Jaulas de oro con los candados rotos, con el condicionamiento de ni
siquiera intentar escapar; porque a pesar de todo, los monstruos siguen aquí, y
nadie tiene idea de lo que mis ojos pueden ver y de lo que mis oídos tienen que
escuchar cada día a cada minuto. No hay manera de salir de aquí, las cadenas se
han vuelto mentales, el corazón vacío, un espíritu roto. Se me ha acabado el
tiempo para siquiera intentarlo, nadie me puede arrastrar fuera de aquí, el
despertar no existe. No hay corazones para refugiarse, ni lugares para escapar.
¿Para qué salir de esta jaula entonces? Los demonios se han convertido en mis
amigos, saben que no tienen que cuidarme de salir porque no lo voy a intentar,
afuera de este infierno no hay más que oscuridad para mí. Este dolor es
demasiado cómodo. Cada respiro lastima, cada amanecer es una lucha por permanecer,
por utilizar una de mis tantas máscaras de alegría, para que nadie sepa que mi
sueño secreto es morir. ¿Me preguntas por qué? No tengo dónde refugiarme, no
soy tan importante.
jueves, 21 de julio de 2022
Sin lugar a dónde huir
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