Corina Alejandra, no necesitas que nadie te lo diga, ni que te lo compruebe; porque puedes salir herida. El amor tiene que venir de adentro hacia afuera, la aceptación corporal y emocional, porque sólo tú sabes lo que sentiste cuando pasaste por lo que pasaste, y nadie tiene derecho a minimizarlo. A pesar de tus trastornos y limitaciones temporales, eres una mujer valiosa, hay ternura en tu alma, respetas a los demás aún cuando a veces no te respeten como deberían, valoras sus heridas aunque no siempre lo merezcan. Porque cuando entregas tus sufrimientos en las palmas de alguien que no entiende tus razones, te lastimará inevitablemente.
Corina, ten cuidado en quiénes confías, no entregues tu cariño instantáneamente, eres una mujer con cualidades, sabes describir en cada palabra las emociones que habitan en tu corazón, transmites en prosa lo que muy poca gente puede. Y si un día amaneces con confianza también puedes hablar de una forma elocuente, directa. Eres importante, tu belleza radica en tu alma increíblemente pura, maravillosamente inocente. Porque no es malo ser dulce, ni ser verdadera. Nunca vuelvas a sentir que eres estúpida. Eres capaz, has enfrentado tantas cosas, y sí, mereces ser muy feliz; con el futuro que te está preparando el destino. No importa que tu proceso sea distinto, ningún ser humano es igual, ninguno.
Corina, que te quede claro, mereces respeto a tu persona, a tu cuerpo, a tus trastornos, a tus vivencias pasadas, a tu tiempo. Mereces ser querida por gente empática que encaje contigo. Perdónate de una vez y sigue adelante como siempre lo has hecho.
Te amo.
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