sábado, 7 de abril de 2012

Realmente no te conocí.


Viendo la situación desde un punto externo, nunca terminé de conocerte.
Nunca supe qué era lo que realmente esperabas de mí, lo que pedías a gritos. Es que nunca me diste la oportunidad de arreglar ese corazón roto que portas con decepción. Quise ser ese alguien que cambiaría tu mueca de tristeza por una sonrisa de verdadera satisfacción y alegría, pero sucede que no me permitiste ver más allá, me ocultaste las puertas de tus ojos. Siempre cabizbajo estabas. No te conocí, sinceramente. Soñaba con ser una guerrera, no una inútil princesa que solo espera, pretendía luchar por el amor que ambos nos teníamos, siempre de tu lado, pero caíste demasiado rápido. Mis expectativas fueron siempre más altas que la misma realidad, así fue. Incluso, me prometí a mí misma jamás soltar tu mano y curar esas heridas que el tiempo implacable había hecho en ti. ¡Tantos deseos/besos en el balcón! ¡Qué extraordinario pudo haber sido sino te hubieses rendido ante nuestras caídas! Creí saber quién eras y a qué te había traído el destino para mí, pero no. Quizás simplemente fue una lección, una experiencia, oh diablos, no. Te desconozco. Trato de buscar una explicación entre mis letras, un paso en falso, un error cometido inconscientemente, alguna razón lógica que haya dado alfombra roja al final de todo. Tan solo algo. Y tristemente no encuentro nada.

♫Ya no soy la misma alma que tuviste junto a ti, el esclavo amoroso en que me convertí. Todo lo que fui, lo hice por ti. Ya no siento que estoy vivo, tú controlas mi camino y tu recuerdo está sentado aquí conmigo. Ya no sé si tengo ganas, solo sé que estoy de malas y tu recuerdo está sentado aquí conmigo. Ya no quiero seguir sintiendo este dolor dentro de mí, recordar que casi muero cuando te perdí, mi alma está sufriendo y es por ti…♫

No hay comentarios:

Publicar un comentario