miércoles, 30 de mayo de 2012

Chocolate, insomnio y mentadas de madre para ti; Poesía al -vete a la chingada-.

Óyeme imbécil, ya me cansé de esperarte, de estarte extrañando, de imaginar que también piensas en mí.
¡Ve, so idiota! Ya no puedo seguir shockeada por tu preseausencia, ya me fastidié de tu indecisión y de mi inseguridad, ya estoy hasta la madre de quererte sin razón, de construir nuestros encuentros no tan casuales, de añorarte locamente, de aguardar que me busques, me llames, me mandes tan sólo un mensaje o cualquier puta señal que me haga ver que me recuerdas todavía. ¡A la chingada la situación! Ya no quiero llorar más, este círculo vicioso te trae a mí en repetidas ocasiones, cuando decido dejarte partir.
La duración de una cosa no manifiesta más que la degradación de su esencia.
¿Cómo terminó? ¿Por qué comenzó?


http://youtu.be/DOQ3R3MNcv8

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