miércoles, 8 de febrero de 2012

Amistades.


Sé que no todas las amistades duran para siempre, sé que cada amigo es diferente, pero por esa razón la amistad es un regalo mucho más grande. Sí, no todas las amistades son verdaderas, pues me ha tocado probar el amargo sabor del veneno de una traición, pero gracias a las estrellas que el rencor lo perdí hace mucho tiempo y continúo con mi vida, feliz.
No toda nuestra existencia es de amor de pareja, amor sexual, ni San Valentín o cualquier tontería. ¿Dónde queda el espacio para los amigos? Para esos seres que sin pedir nada a cambio te hacen reír, te escuchan, te aconsejan, te sacan del pozo en el que un amor te hundió. Esos hermanos espirituales que convierten un día en algo maravilloso, en carcajadas, bromas y conversaciones que nunca se acaban. Sé que mis amigos reales siempre estarán allí para cuando yo lo necesite, lo sé porque yo estaré para cuando ellos me necesiten, contra cualquier tormenta. Queridos amigos, ustedes saben que este escrito es para ustedes, les agradezco cada detalle, incluso cada discusión, por devolverme a la realidad, por corregirme cuando estoy haciendo algo mal, por ovacionarme cuando tengo éxitos, por secar todas y cada una de mis lágrimas, algunas inútiles, algunas demasiado dolorosas. Aunque no sea una persona que demuestre mucho sus sentimientos, saben bien que con cada sonrisa, abrazo, chiste inclusive, les aclaro lo mucho que significan para mí. Ustedes de alguna manera me abrieron los ojos y sostuvieron mis brazos en un camino muy difícil, me acompañaron a enfrentar las adversidades que este tiempo me acontecían. Cualquier cosa que suceda, cualquier pelea estúpida, pase lo que pase, siempre guardaré sus secretos y los mantendré en mi corazón y hablaré con ustedes para arreglar cualquier malentendido, de eso no lo duden.
He perdido amigos, sí, personas que significaron tanto en cierta época, pero quiero recordarlos no por el motivo del final, sino por las cosas preciosas que pasé con ellos, todas esas palabras e incluso chismorreos absurdos, fueron sensacionales. Amigos que ahora son desconocidos, nunca los olvidaré, lo prometo.
He sacado de mi vida a amigos que me hacen daño, bueno, ni siquiera se les puede llamar amigos, ¿cierto? Les deseo lo mejor en la vida, que triunfen en todo lo que hagan y sobretodo que sean infinitamente felices.
Amistades, existen de todo tipo, pero nada como mis mejores amigos, ¡Por nada los reemplazaría! Les agradezco haber aguantado mis cambios de humor por tanto tiempo, y espero que lo sigan haciendo un poco más, porque siempre recurriré a ustedes. Tal vez no lo diga todo el tiempo, pero los amo muchísimo y quiero conservarlos por el resto de mis días.
¿Qué importa el dolor del amor cuando tengo amigos? ¿Qué importa? Un comino.

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