sábado, 1 de junio de 2013

Cuatro años hacia delante XVI


Por fin llegué a la cafetería, pude atisbar inmediatamente a Ian, totalmente apartado. Aún así, él hizo una señal para que me acercara; y así lo hice. Sentí que a cada paso mi corazón se aceleraba más, parecía que Ian jamás dejaría de controlar cada reacción en mí. Sin tocarme siquiera.

— Hola — me saludó cortésmente.
— Hola, Ian — suspiré. — Bien, aquí estamos; finalmente solos, ahora puedes comenzar a hablar. Necesito irme pronto.
— Seguro Eduardito te espera ¿no? — sonrió fríamente.
— Sí.
— Mi amor, todo empezó en esa estúpida fiesta… — Ian comenzó su historia.

Flashback en versión de Ian 

Parecía que Phany jamás me dejaría en paz, no sabía cómo hacerle para alejarme de ella. Mi novia siempre la quería cerca, era como una maldita plaga. Y me sentía tan atrapado que ni siquiera tenía ánimos para nada. Mi novia lo notaba, pero yo no hacía nada para decirle la verdad. Es que lo que más temía era perderla, Phany era como una hermana para ella; mi pobre niña era jodidamente manipulable por ella. Así que mi peor equivocación fue mantenerla al margen de la situación. Lo que derivo al final de todo.
Creía que aquel día sería el mejor de mi vida. Mi novia finalmente se había entregado a mí, y yo me había entregado por completo a ella. Aquella noche hicimos el amor, supe que ella lo era todo. Que era la mujer de mi vida y que solo a su lado soñaba con formar una familia. Pensé en grande, estaba seguro de que todo saldría bien.

Al amanecer, desperté buscándola entre las sábanas, llevándome una triste decepción al no encontrarla. Me tallé los ojos con pereza y me enderecé. Encontré una pequeña nota y me alegré.

“Hermoso, gracias por una noche tan mágica. Salí a resolver unas cosas, pero regresaré lo más pronto posible. Te amo.” 

Sonreí como un tonto y me volví a acomodar, esperaba pacientemente el regreso de la razón de mi alegría. Estaba sorprendido del grado en que yo podía amar, porque estaba dispuesto a entregarle todo, a dejarle mi corazón, a permitirle que me hiciera daño si así lo deseaba.

Cerré los ojos y me dejé llevar por las fantasías. Solo esperaba que mi princesa regresara para hacerle el amor hasta que nos agotáramos.

— Ya estoy aquí, mi amor — escuché un susurro en mi oído que apenas adormilado pude distinguir.

Sentí que la cama se hundía y algo de humedad en mi cuello. Sonreí complacido y dejé que ella me llenara de besos el cuello y los labios. Sentí su cuerpo desnudo, sabía que algo extraño sucedía pero le resté importancia. Apenas estaba consciente de lo que hacía, me sentía plenamente relajado. Acariciaba suavemente ese cuerpo, aquella lengua transitaba mi pecho y estaba bajando poco a poco. Cuando sentí esa boca sobre mi miembro, supe que no era mi novia la que se encontraba desnuda sobre mi cama.

— Pero, ¿qué carajos…? ¡Phany! — grité asustado alejándola de mi miembro y colocándome ropa. — Dios, si mi novia te ve aquí…
— No te preocupes, cariño — rió venenosa — ella se ha ido.
— ¿Se ha ido? ¿Co…?
— Mi amor, te ves tan tierno confundido.
— Phany, amo a mi novia, la amo. Entiéndelo de una puta vez.
— Lamento decirte que ahora tendrás que conformarte conmigo. Tu divina novia nos vio, y se fue. Eres libre para estar conmigo. Vamos, hasta te hice un favor. Esa no tiene chiste, ¿ya la viste? Es una idiota.
— Phany…no te golpeo solo porque eres una mujer, y te respeto. — Respiré —Con ella no te metas, mi niña es maravillosa, es hermosa, inteligente, amorosa y es un ser bondadoso y perfecto. Algo que tú jamás conocerás. Deja de meterte en mi vida. Escúchame, jamás estaría con una mujer como tú. Así fueras la última mujer en el mundo, preferiría volverme homosexual. — Finalicé y corrí hacia la búsqueda de mi princesa. Si realmente nos había visto, ella jamás me perdonaría.

Sentí que un dolor subía a mi garganta, presentí que no volvería a verla más. 


EXTRA

Descripción de los personajes principales “Cuatro años…”

Ian:

Ian es un hombre de veintidós años, de aspecto rebelde. De tez blanca. Su cabello de un color azabache es largo, pero no demasiado. Tiene barba. Acostumbra vestir pantalones de mezclilla rotos, camisas blancas y chamarras de color café o negro. Fuma como loco, es uno de sus mayores vicios. Ama escribir y dibujar. Es una persona bastante organizada en lo que hace. Cinéfilo. Es un hombre que se distrae con facilidad, a veces es egocéntrico y egoísta.

Ella:

Una mujer de veintidós años, de aspecto muy dulce. Tez blanca. Su cabello es de un color castaño, le llega hasta los hombros. Acostumbra utilizar faldas, vestidos cortos, shorts. Detesta el alcohol, ODIA que Ian fume. Le gusta tomar fotografías, lo que más desea de la vida, es viajar. Es muy sentimental, dramática hasta cierto punto, agradable para quien tiene el gusto de conocerla. Es muy sensible, pero también suele ser vengativa, cruel y desagradable.

Eduardo:

Hombre de veintidós años, muy reservado, de pocas palabras. De piel aceitunada. Su cabello de color azabache. Acostumbra utilizar cualquier tipo de ropa cómoda. Fuma de vez en cuando. Es una persona muy culta, muy seria, de conversaciones amenas y profundas. Un hombre caballeroso, amoroso, protector. Su sola presencia regala una enorme paz.

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