Creador, universo; ayúdame a salir de este infierno. Me han tomado vulnerable, me vuelvo a sentir tan pequeña. No puedo más, quiero morir, ¿por qué no me dejas morir? O devuélveme las ansias por vivir. Ya no puedo sola, envía ayuda, envía amor propio.
domingo, 31 de julio de 2022
miércoles, 27 de julio de 2022
Castillos de arena
Cuando pasan cosas como esta, los deseos de destrucción vuelven a mí.
No importa cuántos planes y cuantos caminos haya tenido en mente, todo se
destroza, como un castillo de arena. Sé que probablemente el sentido de la vida
no existe, y por ello pasan decepciones tras decepciones, también alegrías y
ganas de levantarse, enamorarse, amar. Pero hoy no.
Ese es el mayor sufrimiento que puede tener un ser humano, al no tener sentido de la vida, saber que no hay nadie celestial protegiendo tus pasos y que de un momento todo lo que tenías pensado hacer se viene abajo, por más injusto que parezca. Ni siquiera sabemos por qué existimos. Entiendo que para nosotros los no creyentes, el destino se construye con base a nuestras acciones; creando nuestras consecuencias. Aun así conozco personas que han hecho las cosas bien y todo les sale terriblemente mal. Y yo, que he sido inmadura, enferma y hasta cruel ¿cuándo pago mis consecuencias? Siento sus pasos, no me confío.
Creo que la existencia no está hecha para los débiles, ojalá biológicamente el cuerpo femenino escogiera sólo a los fuertes, aquellos que sabrán enfrentar con valentía las tristezas de la vida para disfrutar las cosas buenas. No sólo mal, mal, mal. A veces no soporto más.
domingo, 24 de julio de 2022
No pueden hacerme creer que la magia no existe
sábado, 23 de julio de 2022
Mujer valiosa
jueves, 21 de julio de 2022
Sin lugar a dónde huir
Jaulas de oro con los candados rotos, con el condicionamiento de ni
siquiera intentar escapar; porque a pesar de todo, los monstruos siguen aquí, y
nadie tiene idea de lo que mis ojos pueden ver y de lo que mis oídos tienen que
escuchar cada día a cada minuto. No hay manera de salir de aquí, las cadenas se
han vuelto mentales, el corazón vacío, un espíritu roto. Se me ha acabado el
tiempo para siquiera intentarlo, nadie me puede arrastrar fuera de aquí, el
despertar no existe. No hay corazones para refugiarse, ni lugares para escapar.
¿Para qué salir de esta jaula entonces? Los demonios se han convertido en mis
amigos, saben que no tienen que cuidarme de salir porque no lo voy a intentar,
afuera de este infierno no hay más que oscuridad para mí. Este dolor es
demasiado cómodo. Cada respiro lastima, cada amanecer es una lucha por permanecer,
por utilizar una de mis tantas máscaras de alegría, para que nadie sepa que mi
sueño secreto es morir. ¿Me preguntas por qué? No tengo dónde refugiarme, no
soy tan importante.
martes, 19 de julio de 2022
¿Y cuándo te amas a ti misma?
Te desbordas por el rechazo de tu padre, te desvives por demostrarle a tu madre que jamás la abandonarás, te vuelves romántica y sientes cariño por gente que comienzas a conocer. Te cuesta aceptar frente a otra persona que todo eso también duele, aunque en apariencia digas que siempre será mejor demostrar tus sentimientos, también es cansado.
Un día me prometí a mí misma que comenzaría a trabajar en mi amor propio, y aunque leo y escribo sobre ello eso no significa que lo aplique en mi vida. Todavía estoy en la teoría, y me frustra no saber cómo iniciar a aplicarlo. No sé poner límites, tengo miedo de decir lo que pienso, prefiero terminar llorando en silencio o gritando de ira. Me he entregado a la gente que me importa, pero ¿cuándo me entrego a mi propia luz que se está apagando? ¿Cuándo dejo de llamarme estúpida? ¿Cuándo aprendo a quererme con mi carácter, mi cuerpo, mis problemas?
Es como si me sintiera avergonzada con la vida, como tener una deuda con ella porque me regala oxígeno todos los días. ¿Cuándo agradezco estar viva otro día más? Tengo que comenzar a subir esas escaleras, tengo que empezar a actuar con madurez real y enfrentarme a lo que no he querido enfrentarme, con miedo, pero amarme sin hipocresías, para poder entregarle ese amor a los demás. No puedo transmitir paz si no la habito primero yo.
lunes, 18 de julio de 2022
Emty
15/07/22 6:35pm
Hay días en los que no soy capaz de sentir nada. Ni tristeza, ni alegría, ni siquiera ira. Entonces me autolesiono para sentir que estoy viva. O busco problemas para lograr algo. Tengo miedo, soy un zombie, mi corazón ya no quiere latir. En ocasiones no me interesa estar muerta.
domingo, 17 de julio de 2022
No sueltes mi mano nunca más
A veces necesitamos nombres para expresar mejor nuestros sentimientos, a veces. Sólo quiero escribirte que te amo. Que amo la forma en que me mires aun estando despeinada o desarreglada, amo tu ternura y tu paciencia ante mis trastornos, amo que sepas escuchar y que no me juzgues, amo tus consejos que abren mi mente para posibilidades que no había considerado antes. Amo el poco o mucho tiempo que logramos pasar juntos, amo sentir que podemos dejar salir nuestra pasión en medio de un “te amo”. Amo sentir que eres mi destino, que la vida me está dando una hermosa oportunidad de amar y ser amada. Sentirme merecedora, eso me haces sentir. Amo tus ojitos y cejas igualmente expresivas que yo, el color de tu piel y la forma en que sonríes cuando te pones nervioso. Sé que nunca seré perfecta y que seguramente muchas otras personas te harían más feliz, pero hoy eres mi novio, hoy estás conmigo, hoy me amas. Y no quiero sobrepensar en nada más que eso. Te amo.
viernes, 15 de julio de 2022
Huir
No debo confiar en las personas, ¿cuándo voy a aprender? La gente es cruel, indistinta a lo que ya conozco. Nada en este mundo es de fiar. Quiero salir corriendo, sólo con él, que no es un humano cualquiera. Me siento tan débil y tan tonta. No funciona mi reloj.
martes, 12 de julio de 2022
Bajo el agua
sábado, 9 de julio de 2022
Cambios: Todo lo que perdí y todo lo que gané
Las personas le llaman “Giro de 180 grados”, y es verdad. El hecho de que mi mamá estuviera a punto de morir me mostró quiénes estaban conmigo de manera sincera y quiénes sólo para los momentos de risas y diversión. Fue cruel, pero necesario, y quizás también demasiado rápido. Tanto que me ha costado aceptarlo, y hay noches en las que me pregunto ¿cómo es posible? ¿Cómo he sido tan ciega?
Sin embargo también estoy agradecida, porque con todo este dolor y a pesar de él, pude discernir demasiadas cosas. En primer lugar, a mis veintisiete tuve que salir de mi burbuja de comodidad, de sentirme protegida en cierto sentido, de creer como toda persona ignorante que a mí o a mi familia no nos iba a pasar esto. Como si la vida te tuviera exento por alguna razón desconocida.
Se rompió la burbuja y me caí fuertemente, golpeándome cada extremidad, sangrando ahora de manera no provocada (ironías). Y tuve que ser yo la que hablara por primera vez, sola. La que peleara por los derechos de mi madre, la que la protegiera y no al revés. Y lo hice, dándome cuenta del gran amor que le tengo y que ella me tiene. Aunque por las noches terminara temblando y llorando en silencio mientras las enfermeras entraban cada tanto a monitorearla.
Perdí mucho, tristemente perdí el poco respeto que me quedaba hacia mi padre, perdí la sensación de que mi hermana mayor me iba a apoyar en un momento tan difícil. Perdí a los amigos que juraba me durarían para toda la vida. Los perdí a todos sin excepción, por culpa de nadie, es ley de vida, la gente cambia de rumbo, no todos transitamos la misma carretera.
Gané fuerzas, gané la segunda oportunidad de abrazar a mi mamá, gané la esperanza de que no estábamos tan solas: que su familia estaba allí para ella, sin importar personalidades, ni controversias pasadas. Gané darme cuenta de que sí la aman. Gané la valentía de conocer otras personas, de valorar a las amigas que se quedaron conmigo hasta el final, preguntándome cada día cómo iba todo, y el perdón sincero de una de ellas a la que alejé por un tiempo atrás.
Finalmente gané algo que definitivamente no me esperaba, un amor que hizo una revolución en mi estómago, mis órganos, mi piel y mis huesos. Un amor que muchos años vi perdido, sabiendo sin engaños que no lo merecía. Pero qué carajo, claro que lo merecía, sólo era miedo, miedo al abandono, miedo al rechazo, miedo a mostrarme ante otra persona. Miedo a volver a enseñar mi lado de dulzura, de cariño, de mucho amor leal. Gané la felicidad de ser el mundo para alguien.
viernes, 1 de julio de 2022
Sin nombres ni apellidos
ROMEO.- Te tomo la palabra. Llámame tan sólo tu amante y recibiré un segundo bautismo: De aquí en adelante no seré más Romeo.
JULIETA.- ¿Quién eres tú, que así, encubierto por la noche, de tal modo vienes a dar con mi secreto?
ROMEO.- No sé qué nombre darme para decirte quién soy. Mi nombre, santa querida, me es odioso, porque es un contrario tuyo. Si escrito lo tuviera, haría pedazos lo escrito.
JULIETA.- Mis oídos no han escuchado aún cien palabras pronunciadas por esta voz y, sin embargo, reconozco el metal de ella. ¿No eres tú Romeo? ¿Un Montesco?
ROMEO.- Ni uno ni otro, santa encantadora, si ambos te son odiosos.