martes, 24 de diciembre de 2019

Luces de navidad


Hoy no estarás aquí, me duele. Hoy por fin puedo darme cuenta de todas las vueltas que ha dado mi vida, que debo avanzar pues ya nada jamás volverá a ser como antes. Ni tus besos, ni tus cálidos abrazos. Navidad, que acompañan mis blancas luces en cada habitación, me coloco tus suéteres como si todavía fuera una adolescente. El frío cada vez es más cruel, pero sobrellevo las cosas con una taza de café con mucha azúcar. Y duermo con mis gatos como si fuese un día cualquiera, ellos se convierten en caracoles de distintas formas y colores, en ese momento puedo sentir esperanza, puedo ver llegar un rayo de luz a mi corazón de témpano. Siento que mis huesos se encienden, y le pido al ser superior que se lleve lejos tu recuerdo, le entrego a él todo el amor que siento por ti, se lo entrego y dejo en sus manos mi dolor, le ruego el entendimiento de que no volverás. Debo dejar de vivir en el pasado. Pensar en mí, como dice mamá, pensar en mi salud mental deteriorada, el sol también va a salir para mí, sólo si me entrego con las fuerzas que aún me quedan. Ruego, luces de navidad, guíenme a la salida más próxima, a la valoración de lo que todavía tengo conmigo. Sé que la soledad es buena compañía en el dolor del crecimiento espiritual, con el olor de los libros más viejos, con la salvación salvaje de mi imaginación, del arte. No quiero olvidar otra vez mi amor al arte, el que me mantiene en el mundo de los vivos. A ti, gracias por amarme, y gracias por haberte ido, por haberme demostrado todo lo que me hace falta hacer por mí. Me urge amarme como otros me han amado, y devolverle a la vida los regalos que me ha dado. Mi familia está aquí, y aunque el aroma de tu piel me abraza, sé que debo dejarte ir. Luces de navidad, no me abandonen en la lucha. Todavía me falta un poco más.

jueves, 28 de noviembre de 2019

Tal vez prefiera estar sola.

Las chispas de amor que me regala la vida se esfuman cada vez con más prontitud. Tengo miedo, me aterro; poco a poco prefiero la soledad. Se me agotan las fuerzas en un purgatorio mental, y siento arder, muriendo sin morir se rasgan las paredes de mis órganos, me cobija la ansiedad y la depresión toma de mi mano. Las ganas de acabar con todo, en la resignación del silencio, agonía en el burlón eco de mi propia voz. ¡Me obsesionan mis espacios! Y la única compañía completamente grata se va, no volverá jamás. Me acomodo en mi soledad, el café amargo, me dejo llevar por los sueños, no puedo dejar de dormir, me emociona la necesidad del descanso, del no saber...

https://www.youtube.com/watch?v=ZNWm1sN-Tms

miércoles, 20 de noviembre de 2019

Delirio nocturno

No sólo apareces tú a modo de recuerdo mal invocado, también llega el miedo de lo que me espera en un futuro cercano, del sufrimiento de una enfermedad mental que se me clavó hasta los huesos, aparecen mis ganas de terminar con todo, mi deseo ferviente de ser como todos exigen que sea. 

No sólo se me viene tu mirada de golpe, también debo dar la bienvenida a la ansiedad que conmigo da vueltas en la cama, la llegada del demonio sin nombre, que transforma mi vida en un cuento de horror. Ojalá no me hubiera tocado ser yo aunque tuviese que haber sido nadie, prefiero mil veces la infinidad de la inexistencia, el gozo de lo inexacto, de todo lo que no se puede ver, nacida en un nido de estrellas con la luna como mi madre. La oscuridad es fría.

Ahora lo sabes, que te extraño tanto como le tengo miedo a mi propio existir, como le tengo respeto al demonio que me acompaña todos los días, él que nunca se va. Seguramente hasta la muerte. Y son pocas las cosas que me ayudan a olvidar, pero todo lo bueno se va cuando anochece y mis ojos rojos no concilian un sueño que repare, más bien el daño se vuelve más grande. Y todo lo malo crece, y crece, y crece... Me siento cansada en este mundo en el que no estás tú, en el que las cosas salen cómicamente mal, en el que la noche me envuelva como una sábana de hielo, con la que muero sin morir, en un intenso dolor. 

lunes, 18 de noviembre de 2019

Enterrada bajo sus piedras

Sinceramente sé que no hay sentido, escribir sobre ti una y mil veces más durante quién sabe cuánto tiempo más. Pensar en necesitarte y no poder hacer más que esperar a que la nostalgia se acabe, a que los recuerdos se pierdan en mi memoria, a forjar sentimientos por alguien nuevo, a volver a sentir por otra persona la confianza que sentí contigo. Realmente me parece descabellado imaginarme en el abrazo de un hombre que no eres tú, entregar mis torpes besos a unos labios desconocidos, dibujar trazos inexactos en el torso de otro ser humano. No puedo, no me sale bien.

La tormenta me ha ganado la batalla, soy víctima de mis propios complejos, me angustio en el círculo de mi incapacidad de amar y de amarme. Amarme, vaya palabra de moda, tan fácil de explicar y de entender su obvia coherencia. Y, aún con eso estoy aquí, desvalorizando cada cosa que hago, enterrándome en mis cicatrices, odiando a los espejos y añorando tu presencia en mis crisis de ansiedad. ¿Dónde estás? Haciendo eco en mi mente, golpeando con tus puños las paredes de mi corazón. No puedo culparte, pero me cuesta arrancarte, y no puedo convivir con mis defectos, desearía ser más fuerte.

Te quiero, cómo te quise y con qué intensidad. No entendía que algún día la vida me iba a escupir en recuerdos tu voz repitiéndome de amor, apabullante amor. Así que eso era, y ataca cruelmente cada uno de mis huesos. Ojalá fuera más fácil, ojalá hubieras hecho algo mal, y lo único que puedo reprocharte es que ya no estarás jamás. Créeme, lo sé con la misma certeza de que la vida se acaba de muchas maneras. Y no toda conclusión acaba en la muerte. 

domingo, 10 de noviembre de 2019

El abrazo protector

¿Cómo le hago contigo y con todo el amor que hoy quema mis entrañas? ¿Cómo le hago con las remembranzas? Las que dolorosamente se desvanecen de mi alma. Daría mi vida por volver a oír tu voz pronunciar mi nombre; Corina, Corina. Yo te amo, Corina. Eres la única hasta la muerte. 

Te amo y me harto de leer de superación, de falsa "hermosa soledad". Mi poesía sólo anhela hablarte de angustia, de mi enorme necesidad de ti, de cómo me aferro a tus cartas, como una loca, de mis lágrimas en torrente. Me parece inútil escribir la superficialidad de fingir que estoy bien, de mentirle a tu indiferencia, de creer que no te amo... Cuando mi realidad me acorrala, porque te amo demasiado, y soy consciente de no poder tenerte jamás. Basta de frases irreales, de mundos imaginarios, de fantasías... Quiero hablar de mi dolor por ti, de cuánto extraño que tú me necesites. La complicidad de un amor que no se puede repetir, en mi locura mental, en mi maldito demonio-trastorno. Aquí estoy yo, como boba, esperando el regreso imposible del abrazo protector. Lo siento, no me puedo engañar, no aquí.


https://www.youtube.com/watch?v=525cjQkmOzY

miércoles, 16 de octubre de 2019

A pesar de mí

Lamento haberte fallado,
¿Cómo puedo hablar de promesas?
¿Vociferar de reclamos?
Si fui la primera en marcharse, 
fui la primera en rendirse, 
buscando excusas para odiarte y odiarme en ti.

Creo que te amo con la fuerza de lo poco que tengo, con los recuerdos que todavía no se difuminan entre mis pensamientos, con todo el dolor que es capaz de sentir mi egoísta corazón, y en la miel de mi justificada soledad.

