Todos los días puedo verte, puedo abrazarte, molestarte si así lo deseo.
En cada instante te siento, aunque no siempre pueda tocarte.
Eres parte de mí, a pesar de que dentro de mí no vivas.
Te considero demasiado especial, independientemente de nuestras discusiones.
Te quiero mejor amigo, amor, cariño, gestos, peleas, alegría… ¡alegría!
Me lo das todo con tan solo escucharme, detener mis lágrimas, quedarte.
Eres como mi caja de secretos, mi tranquilidad, mi paz, mi nirvana de carne y hueso.
No concibo una existencia lejos de tu ternura, mi mejor amigo.
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