domingo, 12 de agosto de 2012

Y el tiempo transcurre sin que nada cambie...

Ya no soy capaz ni siquiera de llorar. El vacío insiste en tragarme poco a poco, el dolor se a tornado insoportable, y siento miedo, mucho miedo. Mi cerebro no deja de arrojarme pensamientos siniestros, tortuosos, y oscuros, que inclusive dificultan mi respiración. No puedo manejar tanto sufrimiento, de verdad no puedo. A veces quisiera quedarme dormida para no volver a abrir los ojos. Me encuentro estúpidamente sola y ninguna nueva historia se presentará en mi vida para arreglarme el corazón.
Son tantas cosas que no sé por dónde comenzar, ya no tengo nada. Me extingo sin encontrar algo de que aferrarme. ¿Sería demasiado decir que no me apetece vivir?


No hay comentarios:

Publicar un comentario