miércoles, 7 de marzo de 2012

¿Enamorarse? ¿Eso es esto? ¡Ya no me acordaba!


No está tan mal enamorarse de nuevo. Aunque la cicatriz de la herida de un amor del pasado que significó tanto siempre estará presente, de eso no lo dudo. ¿Pero saben? Volver a vivir esa sensación de paz, claridad, alegría y, ¿por qué no? Desesperación, es una maravilla, lo juro. Caer de nuevo en el trastorno de la espera, los celos irracionales, las ganas de verlo, de hablarle, de tenerlo cerca. ¡Vaya impresión desempolvar el corazón! Limpiar las laceraciones, curarlas, adoptar un nuevo sentimiento, algo que no reemplace, pero que sí sane. Renacer de los escombros de unas lágrimas viejas, inservibles e inútiles, pero sobretodo vanas. Crear, imaginar, ilusionarse, correr el peligro de volver a sufrir y de escalar sin instrumentos una nueva montaña. Bello es el amor así, con todas sus imperfecciones, sus barrancos, sus sorpresas, sus misterios; bello es el amor. ¿Descubrir lo hermosa que es la vida? Jajajaja sí lectores, ¡sí! Estoy enamorada, profundamente. Ni yo misma puedo creerlo, a veces tengo temor, me escondo y niego esto. Pero días como hoy anhelo gritarle al mundo mis ganas de él. El pasado está quedando atrás, no quiero olvidar, pero puedo recordar sin herirme, ¿puedo? ¡Claro! ¿Qué me sucede? No lo sé, pero esta metamorfosis me hace borrar de la memoria a la muerte, a la oscuridad, el abismo, el pozo en que me hundo, ¡Alcancé el borde, mi niño! ¡Lo alcancé de verdad! Procurabas mi felicidad, ¿no? Ya somos dos. Este sitio quizás ya no tiene sentido, pues mis pensamientos han cambiado, ¿no os parece? Aunque tal vez después volvamos a recorrer las calles del desamor. Pero es algo insustancial para mí ahora. Quiero disfrutar esta etapa, dejar de lado aquello que me persiguió durante años. Gracias por ayudarme a despegar mis párpados y encontrar la luz y una…una nueva razón. Nueva razón. La nueva razón.
¡Andrómeda, te he perdido!

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