Realmente creo que te amo, en el silencio lo noto, en la indiferencia que late en mis oídos, puedo sentirlo en tu voz que se ha ido para siempre. En esta vida no podré mirarte nunca más a los ojos, no podré acariciar tus manos con mis dedos, y jamás sabré cómo de cálidos pueden volverse tus besos.
Y te amo hoy, a pesar de mí.

jueves, 12 de septiembre de 2019

Impura pena

¿Qué más quieres arrancarme de la vida? Me has convertido en el personaje inseguro y callado, en el fantasma que grita por dentro, en la oscuridad, soy oscuridad por ti. ¿Cuántas decepciones más van a alcanzar mi camino? Cada vez que creo lograr correr me tropiezo con la miseria de la decepción. ¿Cuánto mas puede resistir un cuerpo?

Estoy harta de ser tu títere, de amoldarme a tus movimientos, de resistir tus enojos, porque debo, porque debo. Soy responsable de tus tristezas y alegrías, debo cargar el peso de tu insistente enfermedad ¿enfermedad del alma? La mía, la mía... Ya no me siento capaz de mentirle a mi corazón con la esperanza de un futuro mejor, no tenemos tanta suerte, no nos va tan bien; aquí la historia ya está escrita, nos vemos rodeados de negrura, de ansiedad y carmesí depresión.

Mi fe está muerta, en ti, en mí, en nosotros. Estamos destinados al fracaso, al error, nos persigue una maldición que no conozco. No puedo ser protagonista de un mejor cuento, aquí nada de eso existe, son sólo fantasías que agonizan sobre mis manos. Creemos más cicatrices, porque no vale la pena fingir por alguien que no va a cambiar jamás.

No quiero luchar, en realidad nunca lo quise, preferiría quedarme dormida para no saber, vivir en la ignorancia de mis penas, pues me aplasta la ira y el coraje de haber vuelto a confiar en ti ¿cómo he podido ser tan tonta? ¿Y cómo has podido ser tan cruel?

martes, 20 de agosto de 2019

Mi cielo nocturno

Te amo, en la esencia de mis palabras aquello es dolorosamente absoluto, amargamente real. Te amo y no estás, ni estarás conmigo. Aunque todo terminó quiero decirte que tú siempre fuiste mi cielo nocturno, porque en noches como esta tu voz se derritió en mis oídos con palabras de eterno amor, ese amor incierto que jamás pudimos siquiera iniciar, debíamos ser realistas; no habíamos avanzado terreno cómo debimos haberlo hecho.

Pero insisto que tu voz fue mía, que las noches eran nuestras, que la oscuridad te volvía mío, y mierda, cómo me extasiaba sentirme tuya. Decir una y otra vez: Soy tuya, soy tuya, soy tuya. Para siempre. Me parte la cabeza porque no asimilo por qué puta razón te dejé ir, por qué maldita razón me harté de decirte que te amaba, de abrazar tu voz, de escuchar tu poesía, de acompañarte en tus sueños, de envolverme en el erotismo que emanaba tu cuerpo para mí. Me alejé de la única guarida real en mi vida, del amor que pudo serlo todo.

Trato de entenderme pero no puedo, trato de aceptar lo que ya no puedo cambiar, pero no deja de doler, el reproche de mi alma que me grita congruentemente que había dedicado mi odio a la persona que más amaba. Sueño contigo casi todas las noches, y aún en la químera tú ya no me quieres más. ¿Qué otra señal estoy buscando? Te perdí y me perdí tratando de hallarte.

Mi corazón te guarda en esta vida grata porque alguna vez me has amado.

miércoles, 24 de julio de 2019

Todo lo que alguna vez vi claro

Así que esto es lo que debo de sentir, ciertamente, lo merezco. Siempre he creído que mi vida se dirige a consecuencias, y tú no fuiste la excepción. Por un momento pensé que en mí no habría ninguna crisis emocional causada por ti, que no habría sueños, que no te extrañaría en las noches de soledad. Sin embargo, me equivoqué, qué idiota al pensar que así de fácil iba a ser, que haber provocado tanto dolor no me conduciría a ningún camino de nostalgia. Me era claro, tú me querías más de lo que yo podía quererte a ti.

