sábado, 4 de agosto de 2012

Sin sentimiento alguno

¿Sabes qué es peor que sufrir y trasnocharte por un amor no correspondido o dedicarle suspiros a una persona amada?
No ser capaz ya de sentir nada; ni frío, ni calor, ni alegría, ni dolor. Quedarse en medio de la nada, después de haber dejado pasar una larga fila de malos tragos e ilusiones hechas pedazos. No recordar cómo crear un poema de amor o en su defecto, de desamor. Risas huecas, noches silenciosas y movimientos de un auténtico robot. Falta de pasión al realizar lo que solías amar, rodearte de sombras que al hablarte no te dicen nada. No añorar las fuerzas para hinchar los pulmones, nada. Vivir por el hecho de existir, al dejarte mover como muñeca de trapo de una niña mimada.
¿Qué es peor que rodearte de todo sentimiento existente al mismo tiempo? Ser abandonada por los mismos y codearte con meros instintos de supervivencia. Abres los ojos, pero al verte en el espejo no encuentras brillo en tu mirada, te levantas todas las mañanas, pero ni siquiera te asomas a comprobar que ahí está el sol asomado en tu ventana. La noche te sorprende con la mente forzada a estar en blanco, con el rostro apagado, sin espíritu quizás. Y te encuentras tan perdida en tu propio cuerpo, que no eres capaz de proferir una identidad. Hasta que la oscuridad te alcanza, volviéndote partícipe de sus sombras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario