lunes, 15 de octubre de 2012

Oz, el ggande y teggible

Alguna vez debiste sentirte atrapado por una adversidad, perseguido por relojes, por aquel tiempo que no se detiene por nadie. Quizá aquella noche que ella te dejó, que él te abandonó, te arrinconaste en medio de la oscuridad y le lloraste como un bebé. O puede que un sol resplandeciente te haya descubierto en una discusión, fumando un cigarrillo, drogándote, no sé. Los ojos rojizos muestran tu dolor, tu alegría, tu secreto más grande, más extraño. La adversidad te atrapó en su cárcel, ahí donde tantos yacen, vencidos. No sabes qué es lo que pasa, no hallas la salida de ese infierno en que tú mismo te inmiscuiste, toda la culpa siempre fue tuya, por qué no lo detuviste, por qué no corriste más rápido, por qué no te lanzaste, lo dejaste partir.  Te preguntas una y mil veces, por qué a ti te sucede. Eres cínico, he de decirlo, sabes muy bien las razones por las que la adversidad te atrapó en sus fauces. Esa canción solo te inspira eso, incertidumbre. El violín y el piano forjan el camino a tu destrucción, estás perdido, lo sabes bien. Te dejaste engañar por el mismísimo dios de la oscuridad, creíste que te devolvería lo que un ser insignificante te había arrebatado. Hiciste planes apresurados, ahora lo tienes en cuenta, por recuperar lo que nunca fue tuyo, lo perdiste todo. Aún no comprendes del todo esa atracción irreal que te llevó a atravesar ese sendero que lo único que trasmitía era desconcierto, sí, la adversidad te tendió una trampa feroz. Las personas descubrían las conjeturas que formabas, tú sabes, por medio del destello de tus ojos, ellos lo sabían y no pudieron salvarte de la caída. De algún modo, también fueron destruidos. Por un minuto confiaste en que todo saldría bien, que volvería a ser como antes, que la felicidad esperaría tu regreso con los brazos abiertos. Qué equivocado y qué ingenuo al creer. El pobre hombre se dio cuenta de que él te había encaminado al error y al intentar repararlo, entre sueños se perdió. La locura te atrapó en la caída que parecía no tener final, te arropó y te cuidó, susurrándote al oído palabras sin sentido, aún estás a tiempo, podemos arreglarlo, puede que ya no sea el mismo, pero estará contigo. Y lo hiciste, a pesar de saber que eran mentiras, lo hiciste. Ahora tienes en cuenta, morirás. La adversidad te ha entregado a Oz,el ggande y teggible. 

http://youtu.be/VfVqOZQVcJQ

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