jueves, 1 de noviembre de 2012

Lo siento

A veces solo quisiera escribir lo mucho que odio a todo el mundo: odio sus sonrisas estúpidas, sus voces fastidiosas, su hipocresía y su falsa bondad. Esas amistades que al final se vuelven un martirio, esos amores que lo único que obsequian a tu vida después de un tiempo es tristeza. Todas esas masas, esas bocas que escupen palabras desdeñosas al mundo; me veo incluida. Días como hoy en que quisiera terminar de volverme loca, encerrarme voluntariamente en una maldita cárcel acolchada y olvidarme de la realidad. Inmenso odio: solo veo objetos punzocortantes, groserías, destrozos y demasiada sangre derramada. 

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