo pudiera verte todos los días como ellos lo hacen,
Analizaría cada parte de ti, hasta hartarme.
Si yo pudiera tocarte, acariciaría tu piel con alegría,
memorizando tu textura.
Si yo pudiera rozar tu mejilla con mis labios, como ellas,
desearía permanecer así más tiempo del permitido.

Si yo pudiera tener tu voz cerca,
la apreciaría cual si fuera un tesoro.
Si yo pudiera verte, jamás me aburriría de hacerlo.
Sólo si pudiera, así sería.

Escuchar tus quejas por lo terrible que es tu trabajo,
Conocer tus enfados por tonterías y hacerte reír,
Tener tu risa, convertirla en mía.
Detener lágrimas que escapen de tus ojos,
Conversar contigo con mi voz, no por medio de letras.
Si yo pudiera, lo haría de esa manera.

Si pudiera tenerte aquí,
o si yo pudiera estar ahí,
qué no haría, ¡Qué no haría!

jueves, 13 de septiembre de 2012

Escribirte

Pasan los días y meses y sigo tratando escribir de ti, buscando definirte, tratando de reducirte a palabras. Tratando de sacarte de mi mente y corazón y ponerte en papel. Deshacerme de ti. Pero pasan los meses y los años y te tengo más presente que nunca. Más marcado en el corazón. Y cada día dueles más. Duele estar sin ti. No puede haber distancia más grande que este silencio.

-Vía Tumblr.

Búhos, mariposas y elefantes

Nunca entendí tu forma de ser, específicamente tu forma de ser conmigo, pero tampoco me importó enterarme, sólo quería tu atención, esa que tuve durante algunas semanas y que después se esfumó en tus pensamientos.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

La fuente de las lágrimas

James Blunt - High

¡Gracias!

Feliz cumpleaños a mí, y como en esa película de terror que no recuerdo el nombre, mataré a todos y armaré una fiesta. *Foreveralone* No es cierto, o no del todo (? Pues como todos los años, subo aquí algo especial entre las felicitaciones. Pero en general, todos fueron bien lindos, como siempre. Muchísimas gracias por su cariño y su apoyo. No lo voy a olvidar :) Les dejo un mensaje que me dejó mi esposa vía facebook, tal cual lo escribió. Pd: LA AMO.

"Tienes que leerlo cantando sino NOVALE. "Éstas son las madrugaditas que cantaba la mostachita, hoy por ser tu cumpleaños te las canta a ti, me vale si te despierto, mira lo que te escribí, Ya los pajaritos duermen, Y la Luna sigue ahí(8). Miamor, mivida, micielo, mibeibi, MITODO, ¡Feliz Feliz Cumpleaños corazón! Hoy es un día muy especial. Hoy hace un par de años, nació una personita, una hermosa mujercita, una preciosa y muy guapetona señorita, Una señorita que cambió mi vida, Una señorita a la cuál yo amo con toooodo mi corazónsote. La amo muchísimo, así mucho, así exagerado cabrón. Y la amo, así con todo y sus defectos, así con sus arranques de locura, aún así con su insomnio, haciéndola parecer un hermoso búho♥, Aún así con sus deprimiciones, ASÍ LA AMO. Y la amo muchísimo más, porque aún no conociéndola en persona, me ha brindado todo su apoyo y su hermosísima amistad, y en verdad, aprecio eso de verdad. Bebé, enserio, te doy las gracias, las gracias por todo, y le doy más gracias a Dios, por haberte puesto en mi vida, enserio, algún día, ¡ALGÚN PINCHE DÍA! Nos conoceremos en persona y neta, toda ranchera y así, te pinches abrazaré y lloraré, porque te pinches amo, así cabrrrrón. Miamorsito, te deseo muchísisisisimo éxito, así de lo mejor, También te deseo mucho amor, y muchas cosas lindas. Espero que tengas un EXCLENTE día. Te amo demasiado. ¡FELIZ CUMPLEAÑOS, QUERIDA! Te quiero Andromédita de mi Corazón.♥"

Gracias a TODOS. Ahora me voy a fingir que tengo una gran vida social y que armaré un fieston entre semana, me alcoholizaré, dejando a un lado la universidad y siendo valemadrista. Adiós!

Ah y gracias papá, por el arreglo tan hermoso. La verdad no lo esperaba!



martes, 11 de septiembre de 2012

Me dejaste

Me dejaste un beso en la gaveta
y un brasier tirado en el sofá
un ataque de celos en la mesa
y tu perfume pegado en la pared.
Me dejaste el mundo de cabeza
y un grito en el contestador
que anunciaba con toda certeza
que esta vez se te acabó el amor.
Me dejaste un pero y un por qué
unos cuantos insultos y un adiós
una duda flotando en mi cabeza
y la promesa de no volver jamás.
Lo que siento lo guardo en la nevera,
por si un día decides regresar.
¿qué hago con este cementerio de sueños
y con toda mi mitad,
con esta deuda de afectos
y con tanta libertad?
¿qué hago con este insomnio en las noches
y mi falta de apetito?
¿dónde meto los reproches
y tu foto si la pongo o la quito?
Me vendiste un sueño al dos por uno
y me dejaste solo realidad.
una casa minada de recuerdos
y el dentífrico aplastado a la mitad.
Me dejaste el tiempo que perdí,
te llevaste mi despertador.
me dejaste la ropa interior
que te di para quitártela.
Lo que siento será cuestión de tiempo
para ver si se queda o se va.

domingo, 9 de septiembre de 2012

Cartero

Hace poco visité San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Íbamos paseando por ahí mi hermanito y yo. Nos detuvimos donde vimos a un montón de gente rodeando a alguien, curiosos nos acercamos y vimos a un tipo disfrazado de cartero. Si tú le dabas dinero (lo que quisieras darle) él te daba una carta. Mi hermanito recibió una, y lo que contenía me gustó mucho. Les comparto el escrito :)

“Por tu recuerdo, que hoy me viene a la memoria, que me enseñó a expresar mis sentimientos con letras, mediante un escrito, un texto, unos cuantos párrafos plasmados en un pedazo de papel.

Si vieras todo lo que ha cambiado esto de la comunicación epistolar. Otro mundo. Se han perdido los fondos y las formas. Ahora todas las cartas son “online”, que para que tú te enteres, es lo mismo que decir: imposible de tocar y guardar, atadas con cintas de colores, o medidas en la lata de ate de membrillo. Nada de papel cebolla al escribir largas cartas para que pesara menos, y costara menos el franqueo. Nada de sobres y sellos. Nada de pulidas caligrafías inglesas y besos marcados al final con lápiz de labios.

Nada nos cuesta una carta de amor de varios folios, sólo escribimos telegramas, e-mails. Los sobres y sellos se han convertido en íconos. Un pequeño dibujito alusivo, lo mismo que los besos de antes. Ahora tenemos dibujitos con caritas amarillas, “emoticonos” llaman a esas bolitas hepáticas transmisoras de sentimientos preestablecidos. La dedicada caligrafía, fuentes, no de fresca agua, sino de tipos de letras a elegir. Tanto que hasta se nos está olvidando escribir de puño y letra, ya sea para ocultar la mala caligrafía o la mala ortografía. No es más que el sistema que nos hace ser parte de él, vivir para ser o ser para vivir.

Es más barato que una carta, pero acaso ¿El amor o el sentimiento tiene precio? Hemos olvidado sentirnos motivados para escribir una carta y no podemos ni siquiera recordar la expectativa de buscar una respuesta con la esencia de quien te escribe con la respuesta esperada, sea buena o mala.

Cuando pienso en esa enorme cartera de cuero que cargabas al hombro, en la gran de cartas que llevabas dentro, tan enclenque como estabas. Yo no sé ni cómo podías con ella. Comprensible las escalas en cada cantina que encontrabas a tu paso. Al final no sé si dejaste de trabajar y quedaste ahogado en alcohol, o es que te echaron del trabajo, por la cantidad de cartas que perdías, diario con la mona dormido en una jardinera si entregabas o dejabas de hacerlo, no lo sé, solo tú lo sabes.

