martes, 3 de abril de 2012

Fragmento de 'Amor inesperado, lugar inimaginable'.

-Te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo-decía besándome la cara cuando logró nivelar su respiración.
-Yo te amo más, yo te amo más, yo te amo más, yo te amo más-le decía entre las risas que me provocaba su conducta.
-No es cierto…es más, tú ni siquiera me amas, si lo hicieras no habrías estado con Yessenia-dijo y la sonrisa me desapareció del rostro como si hubiera pasado un borrador y la hubiera eliminado, apreté la mandíbula y me quedé inmóvil, en ese momento Corina se enderezó hasta mirarme a los ojos y estalló en risas-Estoy bromeando mi amor-y me besó rápidamente los labios, yo no respondí a su beso y dejé caer las manos (que estaban en su cintura) hacia los costados de mi cuerpo, luego hice a incorporarme.
-¿Pepe?-me llamó mientras yo la apartaba de mi cuerpo sin voltear a verla-¿Pepe?-su voz se tornó preocupada, me deslicé hacia uno de los bordes de la cama-Pepe lo sien…-entonces me voltee y la abracé tirándola en la cama nuevamente, poniéndome ahora yo sobre ella.
-Estoy bromeando mi amor-la arremedé riéndome, sus ojos estaban vidriosos-¿Ya ibas a
llorar?-asintió-Auu ¿Me crees tan idiota como para botarte a menos de 24 horas de haberte
recuperado?-me acosté a un lado de ella y la abracé-No juegues de nuevo con eso por favor-le pedí.
-Lo sien…-la interrumpí.
-Ni vuelvas a decir lo siento por que te rompo la boca-abrió los ojos de par en par-a
besos-culminé y ella sonrió.
-Lo siento Pepe-dijo riéndose y yo cumplí mi amenaza.
A la mañana siguiente cuando desperté, Corina aun dormía a mi lado…era inexplicable la paz que ese hecho me hacía sentir. Me quedé unos segundos mirándola dormir, incluso ella se veía en paz, su semblante no me transmitía otra cosa que no fuera felicidad y tranquilidad, y yo me sentía todavía más lleno al saber que eso se lo hacía sentir gracias a mi compañía.
Antes de conciliar el sueño en la noche e incluso desde que estaba en el hospital, me había propuesto que haría algo aprovechando que ni siquiera le había pedido que fuera mi novia de nuevo y muy a mi pesar lo recordé en ese instante y me tuve que levantar.
Me puse únicamente un pantalón que me encontré ahí a la mano y caminé hacia la cocina, rebusqué en los cajones y encontré lo que buscaba rápidamente en aquella cajita que ahora solo contenía lo que estaba buscando y aquella foto tierna de Yessenia con el panda de peluche.
En el camino también pasé por un mueble alto donde guardaba algunas cosas, una de ellas, la más nueva, fue la que agarré y llevé conmigo. Para cuando regresé al cuarto, Corina ya estaba despierta y sentada en la cama, mirando hacía todo el cuarto.
-Acá estoy-le dije, no era necesario que me lo dijera para saber que me estaba buscando.
-No me gusta despertar y no tenerte a mi lado-hizo un puchero
-Créeme que a mí tampoco me gusta levantarme y dejarte acostada…pero es que fui por algo que quiero darte-saqué de atrás mi brazo con un violín en forma de nota musical envuelto con aquel plástico lleno de burbujas, a Corina se le pintó una sonrisa enorme en el rostro.
-¡Pepe!-exclamó sorprendida-¡El violín que tanto quise!-se lo ofrecí y ella lo tomó-¡No puedo creerlo!-se llevó una mano a la boca mientras contemplaba embelesada el instrumento, luego me miró de nuevo-¿Dónde lo conseguiste?
-Eso no se dice, pero ya tenía tiempo con el guardado, solo estaba esperando el momento adecuado para dártelo…
