martes, 18 de enero de 2011

Ladys Night (Proyecto sin terminar)


Bueno gente, esta novela la hice en colaboración de @Beeibee (Sofía Lozano) Pero la dejamos inconclusa por razones personales, apenas encontré el archivo y me di cuenta de que era un proyecto en potencia, lástima que no lo terminamos como queríamos. Les dejo este pedazo para que lo disfruten...Pd: En la novela somos unas perras hahaha, la versión "Abigail" la escribí yo y la versión "Ximena" la escribió Sofía...


Ladys Night
(Ximena versión)

- Ximena Ferrer – Dijo la Miss de Diseño
- Presente – conteste decentemente

Y es que eso de la decencia es algo fundamental en el ambiente en el que vivo, con puras mascaras que no te dejan ver el verdadero ser de las personas. La vida ha hecho de las suyas conmigo, no soy honesta ni siquiera conmigo misma, debo dar una apariencia delante de los demás & solo con mi BFF Abigail Fematt puedo ser yo misma, sin tapujos ni ataduras. ¿Pero cómo saber quien realmente soy?
Es fácil, soy solo una persona que goza del sufrimiento ajeno, sobre todo del género masculino.
Esos Hombres, patanes, o como los quieran llamar han jugado con mis sentimientos en más de una ocasión, desde mentirillas hasta infidelidades. Por ello he decidido que, antes de que me lastimen de nuevo, yo jugare & los lastimaré, no volveré a ser distracción de nadie.
Debo admitir que no fue por cuenta propia que me volví así. Es más, todo esto se lo debo a mi “hermana” (así la llamo) Abigail, ella me enseño el “arte” de engañar, mentir, hacer creer & fingir emociones, también me mostro lo divertido & satisfactorio que es desquitar toda tu ira y despecho en un hombre.

- Bien, ya pueden salir, hemos concluido la clase de hoy – dijo nuevamente la Miss

De salida me encontré a Abigail, ella acababa de salir de una de sus clases.

- ¿Ya estas lista para esta noche? – me dijo Abigail discretamente
- Si, por supuesto amiga, pero…no sé si pueda ir – le dije insegura
- ¿Por qué no? – dijo en tono de regaño
- Mañana tengo que hacer un trabajo muy complicado, y supongo que pasare toda la noche trabajando en el –
- ¡No me interesa! – me dijo apretando mi brazo – ¡yo ya quede con unos chicos que iríamos de antro con ellos! -
- ¡No me hables así estúpida! – le dije fuertemente mientras zafaba mi brazo de su mano -está bien, vamos, pero ya deja de creerte la autoridad ¿ok? no eres más que una perra mal acomodada -
- ¡Uy! ya cálmate – me dijo sarcástica

Abigail siempre se ha creído más que los demás, con derecho de hacer menos a quien ella quiera, pero ambas tenemos nuestro carácter, así que ponerse en mi contra es toparse con pared, ella no es más que yo, ni yo más que ella, somos bastante similares, pero también tenemos varias diferencias.

- Si fuera tu amiga no te trataría así – Me dijo mi novio Alejandro
- Lo sé, pero no es eso, si es mi amiga pero así nos tratamos, es como una hermandad – le dije tranquilizándolo
- Mira, sonará un poco perturbador lo que te voy a decir, pero muchas veces creo que Abigail es la mismísima encarnación del mal – me dijo mientras se ponía frente a mi
- No seas exagerado – lo empuje – ella si está un poco acelerada, pero no es para tanto -

Y es que yo no le podía decir a Alejandro que las amigas de Abigail decían lo mismo de mí, ya que eso no hablaría bien de mi persona. Solo tenía que quedarme callada al igual que ella, ese era nuestro acuerdo.
No digo que seamos las personas más malas del mundo, solo que en nuestra sociedad no se permite mostrar toda la verdad a la gente, por el “que dirán” pero solo había un lugar en el que podía verme tal cual soy, y era con la protección de la luna bajo el velo nocturno. Así podía ser realmente yo.
Llego la tan anhelada noche. Saldría con Abigail y seguramente estaría muy agitada la noche. Después de todo no le tememos a nada. Después de todo no tengo una figura de autoridad lo suficientemente respetada como para causarme remordimiento de algo de mis actos….
(Abigail versión)

Me encontraba en mis clases de matemáticas en la escuela, mi frustración y aburrimiento se notaba en mis gestos y
suspiros –claro- Pensé sarcástica. Tengo que aguantar a este montón de niños estúpidos que observan
embobados a la maestra Clara. Y todavía peor tengo que aguantar las miradas de los chavos apuntadas a mis pechos y
yo sonriéndoles hipócritamente. –ja ja – Si supieran que si se enamoran de mí o algo así sería como si
cayeran al mismo infierno.
Antes yo no pensaba de esa manera, me enamoré estúpidamente de un hombre…de un animal al que quisiera haber
podido castrar cuanto tuve la oportunidad…Yo era su jueguito, su pendeja…hasta que lo descubrí acostándose
con otra. Fue cuando comprendí que los hombres habían nacido sólo para usarlos como objeto sexual, disfrutar de
sus placeres y cuando ya no sirvan tirarlos como basura en la calle, porque eso es lo que son…un podrido desecho
y nada más. Para divertirme con ellos tengo a mi mejor amiga Ximena, ella es una puta desgraciada igual que yo,
juntas disfrutamos joderle la existencia a aquel hombre que se cruza por nuestro camino, siempre ambas con faldas
cortas y pecho descubierto en los antros cada noche sólo para que los animales caigan en la trampa…como un pez y
la carnada.
Tengo novio, se llama Uriel, es un pobre idiota que vive de por mí y para mí, puedo usarlo a mi antojo como mi
conejillo de indias –Río- Lo puedo traer entre el piso, y el seguiría enamorado de mí ¡pobre imbécil! Cuando
ya no me sirvas te tiraré a los tiburones…ja ja.