Si entregué la correspondencia a tiempo o morí en el intento, si encontré la sonrisa del destinatario cuando al entregar el paquete que lo hizo feliz, eso me ata a este gran compromiso, con el sentimiento efímero de haberlo hecho y la huella imposible de borrar de un agradecimiento sincero. Tal vez deba dejar este empleo ahora que nadie me necesita, aunque sea parte de mí, nací siendo mensajero o cada quien tiene el destino que merece. Amamos lo que nos hace feliz, pero no la forma de serlo.

He decidido ser cartero…”

Darien el payaso II


Erin se asustó aún más, no encontraba una explicación lógica para lo que veía. Se talló los ojos intentando borrar la imagen, pero en cambio, tenía a Darien más cerca de ella.
-Aléjese – chilló ella.
-No te haré daño – sonrió el payaso – confía en mí.
-¿Qué quieres?
-Ayudarte – dijo Darien – he visto cómo has sufrido por culpa de esos insolentes e idiotas niños. Ellos no comprenden – carraspeó – ellos no son especiales como tú.
-No soy especial – Erin agachó la cabeza – nunca lo he sido.
-Al contrario – respondió el payaso – Tú eres especial, por eso no encajas en este mundo. Si me obedeces sin chistar, puedo llevarte a mi mundo mágico, en donde serás amada siempre.
-En el mundo mágico, ¿no me molestarán? ¿Tendré amigos? – Preguntó la inocente pelirroja.
-Miles de amiguitos con los cuales compartirás grandes aventuras, te lo aseguro. Nadie te molestará, al contrario, te honrarán.
-¿Qué tengo que hacer Darien? Por favor, por favor, llévame ahí. No soporto más estar aquí – suplicó Erin ante la sonrisa de suficiencia del payaso.
-Por lo pronto, dame la mano para confirmar nuestro trato. Eso sí, una vez aceptado, tienes que cumplir con todo lo que yo ordene. Y te prometo, te llevaré al mundo mágico. ¿Estamos?
-De acuerdo – dijo la niña apretando la mano fría de Darien.
-Ahora debo irme – dijo el payaso – pero volveré con tu primera misión. Toma – le entregó una pulsera de color negro – no te la quites por nada, o algo malo podría pasar.
Erin se colocó la pulsera en la muñeca izquierda y al alzar la mirada, Darien había desaparecido siendo reemplazado por la figura de su abuelo.
-¿Qué haces niña? – preguntó el viejo asustado. Erin tenía un cuchillo en la mano que le había dejado una pequeña laceración en forma de triángulo, precisamente en la muñeca izquierda.
-Am – balbuceó la niña extrañada también – yo…quería cortar fruta y me lastimé accidentalmente.
-No vuelvas a tocar los cuchillos – dijo el abuelo llevándose el objeto para después dirigirse a ver la televisión.
¿Qué había  pasado en realidad? Erin creyó que se había vuelto loca.
Al anochecer, después de haber terminado su tarea, Erin se dio un baño. Notó que su herida, extrañamente ya se había vuelto una cicatriz. Confundida terminó de bañarse y se dirigió a la cama. Esa noche, las pesadillas no la dejaron descansar.

sábado, 8 de septiembre de 2012

Cuatro años hacia delante VII


-Fin del juego – dijo Eduardo y yo abrí los ojos extrañada, en lugar de sus labios ahora me ofrecía su mano. La tomé y me ayudó a levantarme. Me sentí incómoda y no supe qué decir. Dios, iba a besar a mi mejor amigo y presumía de amar a Ian, ¿qué demonios pasaba conmigo?
Eddie me dio la espalda, me dejé caer en el sillón. Creí que se había molestado y sentí un nudo en la garganta que comenzaba a sofocarme. Pero de pronto, Eddie se volvió a mí con una sonrisa.

-¿Todo bien? – Indagué
-Mejor que nunca – respondió ampliando aún más su sonrisa - ¿Quieres bailar?
-¿Bailar? – Solté una risita - ¿apoco ya aprendiste?
-Obviamente – dijo ofendido – ya no soy tan torpe como antes, aunque no lo creas.
-Demuéstramelo – sonreí coquetamente de forma involuntaria.

Eduardo me miró de la misma forma en que yo lo veía, se dirigió al aparato de música y colocó un disco. La música comenzó a inundar la sala de forma bastante romántica.
“Va a pasar algo ya verás, no tienes por qué disimular. Sé muy bien a dónde vas y no me pienso quedar atrás. Va a pasar algo ya lo sé, siento la estática en la piel, tus ojos no saben mentir, son como un faro para mí...”
Miré al chico que tenía enfrente con una mezcla de dulzura y de recuerdos arremolinados en mi cabeza. Me levanté y me colgué en sus hombros, él me tomó de la cintura y nos empezamos a mover con gracia por la enorme sala. El chico había cambiado muchísimo, su manera de bailar era exquisita y mágica, sentí que mis pies se despegaban del suelo.
“Cierra la puerta y déjame tocar una canción de viejos amores con tus manos. Tal vez debíamos aceptar que nos perdimos y ya está. Y es que estamos como locos intentando apagar toda la luz que nace cuando nos miramos…”
Seguimos moviéndonos en la pista improvisada, al ritmo de la música que cada vez exigía más movimientos. Solamente me dejé guiar por Eduardo que hundía su nariz en mi cabello.
 -¿Qué decías sobre mi forma de bailar? – me susurró causándome escalofrío.
-Que es usted un maestro del baile – me reí y continuamos nuestra danza.
“… ¿Qué sabemos del amor? ¿Por qué brillamos tú y yo? Y la pregunta es la razón. Porque tuvimos que llegar, porque seguimos más allá. Tal vez sería el momento de escapar, tal vez debíamos aceptar que nos perdimos y ya está.”
La canción terminó pero Eduardo y yo seguimos moviéndonos al compás de una melodía imaginaria. Hasta que después de varios minutos, nos separamos.

-Guau Eduardo, me has sorprendido por completo – Murmuré.
-Gracias – rió – estuve practicando para cuando te volviera a ver.
-Eres hermoso – dije despeinándolo un poco – De verdad lo eres.

Flashback (FINAL)

El sonidito estúpido de un pájaro en la ventana me hizo despertar de golpe a mitad de la noche. Me levanté desprotegiéndome de las cómodas sábanas y me asomé a ahuyentar al animal. Ese pájaro tonto se fue y con él se llevó mis ganas de dormir. Traté en vano de volver a conciliar el sueño, pero no lo logré y para colmo me dio sed. Salí de la recámara y me aventuré a la cocina, al entrar tomé un pequeño vaso de un almacén, serví agua, me senté y bebí con paciencia. De la nada recordé mi beso con Ian y escupí el agua de mi boca, me reí de mí misma. Todavía no podía creer lo estúpida que había sido, pero también, el inmenso amor con el que había cometido ese acto. Instintivamente coloqué mis dedos en los labios, reviviendo el momento.

-¿Sin sueño? – preguntó una voz en mi oído que hizo que pusiera los ojos como platos y lanzara un grito ahogado. Alcé la mirada y precisamente, sí, era Ian que se rascaba la cabeza, confundido. Poco a poco se acercó a mí y se sentó a mi lado.
-Me espantaste – exclamé - ¿te desperté?
-No, no te preocupes, yo tampoco puedo dormir – me sonrió.
-Ah.

Permanecimos en silencio por varios minutos, tenerlo tan cerca era algo que me ponía nerviosa, haciéndome recordar por milésima vez, el pasado. Un pasado que me estrujaba los sesos, me mataba. Sentí volverme cenizas, con la ironía de que ese hombre que tanto me había lastimado ahora me sonreía con ternura a escasa distancia de mí. Tan cerca, tan atrayente. Pero no volvería a caer.

-¿En qué piensas? – Dijo Ian tocando mi hombro.
-Me acuerdo de locuras – reí.
-Yo también – imitó mi risa.
-Es raro, volver a tenerte de frente – resoplé.
-¿Recuerdas lo bien que la pasábamos? – Dijo Ian.
-Sí – sonreí – todo era perfecto.
-Eras mi chillona.
-Y tú mi tremendo idiota – ambos reímos. – Pero todo se truncó.
-Te quería de verdad – me miró Ian con los ojos acuosos.
-No empieces Ian, a estas alturas no repitas tus mentiras – solté agachando la mirada.
-No miento.
-Sí, lo haces todo el tiempo – me quejé.
-¡No lo hice! Nunca me dejaste explicarte….
-Cállate de una vez Ian. Eso pasó hace demasiado tiempo, ya no vale la pena discutirlo. No luchaste por mí. Decidí irme y tú…no me detuviste. – Lloré sin poder contenerme más.
-¡Sufrí mucho por tu ausencia! Yo…creí que no me querías más, por eso te dejé en paz – tomó de mi muñeca, totalmente irritado.
-¡¿Sufriste?! – Grité – No sabes, no tienes idea de lo que es sufrir. Yo te amaba pero no te importó – sollocé.
-Intenté hablarte, pero tú me cerraste el paso.
-Yo siempre estuve esperándote. Te ofrecí todo lo que poseía o podría poseer y me escupiste en la cara con tu engaño.
-Pero yo jamás te…- suspiró – Perdóname por todo el daño que te hice, perdóname, perdóname, perdóname mi amor. – me abrazó.

Sus manos comenzaron a rodearme, me sentí como una niña pequeña a la que estaban consolando porque se le rompió su juguete nuevo. El latido de su corazón me ubicó en un mar de fantasías. Y el estúpido de Ian, volvió a besarme. Y me perdí. Sonreí, entonces una paz comenzó a florecer de mi pecho. No sé de qué forma explicarlo, pero me sentí en libertad. Empujé a Ian y le propiné una cachetada, la cual disfruté. Después de tantos años, la respiración se me hizo amena, no podía creerlo.

-Hace mucho que te perdoné Ian – acaricié su roja mejilla – te amo – él sonrió entusiasmado – Pero nuestra historia ya fue – sonreí yo – Fue una historia hermosa, la mejor. Fuiste el hombre de mi vida Ian, pero no nacimos para estar juntos. Nunca voy a olvidarte corazón. – lloré sin dolor.
-¿Tanto me aborreces? – Preguntó con voz quebrada. Estaba llorando. Nunca lo había visto llorar así. Por un momento me quise echar para atrás.
-Te amo – le recordé – lo que viví contigo no se repetirá jamás, siempre ocuparás un lugar especial, y de hecho el más grande, en mi corazón.
-Yo también te amo – respondió resignado.
Me acerqué y lo besé a modo de despedida.

Fin del flashback


jueves, 6 de septiembre de 2012

Enfrentando realidades y cerrando ciclos

Nunca olvides quien eres y para qué vives. No existen escapes eternos, no ignores tu realidad por soñar en exceso, a la larga te daña el corazón y el alma. Te lo dice alguien que ha pasado por eso en repetidas ocasiones. Ese rostro que te muestra el espejo todos los días, eres tú, no puedes cambiar eso. Aprende a valorarte tal y como eres, porque nadie te amará si no empiezas por amarte tú. Puede ser un cliché, pero por algo lo es, ¿no crees? Sé que no es fácil, yo también me he odiado, he aborrecido mi vida, he rechazado mi realidad. Pero eso no arregla nada, al contrario, te desmorona más. ¿De verdad quieres pasar toda tu existencia lamentándote por lo que no tienes? ¡Al contrario! Disfrútate, ámate, vívete, para poder hacer lo mismo con las personas que te quieren. Cúrate el alma, porque si piensas que aparecerá el príncipe azul y lo hará, estás perdida. Levántate por tu propia cuenta, llora mares pero ríe aún más. No desperdicies la vida, porque al estar viejo, uno se arrepiente, y contra la muerte no se puede luchar. Es más, podrías morir mañana y entonces, no habrías hecho nada por ti. Sería una existencia decepcionante, estarías muerta en vida. Entonces te vuelvo a decir esperando ser clara, nadie te resolverá las cosas, hazlo tú. Nunca dije que sería fácil, pero lo vale, te juro que lo vale. Ah y otra cosa, aprende a no sobrevalorar a las personas, eso te brindará mucha paz, créeme.