-¡Oh amor! Estoy…no sé qué decir… ¡Muchas gracias!-acarició mi rostro
-De nada, pero eso no es todo…tengo algo más para ti-señalé
-¿Y qué es?-enarcó una ceja mientras dejaba de lado el violín, yo solo me dediqué a mirarla sin darle una respuesta-¡Pepe me mata la incertidumbre! ¿Qué es?-dijo impaciente, me reí de ella-No te rías de mi José-hice un respingo por cómo me había llamado.
-Ahora no te digo ni te enseño por cómo me llamaste
-¡Amor!-gimió-Pepe, mi vida, mi corazón, flaco, hermoso, precioso, mi alma, loquito chulo…
-Ya basta-dije entre risas-me chiveas-sonrió y su sonrisa me arrancó un suspiro-Ay angelita, te amo tanto, como no podrá amarte nadie más nunca-me aclaré la garganta-Como te podrás dar cuenta no te he pedido que seas mi novia de nuevo, porque no quiero que seas mi novia de nuevo-frunció el ceño-me lo voy a saltar porque no me es suficiente llamarte “mi novia”, ya eres mi mujer pero ahora quiero llamarte “mi esposa” ¿Crees que pueda ser eso posible? ¿Aceptarías ser mi esposa?-le pregunté, mientras sacaba de atrás mi mano con un anillo en ella.
-¡Sí! ¡Sí acepto!-y se me arrojó a los brazos, yo hundí mi nariz en sus perfumados cabellos unos segundos y apreté su cuerpo contra el mío tanto como era posible sin llegar a lastimarla, luego la aparté y estiré una mano mía pidiéndole una suya, me entrego la izquierda y coloqué el anillo-¡No puedo creerlo!-dijo con emoción mirando su dedo-¿De verdad quieres que sea tu esposa?
-¿Por qué no abría de quererlo?-pregunté extrañado por su duda
-Por el pequeño detalle de que soy tigre y tu rayado, se supone que no podemos coexistir el uno junto al otro-soltó en burla, yo la abracé de nuevo.
-Pues quien sabe cómo le hacemos que contrario a eso, no podemos existir el uno sin el otro-le recordé besando su mejilla-además no me interesa a que equipo le vayas, lo que me interesa es lo que hay aquí dentro para mí-señalé su pecho, ella se perdió en mis ojos un momento y me dio un rápido beso.
-No sabes cómo me alegra escuchar eso…porque bueno, yo también tengo algo para ti-dijo y ese brillo del día anterior de nuevo apareció en sus ojos.
-¿Qué es?-cuestioné con curiosidad, ella tomó una de mis manos y la colocó extendida sobre su vientre, que hasta ese momento distinguí un poco más levantado y duro que al que recordaba la última vez que había estado con ella-¿Qué?-pregunté de nuevo mirándola y cuando alzó su mirada hacia mí, pude ver la respuesta clara-Estás….-la palabra se perdió en el aire, ella asintió irradiando felicidad de cada parte de su ser-¡SERÉ PADRE!-grité y la tomé entre mis brazos y la alcé en vuelo para luego recostarla de nuevo sobre la cama-¿Cuánto tiene?
-Casi tres meses, tenía poco más de un mes sintiéndome mareada y con vómitos y eso…ayer aproveché que estábamos en el hospital y bueno…estoy embarazada-su rostro se contrajo-¿Por qué lloras?-me acarició la mejilla angustiada.
-No puedo ser más feliz en mi vida-sonreí-…de verdad no puedo, te amo mi angelita, te amo y no existe más verdad que esa…te amo.
-Así como yo te amo a ti Pepe….te amo-dijo una última vez para luego dejarme embriagar por aquella felicidad infinita: Mis amigos me querían de nuevo, tenía a la mujer que amaba en mi brazos, sería mi esposa dentro de poco y encima de todo me regalaría en material la fusión de un pedacito de ella con un pedacito de mí….
Volvía a preguntar ¿Había acaso algo más perfecto?

FIN.

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