jueves, 4 de octubre de 2012

No he podido olvidar

He negado tu presencia en mi cabeza, me he alejado.
Alzo la mirada intentando detener las lágrimas.
Silencioso llanto y suspirar,
no ha acabado aún,
no para mí.

Todavía te pienso cuando sonrío,
cuando escucho aquel piano triste.
En los latidos de mi corazón tú vives,
no he de lograr cambiarlo.
Aún te amo.

Nómbrame por favor, amor.
Necesito volver a vivir, quiero verte, no sé cómo,
cuando, a qué hora o deshora,
Razón, necesítame.
Evita mi desaparición.

El momento no interesa, llámame,
hazme saber que estás aquí como prometiste,
que no has dejado de quererme,
di esas palabras otra vez,
yo te creo, sí, te creo.

Te nombro otra vez, te tengo en mi mente,
no has podido escapar de mi memoria,
no he querido dejarte ir, porque aún es,
la gloria, el paraíso, tus ojos negros,
tu cabello azabache,
tus ojos negros.

Permanece aquel brillo de tu piel,
esas ganas de tocarte prevalecen,
podrán pasar meses o años,
en mi alma estás tatuado.
El cigarrillo que jugaba entre tus dedos,
las canciones que escuchabas,
aquellos dramas que hacíamos,
eramos unos niños, lo sé.
Pero había amor, estoy segura.

Mi palabra favorita ahora es: aún.
Aún escucho nuestra canción,
sólo nuestra.
Aún leo tus mensajes, aún me preocupas,
aún deseo que seas feliz, que estés bien,
que nada te falte, excepto mi amor.

Porque volverte a ver,
porque volverte a tener,
porque saber qué es de ti,
porque enterarme que me extrañas,
que también me extrañas,
sería mi máxima alegría.

Mi palabra predilecta: Todavía,
no he podido olvidarte,
ni olvidar tu amor,
tu tierna risa,
todas las veces que me hiciste sufrir.

Dos años de mi vida,
tres, cuatro, cinco, seis.
Acaso serán más, acaso.

Si te interesa saber,
si quisieras pasearte por mis pensamientos,
por mi catarsis y leerme,
puedes figurar que estoy ahí en este instante,
y con mi voz lee:
Aún te amo.

Andrómeda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario