Cada vez que miro al espejo, te veo a ti, papá. Odio haber heredado tus rostro, tus ojos; porque yo de ti no tengo nada. No soy cruel, no soy de papel y no tengo el corazón de piedra. ¿Por qué la vida me dio tu cara? No soporto los espejos y quisiera arrancarme los ojos. Pero tengo que enfrentarte y decirte todas las cosas que nunca te pude decir. Mal padre, miserable, poco hombre, yo te amaba, yo te adoraba como una idiota. Me perdono por eso. Tengo mi propia personalidad y nadie me la quita. Soy fuerte, soy valiente y soy hermosa.
11/08/23 17:16
No hay comentarios:
Publicar un comentario