miércoles, 13 de junio de 2012

Ricardo

¿Sabes qué es lo peor de ver cómo poco a poco vas olvidándome? ¿Sabes qué es lo peor de darme cuenta de que no soy esencial en tu vida? Tener que soportarme a mí misma, verme en el espejo y sentirme patética al notar mi tristeza plasmada en ojeras por la falta que me haces. Tener que salir de la cama a empezar un nuevo día contigo en mi pensamiento, anunciar inconscientemente frente a mis amigos, que mis sonrisas no son sinceras y que por más que finja que no me importas ellos se den cuenta de que al perderte perdí un pedazo de mí. Suena tan tonto, ¿no creen? ¿Cómo es posible que un amor que en su momento te regalo la felicidad más bella y más grande sea lo mismo que ahora te está destruyendo desde adentro? ¿no se supone que el amor no es así? Odio ser así, ya debí acostumbrarme a que las personas opten por aburrirse y alejarse de mí, ¿por qué permito que mis fuerzas dependan de alguien que no soy yo? ¡No deben ser así las cosas! Otra cicatriz en mi piel surgió. Chinga tu madre, mi amor.

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