A veces me gusta imaginar una ciudad cualquiera, solitaria y con mucho silencio. Y nosotros dos con el crujir de nuestros pasos en calles y avenidas. Analizo todo lo que podríamos hacer.
Y aunque de pronto puedo pensar cosas de niña pequeña, también nos imagino bailando en donde deberían haber automóviles, besándonos en un cine silencioso y probablemente algo aterrador. Tomarnos de la mano y caminar con la libertad de no compartir espacios con otras almas. Que aunque suene egoísta sólo se trata de fobia social.
No necesitaría darle explicaciones a nadie, ni hablar de cosas de las que no tengo en absoluto algún interés. Sé que contigo podría quedarme callada viendo el cielo nocturno, sintiéndome protegida. Porque el calor que emana de mi corazón cuando me abrazas, no tiene punto de comparación, ni lo tendrá.
Me gusta imaginar tanto silencio, tanto amor desbordado en sólo dos personas en el mundo. Sólo dos almas viejas que sueñan con cosas que nadie sueña.
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