miércoles, 26 de diciembre de 2012

Resignación y la última canción


¿Sabes? Lo admito. ¡Soñé con tan bellas cosas!, me ilusioné al punto de vernos formando una pequeña y hermosa familia. Lo que siempre quise de la vida. Sí, también admito que te vigilaba un poco, para asegurarme de que estuvieras bien; y para encontrarme con que yo te hacía falta, sintiéndome colmar de alegría. Amor, soy soñadora, me conoces bien; ideaba historias contigo como el héroe, porque me enamoré, porque se me olvidó el dolor que otro me causó, porque me hiciste salir del pozo. Porque fuiste todo y nada a la vez, ya no sabía qué hacer, al cerrar los ojos solo te veía a ti. No existía nadie más.
Pero diablos, que no contaba con el hecho de que no podrías amarme. Estas letras serán las últimas que te dedicaré. Yo no puedo forzarte a nada que no quieras; si no eres para mí, si no soy tu musa, no soy tu anhelo: he de resignarme sin más. 

"¿Qué sabe del amor quien no ha tenido que despreciar precisamente lo que amaba?"

No hay comentarios:

Publicar un comentario