miércoles, 27 de julio de 2022

Castillos de arena

Cuando pasan cosas como esta, los deseos de destrucción vuelven a mí. No importa cuántos planes y cuantos caminos haya tenido en mente, todo se destroza, como un castillo de arena. Sé que probablemente el sentido de la vida no existe, y por ello pasan decepciones tras decepciones, también alegrías y ganas de levantarse, enamorarse, amar. Pero hoy no.

Ese es el mayor sufrimiento que puede tener un ser humano, al no tener sentido de la vida, saber que no hay nadie celestial protegiendo tus pasos y que de un momento todo lo que tenías pensado hacer se viene abajo, por más injusto que parezca. Ni siquiera sabemos por qué existimos. Entiendo que para nosotros los no creyentes, el destino se construye con base a nuestras acciones; creando nuestras consecuencias. Aun así conozco personas que han hecho las cosas bien y todo les sale terriblemente mal. Y yo, que he sido inmadura, enferma y hasta cruel ¿cuándo pago mis consecuencias? Siento sus pasos, no me confío.

Creo que la existencia no está hecha para los débiles, ojalá biológicamente el cuerpo femenino escogiera sólo a los fuertes, aquellos que sabrán enfrentar con valentía las tristezas de la vida para disfrutar las cosas buenas. No sólo mal, mal, mal. A veces no soporto más.

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