miércoles, 5 de septiembre de 2012

“Mataba las horas rimando, en un cuaderno a rayas, versos llenos de odio contra el mundo y los espejos. El mundo, lejos de sentirse aludido, seguía girando [que es lo suyo], desdeñoso, sin importarle un carajo mi existencia. Y los espejos, cabrones, en vez de consolarme con mentiras más o menos piadosas, me sostenían cruelmente la mirada.”

-Joaquín Sabina.

Carta de "Pacto suicida" para la novela "MDO". (Contestación)

José:
Bebé, ¿tu amor es tan grande para sacrificar la vida? Porque siendo así, ¡acepto el riesgo! También te amo, y tampoco soporto estar tan lejos de ti siempre, tener que mantenerme enjaulada en este infierno que me ha impuesto mi familia. No entiendo por qué no pueden aceptarte y ya, ¡quisiera que dejaran de meterse en mi vida de una jodida vez! La vida es injusta con nosotros Pepe, parece que confabulara contra nosotros. Estoy consciente de que en esta vida, no tenemos ningún futuro. Te necesito tanto, corazón, y estoy dispuesta a todo para que finalmente podamos estar unidos, aún después de la muerte. Y te juro, por el amor que te tengo, que no habrá miedo en mi corazón, pues finalmente como tú has dicho, seremos libertados. ¡Te amo muchísimo Pepe! Y mi ansia por nuestro sacrificio es más grande que cualquier otro sentimiento, créeme, no cabe en mí la duda, y espero que en ti tampoco, sólo así podremos ser felices. Te ruego cumplas tu palabra. Quiero que estemos en ese paraíso del que hablas, reunirnos en ese infinito, en paz. Tenemos que consumarlo cuanto antes José, mi madre me tiene vigilada las veinticuatro horas del día, cada vez que intento salir mi hermano hace un papel de guardaespaldas, estos días inclusive me han tenido encerrada. En resumen, no podré reunirme contigo, me duele demasiado este hecho. Pero son idiotas si creen que así nos van a detener cariño; te propongo que realicemos el acto esta misma noche, tú en el malecón donde acordaste y yo me encargaré de poner fin a mi vida en mi propia casa, acabándome tal como decidiste tú. Así como tú me pediste que confiara en ti, te pido el mismo voto para mí, te juro que deseo tanto esta salida como tú, y que no te fallaré, cumpliré mi parte de nuestro pacto suicida. Estamos juntos en esto amor mío, te amo y espero pronto verte del otro lado.
Yamileth.




MDO

sábado, 1 de septiembre de 2012

Post Mortem

Sé que me has notado más distante de lo habitual y es que razones me sobran y tú lo sabes muy bien. No podemos seguir haciéndonos los ciegos y soñar ridículamente que podemos reparar este abismo que se creó entre nosotros desde que perdimos al ser que nos unía. Hay demasiado rencor en mi interior, no puedo colocarme una venda e imaginar que ninguna tragedia sucedió, ¡No es posible dejarme sostener de tus brazos ni decirte que te amo, ya no más! Tus intentos vanos de acercarte a mí hacen más grande mi dolor, mi desprecio y mi creciente odio. Nuestra hija era todo mi mundo, era mi motor, mi niña, mi luz, ¿cómo pretendes que deje escapar la sensación de que por ella yo existía? Tenerla entre nosotros, ¿sabes? Me hacía amarte. Sin la magia que brotaba de sus pequeñísimas manos, no siento nada cuando estoy contigo. ¿Y qué hay de sus dientitos que nunca crecerán? ¿Y de su cuerpo que jamás se estirará? Ni siquiera un ‘Te quiero mamá’. No puedo vivir feliz al lado de la persona que llegó a ser partícipe de la destrucción de mis ilusiones, no me pidas que te ame, no lo haré. Perdóname si soy cobarde, no puedo enfrentarme a esto que día con día me hunde. He intentado arreglarlo, pero viene a mi mente la imagen de mi bebé reducida a nada, sin forma, sin color, ¡no pude encontrar ni sus ojos entre ese bulto negro! Mi hija descompuesta completamente, sin la oportunidad de tan siquiera haber fallecido en paz. No puedo olvidar como escuché, y juro que así fue, como mi corazón, mi pecho, mi alma se desgarraban lentamente al encontrarme semejante negrura caliente y pútrida en la que la convirtieron. ¿Por qué a ella? Ella que sólo era un angelito inocente que comenzaba a conocer el mundo, ella que nunca le hizo daño a nadie, ella que sólo quería descubrir la vida, viviendo infinidad de aventuras. Tuvo que morir de la forma más cruel. ¿Quieres que deje pasar el momento en el cual enloquecí y traté vacíamente de resucitar a nuestra pequeña? Es imposible, no sabes cuánto lo lamento, perderla me convirtió en una clase de objeto inanimado, no siento nada cuando me tocas, ¡ni lo sentiría con nadie otra vez! Si me besas sólo degusto cenizas. No hay deseo, amor, atracción, se acabó todo para mí. No podría mirarte a los ojos de nuevo, porque inmediatamente vería a nuestra hija reflejada en ellos, no lo soportaría, no podemos arreglarlo. Tengo que escapar de aquí cuánto antes, sólo quiero dejar de pensar en todo esto y el ambiente en el que nos encontramos no me ayuda, al contrario, entierra los recuerdos en todo mi cuerpo. Siento como si estuviese en una cárcel y los barrotes fueran las garras de la asesina de mi criatura, ¿puedes comprender lo que digo? Ser madre fue maravilloso, sentir a mi bebé dentro de mí, imaginé verla crecer, ideé un futuro perfecto para ella, ¡Maldita muerte prematura forzada! Hoy deseé que nuestra hija se hubiera quedado más tiempo en mi vientre, manteniéndose protegida, inquebrantable, dependiendo únicamente de mi amor. Insisto, ya no puedo regresar el tiempo, aunque daría mi vida y lo que fuese por traerla de vuelta. Entiende mi posición por favor, no quiero estar ni un minuto más cerca de ti, de toda esta llamarada de sucesos lamentables, de equivocaciones irreparables y de sentimientos no correspondidos. No sigas pensando que podemos cambiarlo, no creas que volveré a arrojarme sobre tu pecho y sonreiré con alegría repitiendo mil veces que te amo, ya no es ni será, aunque olvidemos el rencor, en cualquier momento volveré a caer en una crisis maternal que me hará anhelar crear un pacto suicida. Espero que tengas suerte y que logres recuperarte por ti mismo, yo intentaré reconstruirme, lejos de ti. No existo más para ti.

Carta de "Pacto suicida" para la novela "MDO".


Yamileth:
Princesa, puede que al terminar de leer mi carta llegues a pensar lo peor de mí. Quizás soy un egoísta, pero ya no puedo convivir con este martirio que provoca la adversidad y el miedo de que jamás vuelva a existir un nosotros. Me has enamorado tanto, no me veo sin ti.
Admito que soy un lunático, sin embargo te aseguro que esta ambición será por la defensa del amor que algún tiempo atrás nació entre tú y yo. Tú sabes que te amo infinitamente, y ese mismo gran amor me ha llevado al punto de la desesperación, de la tristeza y la frustración.
Desesperación, por querer brindarte lo mejor, ofrecerte una familia con sustento y un decente hogar, y no ser más que un pobre diablo con la economía al ras del suelo.
Frustración, por el rechazo y odio de tu familia hacia mi persona, tener que mantenerme mucho tiempo sin poder besarte con libertad, sin poder verte.
Tristeza, por tener que encontrarte a escondidas, ¡como si lo que sentimos fuera una aberración! He intentado por todos los medios posibles obtener la aprobación de tu madre, pero ella junto a tu hermano me hunden a cada paso que elijo tomar. ¿Por qué nadie puede comprendernos? Si nuestro único error fue haber nacido en clases sociales diferentes, henos aquí culpables. Yamileth, no puedo soportar más este dolor de no tenerte ciento por ciento conmigo. La vida, la sociedad de alguna manera nos separa y eso me vuelve loco.
He estado buscando salidas, ¿y sabes? No todo está perdido princesa, no.
Te repito, yo te amo y sé, confío plenamente en  que tú me amas con la misma intensidad. Amor, yo por ti mataría…y también moriría. ¿Serías capaz de todo por estar conmigo? ¿Aún teniendo que cometer la mayor de las faltas? ¿Una blasfemia? Te quiero a mi lado en el más allá, en una eternidad, sin tener que soportar más horas y deshoras de agónicas separaciones. Quiero llevarte al paraíso, sé que es un lugar donde lo nuestro no tendría que terminar nunca jamás. Sin trajes, ni cohetes, ni ciencia que nos diga cómo proseguir…
Es difícil, pero llegaré al punto sin más decoro: La única forma de permanecer juntos es en la muerte, sin ataduras, ni una humanidad que juzgue nuestros actos y prohíba nuestro querer. Por medio de un pacto suicida que terminará con todo, y que a la vez, ¡puede ofrecernos un nuevo comienzo! ¿Puedes imaginar cómo sería eso Yami?
Amor, cada día es más difícil para mí mantenerme lejos de ti, ¿sabes? odio vivir con ese miedo de que en cualquier momento tu madre te mande aún más lejos y acabe con todo esto que con tanto esfuerzo hemos forjado. Miedo de no volver a probar tus labios, de no volver a hacerte mía con libertad, admirar tu perfecta belleza ni tu delicada anatomía. Quiero que hagamos un sacrificio quizás demasiado peligroso, pero acertado, para finalmente ser lo que siempre deseamos ser: felices. Lo único importante ahora es esto, espero que puedas entenderlo, que este enorme paso que daremos si tú decides aceptarlo, nos ofrezca el paraíso, nos fugaremos de esta apestosa, vomitiva y cruda realidad. 
Quiero morir, para que al abrir los ojos pueda encontrarte en ese preciso lugar del que ya he mencionado demasiado en esta carta, anhelo ver tu rostro de ángel provocándome una felicidad por completo real y que tú también seas capaz de sentirla, sin tapujos. No quedará gota de sangre en nuestros cuerpos del terror a nada ni a nadie, al fin libres de las cadenas del respirar, acabaremos con la frustración de no tenernos. El trágico final nos obsequiará un nuevo comienzo que hará de nuestra tortura una armonía perpetua, por primera vez seremos cínicos, insurrectos pues tu familia pagará de sus errores, incluso mis inocentes amigos serán lastimados, ¡pero date cuenta cuanto te amo que sólo me importas tú! Desconoceremos que nuestra liberación se transforme en el martirio de otro.
Por favor acepta mi propuesta cariño, es la única solución. Sé que nuestro amor es más grande que esta decepcionante vida. Para pactarlo, necesito que nos veamos el once de septiembre en el malecón, exactamente a las 00:30hrs para que nadie pueda interrumpirnos, ¡una apuñalada mutua en el corazón y obtendremos la libertad que durante todo este tiempo hemos esperado!
Sé que tienes miedo, pero te pido que confíes en mí, nos amamos. Ignoro cómo, cuándo y dónde nos encontraremos de nuevo amor, solo sigue los pasos que escribí y te prometo te veré aquí.
Será un lugar más bello de lo que acaso podríamos imaginar.
Nunca olvides que te amo,
PP.