jueves, 9 de junio de 2022

Miedos

Si no es a la muerte, es la vida; si no es el espejo, es la dismorfia. Si sólo pudieras estar unos minutos en mi cabeza, escuchando las voces que tengo que oír a diario, diciéndome que no valgo la pena, que no cumplo con los estándares de belleza, con la hegemonía artística de un poema de amor. Ni siquiera en mis letras existe estética. Sólo vomito las palabras antes de que las lágrimas y la ansiedad ganen la batalla de un día aparentemente normal. A veces quisiera ser perfecta, sin tener que condenarme a silencios, rechazo, incluso odios.

Mis cicatrices y su tacto no son agradables, no hay romance en caricias rotas, me muero de temor. Ojalá pudiera descansar de estas malditas voces que me hacen creer cosas que probablemente sólo sean fantasías. No encajo, es como si la vida no fuera hecha para mí, y sí, llegué accidentalmente. Si sólo se pudiera regresar el tiempo, y borrar mi recuerdo de las mentes de las personas a las que les importo de corazón. Porque ya es demasiado tarde, no puedo no herir. ¿Me enclaustro para salvarlos? Sé que me tengo que quedar, pero ya no quiero conocer a nadie más a quien pueda hacer de su vida un infierno.

Si sólo hubiera sido normal, o mis sueños se hicieran realidad como una ingenua película infantil. Si hubiera sido así ahora mismo estaría viviendo de mi arte, bailar, pintar, escribir rimas bellas, observando desnuda en mi habitación la lluvia en mi ventana. Sí, probablemente cliché, pero el cliché más hermoso para alguien como yo. Y leer hasta cansarme de tanto aprender, mientras el pianista invisible me inspira. ¿Realmente existe la inspiración? O existen los adictos al arte, como hay adictos al alcohol, al cigarro, a las drogas.

Ganimedes, estoy enamorada, y eso me tiene aterrada. Perseo, Andrómeda; ayúdenme a soltar el miedo. Al menos sólo este, porque es mi única esperanza. El amor. Lo demás ya no tiene importancia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario