domingo, 24 de septiembre de 2023

Doce de septiembre de 1994

A ti, cuaderno tapizado de palabras, a ti, blog invisible. Puedo decirles lo más íntimo, mostrarme desnuda como si fuesen una persona,

Hoy cumplo veintinueve años (uf), ya tengo muchas canas y al mismo tiempo me sigo sintiendo como una adolescente.

Y sí, hubiera deseado tener las herramientas que tengo ahora, pero desde los quince años. Quizás ahora mismo habría cumplido mis sueños, peleado por ellos. Este día todos los años llueve, ¿Este será la excepción? Dios dios, cada cumpleaños me siento vacía y sigo reconstruyendo mi alma, pero soy como un juego de Jenga, de pronto un pequeño movimiento y todo de mí se cae y debo volver a empezar.

No me agrada mi cumpleaños, y no por la vejez, sino porque cada doce de septiembre me pregunto por qué sigo aquí. A veces creo que no llegaré a los treinta. No sé que estoy haciendo de mí, sólo deseo que este día se termine rápido, y olvidar, olvidar, olvidar. ¿Algún día esperaré mi cumpleaños con ilusión, fe ciega y esperanza? Creo que el camino ha sido extremadamente largo y complicado. (por favor, Dios dios, que mi padre no me busque más).

Mamá, mami, siempre serás mi heroína, mis ganas de vivir. Andrés, eres la persona, la única que me ha sostenido en medio de mis lágrimas. Emiliano, hicimos un gran equipo, gracias por haberme permitido cuidar de ti cuando eras un niño. Andrea, espero que pronto salgas del infierno en el que estás atrapada, que puedas ser tu misma sin sustancias y que logremos esa complicidad de hermanas a tiempo.

Cada año es uno menos, eso debería aliviar mi alma, aunque a veces me sienta obligada a vivir (quiero vivir, paz). Veintinueve años, ojos marrones, comprometida, a punto de _____________ a mi padre, con TLP, en tratamiento psicológico y psiquiátrico, con una pequeña familia que me ama tal como soy, con un futuro esperanzador, quiero que ellos estén orgullosos de mí, a pesar de que estos años no he hecho nada provechoso, no voy agachar la cabeza (frente a ti, nunca, nunca) yo me curo sola, por más acompañamiento, ansiolíticos, antidepresivos… Todo termina recayendo en mi disposición para mejorar. Fui feliz alguna vez, tampoco lo puedo negar, pero honestamente ahora mismo me siento en el limbo, quisiera cortarme sin derramar sangre sobre mi gente amada, pero eso no es posible, no tengo donde esconderme. Atrapa luz, regálame un pedacito de sol. Quiero ser poesía, arte, estética, invencible, muy querida por a la familia que herí por mi comportamiento. Sólo tengo un plan A, dejar ir aquello que nunca me quiso (nunca te he querido, ¿Qué no ves cómo está tu hermana?)

Mami, no quiero crecer, te quiero siempre junto a mí, abrazándote, con tu ahora a mamá, con tus ojitos preocupados (feliz o triste). Te necesito siempre, mamá, mami; no sabes que en el hospital nunca fui fuerte, sólo fingía, al llegar ahí lloraba mucho, porque no sabíamos tu diagnóstico, por mi padre maltratador emocional, por nuestra soledad.

Veintinueve y atravesé el umbral de los veintisiete (demasiado histriónica, lo sé), no me arrojé del auto, ni del puente de colores. Cumpleaños, un año menos aquí.

 

5:39                                          

No hay comentarios:

Publicar un comentario