miércoles, 1 de febrero de 2012

Quisiera ser el horizonte.


Desearía poder escapar de este sitio, anhelaría con vehemencia recorrer con mi espíritu un infinito de paz y abrazar el nirvana como mi compañero amoroso. Me encantaría transformarme en el mar y que vivan dentro mío seres de cualquier clase, acariciar la arena con pasión y entrega. Susurrar pequeños cantos de dolor hechos olas. ¡Qué delicia sería admirar al universo siendo una estrella, increíblemente lejos y al mismo tiempo cerca de los murmullos de los seres humanos. Me imagino siendo Luna, iluminando en la oscuridad a los corazones desechados. ¡Y vaya travesía transferirme al sol y arder día con día provocando alegrías en quien necesita de mí! Viajar hacia ninguna parte, remontándome en las alas de un ángel, observando desde arriba cada uno de los dolores de la gente y haciéndolos una lluvia incesante. Ser lluvia poderosa que logra finalizar con el estilo robótico de la monotonía en las personas, ser lluvia para causar risas, jugueteos y enfermedades que los hagan reaccionar. Quisiera ser un sueño lúcido y alegre, quisiera ser una canción de amor y que me dediquen siempre, quisiera ser el sonido que provoca un suspiro, quisiera acomodarme en medio de dos bocas, hacerme un ovillo y descansar sobre un beso, quisiera ser el iris de tus ojos, quisiera florecer en una sonrisa, quisiera ser pañuelo que seca una lágrima, quisiera encontrar un espacio en los versos de un poema. Quisiera ser el horizonte y deleitar al mundo entero.

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