La campana para salir del salón por fin sonó y corrí efusivamente para buscar a mi hermana Ximena, hasta que la
observé caminando tranquilamente…lucía igual de coqueta que yo…dejando idiotizados a los chavos que pasaban
cerca de ella.

-¿Ya estás lista para esta noche? –Le dije a Ximena, casi en un susurro.
- Si, por supuesto amiga, pero…no sé si pueda ir – Me contestó inocente.
- ¿Por qué no? – dije enfurruñada
- Mañana tengo que hacer un trabajo muy complicado, y supongo que pasare toda la noche trabajando en el –
replicó
- ¡No me interesa! – contesté apretando su brazo – ¡yo ya quede con unos chicos que iríamos de antro con
ellos! -
- ¡No me hables así estúpida! – Me dijo fuertemente mientras zafaba su brazo de mi mano -está bien, vamos,
pero ya deja de creerte la autoridad ¿ok? no eres más que una perra mal acomodada
- ¡Uy! ya cálmate – le dije con sarcasmo. Ambas sabíamos que las dos éramos las perras del colegio y eso nos
enorgullecía. Aunque como las dos éramos de fuerte actitud sabía que no podía regañarla ni meterme con ella,
así que no hice ningún comentario más.

Ambas nos dirigimos a mi casa para arreglarnos como se debía para ir al antro por la noche, sabía con
satisfacción que iríamos a jugar un rato con los chicos, darles lo que quieren y después poder mandarlos al
carajo.

Paso la tarde sin acontecimientos, casi anochecía y yo me estaba engalanando. Me coloqué una minifalda de
mezclilla que dejaba ver mis piernas desnudas y una blusa verde de coloquial escote que mostraba mis pechos sin
pena. –Sonreí satisfecha- Esto dejaría a los hombres anonadados, cayendo en el teatrito, les daría mi cuerpo,
lo que pidieran. Los engatusaría, engancharía, enamoraría y finalmente los dejaría lamiendo el piso –qué
divertido sería-

-¿Ya te arreglaste? – Le pregunté a Ximena que aun se encontraba en el segundo piso.

-Sí, ¡enseguida bajo! – Me gritó.
Al verla bajar me reí fuertemente, ella y yo éramos tan parecidas. Igual de desgraciadas y de putas. Bueno tal
vez yo más. Ella traía puesto un minivestido ajustado de color rosa que acentuaba su excelente figura, con un
escote intenso en la espalda. –Nos sonreímos –

-Vámonos- Le dije jalando de su mano mientras nos subíamos al coche. Conduje en silencio mientras Ximena hojeaba
una revista. Llegamos rápidamente al antro más conocido de Monterrey, el más vulgar. Perfecto para nosotras.
Identifiqué a mis “amigos” y los saludé coquetamente mientras les guiñaba el ojo –pobres tontos- Pensé
otra vez.

¡Hola chicos! Les presento a Ximena –Les dije mientras uno de esos cerdos colocaba sus manos debajo de mi
cintura. Todos los chicos miraban de arriba abajo a mi amiga con los ojos saliéndose de sus orbitas. Mi hermana se
acercó y les dio un sonoro beso en la comisura de sus labios. Los imbéciles estaban encantados con nosotras.
Ximena se alejó a bailar con uno de ellos. Todos se fueron yendo a bailar y yo me quedé sola con el animal de
Marco.
-Bebé ¿bailamos? – Me preguntó con repugnante voz seductora
-Claro que sí guapo – Respondí con mi ya practicada voz infantil.

Comenzamos a bailar lentamente, me dio muchísimo asco cuando comenzó a darme besos en el cuello y puso sus manos
en mi cintura. Pero yo fingí y le sonreí como pude, acaricié su cabello y lo demás que recuerdo fue que subimos
a unos cuartos en el segundo piso del antro. Había una cama sucia y fea…

¿Traes condón? – Le pregunté indiferente mientras el animal seguía acariciando mi cintura.
-Eh sí- Dijo aturdido. Se quitó la ropa y después comenzó a desvestirme a mí. Me arrancó la blusa y
desabrochó mi brassiere y yo dejé escapar una lágrima de mis ojos. Eso era lo único que querían los hombres de
mí, mi cuerpo. Pues ahora bien, ahora yo haré lo mismo….

No hay comentarios:

Publicar un comentario