Me gustaría decirte que eres especial en mi vida, que del mundo nada sabía hasta que ocupaste un lugar en mi inestable corazón, que estoy plenamente enamorada de tu esencia, de esa personalidad tan bizarra que sólo tú posees. También quisiera que supieras que decoraste mi perspectiva del existir, ¡eres mágico! Ya ni sé...todo lo hermoso que veo me recuerda a tu ser. Pero la paz no es eterna, porque este amor que te tengo es triste, pues lo has abandonado. No puedo encontrar las palabras correctas para decirte de todos los sueños que he forjado pensándote. Mi romanticismo es implacable, ¡pero hablo de ese romanticismo real! ¡El de una persona insomne, que sufre su poesía!
A veces me arrepiento de haber puesto mi atención en ti, de quererte, porque me hiere como nunca, me desespera, me vuelve ansiosa e insoportable. Pero después -inesperadamente- me doy cuenta de que eres la chispa que me brinda el deseo de respirar, y que pasaría un millón de veces toda esta amargura que me dejaste al partir, por la sutil dicha de conocerte.
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