Estoy aquí, como tonta rememorando la forma en que te dirigías a mí, escuchando las canciones que enviabas en links que rara vez habría, en mis migrañas pensando una y otra vez en todas las llamadas y todos los mensajes, todas las películas que vimos y el futuro imaginado que jamás iba a llegar. Yo ya lo tenía en cuenta, tú no. ¡Qué inteligente me creí! El sufrimiento no se formaría aquí, en esta casa que se ha vuelto fría desde el momento en que me dejaste de querer. Pero tengo que repetir, ¿no se suponía que tú me querías más que yo a ti? Todo lo que alguna vez vi claro hoy está plagado de nubes negras.

Y te extraño muchísimo, esa es la realidad, estoy llena de nostalgia, no puedo parar de pensar en todo lo que hiciste por mí, en todas las palabras de dolor, en las revanchas absurdas que creé, en que nunca jamás dirigiste una palabra de odio hacia mí, en que nunca jamás quisiste hacerme daño. Y de este lado del país yo sí provoqué muchas angustias, yo sí causé mucho dolor, confusión, helada indiferencia que no te merecías.

Hiciste tantas cosas bien, estuviste aquí cuando la soledad me ansiaba tragar, te quedaste más tiempo del que yo merecía, juro ante el cielo estrellado que tus besos sí llegaron hasta aquí, que en los más angustiosos días pude sentir tu cuerpo en mi cama, y el abrazo de tu protectora anatomía. Siempre fui así ¿verdad? me creí una princesa con el derecho de ser rescatada. Pero, vamos, nunca lo fui, yo siempre fui un dragón herido que sólo buscaba con quién desquitar sus tristezas y problemas. Un dragón que creía que su depresión valía más que el amor que se le podía ofrecer.

Es patético plantarle cara al abismo, diciendo ahora que si fui feliz alguna vez, feliz de verdad, fue estando contigo. Y te amo como boba...¿cómo te saco de mis entrañas ahora? Tendré que hacerlo, sé que tengo que hacerlo, porque ya no hay vuelta atrás, porque aquellos tiempos no van a volver jamás, porque hoy, exactamente hoy, ya no hay nada qué reparar.

jueves, 20 de junio de 2019

La luz verdadera

Luz verdadera, el placer del alcanzable sueño de volver a empezar. Ansiosa por iniciar el proceso que salve mi vida, literalmente el escape de mi muerte serán todas las terapias, las experiencias ajenas, el dolor compartido se vuelve menos. Deseo ser sincera, y decir que no será nada fácil, que no podré perdonar de la noche a la mañana todo el daño sufrido, y será difícil pedir perdón a todos a los que he dañado. Aún así debo intentar, debo quererme a mí misma. quererme a mí misma. Y poner el corazón en peligro antes de arriesgar el de mi familia. . Prometo ser fuerte, pero le ruego a Dios que guíe mis pasos hacia lo que es correcto para mí.

No más mentiras, no más odio hacia mí, no alejar a los que me quieren, volverme extrovertida de a poco, quiero ser mejor, no quiero sufrir un minuto más.

miércoles, 19 de junio de 2019

Del amor propio

¿Quién podría decir que algún día Corina pudiese hablar sobre el amor propio? Una persona hundida en el trastorno de la conducta alimentaria, una persona que se odia y se hace daño constantemente.

Sin embargo, aquí estoy, aprendiendo algo nuevo a mis venticuatro años de edad, cuando creía que lo sabía todo. Estoy en el comienzo del entendimiento sobre mí misma y sobre quién soy. Quiero amarme como nunca lo hice, aceptar mi cuerpo se vuelva gordo o delgado. Debo dejar de temerle a la comida, que sólo es el alimento indispensable de mi cuerpo. Los huesos expuestos nunca serán bellos.

Leo, leo y leo sobre mi pobre autoestima, me siento culpable por haberme maltratado así, por destruirme a base de palabras y navajas. ¡Se tiene que terminar! El cuerpo es mi herramienta y mi alma caótica siempre ha sido hermosa aunque me cueste notarlo.

No soy perfecta y debo dejar de pretender serlo, pero en mi huracán puedo sentirme bella dentro y fuera. Y atreverme a amar otra vez, sin miedo al rechazo.

miércoles, 5 de junio de 2019

Muy poca luz

Dios, a veces desearía de corazón que me liberaras de mí misma. Que apagaras este espíritu temoroso que mientras aumentan sus años menos sabe vivir. Me entrego al encierro como una niña pequeña, soy débil y cobarde... No me siento capaz de enfrentar el mar de las masas.

No soy como ellos, porque la ira se apega a mis inseguridades y me convierto en una bomba que amenaza en silencio. Dios, a veces quisiera manipular el universo con una sola mano, a veces quisiera convertirme en las olas presurosas, bellas y peligrosas. No puedo inspirar el mismo respeto en este cuerpo que sólo se siente grato al hacerse daño.

Perdóname por ahogarme con mis lágrimas, por dejarme llevar en los impulsos del rencor, perdóname por ser de alma pequeña, porque mi vela produce muy poca luz. A veces, Dios, a veces quisiera ser parte del silencio y de la infinidad de la oscuridad, a veces me anhelo en las filas del no-existir.

No me gusta aceptarlo, pero me canso de mentir; me odio, odio mi cara, odio mi piel, odio mi nariz, odio mis piernas, odio odio odio. Detesto pertenecer a este cuerpo imperfecto y a esta mente insana. Desearía prender en fuego todos los demonios que nacen de mi, estas palabras son más suaves que los golpes y las cicatrices. Quiero parar el dolor.

viernes, 24 de mayo de 2019

La sabiduría del dolor

Estoy rodeada de historias tristes, fascinantes ironías de gente que ha renacido de la miseria. Los encuentro valientes frente a mi viciosa cobardía. En mi cíclico desasosiego me reflejo en ellos y me hago fuerte. Después de haberme creído incapacitada al amor, y de cegarme por el resplandor de la soledad.

Reconozco en sus azules esquinas la esperanza, tanto tiempo acorralada por mis miedos; aún respira, fuera de mi alcance la pensé muerta. Puedo volver a parpadear, acumulando en mis mejillas un dulce calor de cafeína.  Sus voces gritan vidas que caminan constantemente hacia la luz, no me deben nada y me esperan, para recordarme que debo intentar mil veces más. Aprendo de la sabiduría del dolor e intento pelear contra todos los males del mundo, contra las heridas abiertas. 

martes, 30 de abril de 2019

Adicción

Al dolor, somos adictos, a la angustia. Parece que la cercanía del infierno te hace vibrar hacia el éxtasis de los malos hábitos.

Nuestra tragedia es infinita, el quejido y el aplomo de mi insomne corazón. Todo es gris y nos es grato, como si para esto hubiéramos nacido.

El camino es largo y angosto, húmedo mi rostro. Mientras las cápsulas desfilan en mi garganta en un alegre ciclo de mentiras. ¡La falsa sensación de luz! Mi desesperanza camina en el grito del futuro.

Danzamos con el humo del tabaco, manzanas poderosas, aroma ebrio y metálico. ¿Hacia dónde cargaré la cruz de nuestros féretros? ¿Hacia dónde y hasta cuándo?

Mi mente adormecida me susurra que no hay marcha atrás, pues ya está hecho. Ya está hecho. Rodeados de negra ceniza, avanza la sombra de un ángel caído que se burla a carcajadas.

Me engaña con sus brazos abiertos hacia mí... Y yo le creo. Me gustaría decir que no hay más y que conozco ya todos los juegos de nuestro fuego interior.
Pero no, mientras rueda el tiempo crecen de golpe las olas sin tregua de una profunda tristeza.

Me dejo llevar, me dejo alcanzar, tendida y arrastrada por sus eficaces sacudidas.
Hermosa de necesidad, la adicción decora mis ruinas.

jueves, 21 de marzo de 2019

Les autres

No puedo parar de extrañarte, ni de rodearme de dudas que jamás podré resolver. Te juro que me hubiera gustado haber podido hacer más, corresponder el amor con dulzura y no con guerra. Y sé que hoy es demasiado tarde. Y aunque no eres para mí, te extraño.

Este ciclo me rompe la mente, esta jodida obsesión hacia la perfección que me niega la oportunidad de disfrutar la vida. Mi mente se abastece de flashbacks siniestros: sobre heridas expuestas, golpes, gritos y peste a alcohol.

Odio este ridículo de la dependencia a las pastillas para el logro de la estabilidad del espíritu. ¿Cómo puede ser que mis muletas sean las que pronto me llevarán a la muerte?

viernes, 15 de febrero de 2019

A voz en grito

Quiero que sepas que tu recuerdo se ha convertido en el acompañante constante de mis sueños ingratos. Quisiera poder mostrarte todas las cosas que me invocan tu nombre; los libros, las películas y la música... Toda la música que habías envuelto en sobres.

Hoy sólo siento la amarga necesidad de expresarte cuánto te extraño en las noches y que me es imposible concebir que tu piel sea tocada por otra piel que no sea la mía, que tus fantasías no lleven puesto mi nombre ni que lleves impregnada la esencia de otra mujer.

Infinitamente dolorosa es la conciencia certera de que jamás tus palabras se van a dirigir a mí, que tu voz no volverá a pronunciar amor para obsequiarme.

Tu espera sí ha sido terminable, bien por ti y merecido por mí. ¿Pero qué dios puede negarme tu búsqueda a voz en grito? Tengo la infortunada dicha de pertenecer en algún lugar de tu pasado, sí, triste consuelo de mi desventura sin ti. Sin embargo eso nadie podrá arrebatármelo jamás.

¿Quién se atrevería a quitarme la oportunidad de revivirte en mi escritura? Consuelo de memorias que abrigarán mis arrepentimientos.

jueves, 17 de enero de 2019

Enumerando adioses

Debo dejar de pronunciar tu nombre y de invocar tu mirada, me debo decir que no existes y que jamás has existido. Aseguro mis sonrisas con la aceptación de que ya no estás, sólo avanzo y mando nuestro futuro al infierno.

miércoles, 16 de enero de 2019

Aplomo

De la marea me salva una roca, aunque me hiere. Son pocas las veces que logro entender lo que mi mente quiere decir, pues aquí hay mucha adversidad y también demasiado dolor. Aún así, sobre todas cosas hay una fuerza constante que impide que me hunda y me ahogue. Honestamente no sé de dónde viene ni tampoco puedo saber para qué destino me aferro a la vida. Pero estoy aquí, y en el futuro cercano estaré, estaré, estaré.

martes, 15 de enero de 2019

Ao longe o mar

Me agrada la melancolía de la música, disfrutar de la armonía de una voz es para mí lo que provoca inspiración.

Aquella canción que acaricie mis nostalgias será himno en mi corazón, la música es la que impulsa mis pensamientos y activa todas las preguntas que probablemente sola no podría convocar.

Eso me resulta maravilloso, aún cuando a veces pueda tornarse tortuoso. Todos sabemos cómo es la música, con la capacidad de devolvernos la humanidad que solemos olvidar. Tan fácil le es enchinar nuestras pieles, hacernos deshacer en lágrimas o pretender nuestras sonrisas.

Música, música, música. Tibia sensación que derrite mis oídos, el canto y el piano es para mí la terapia para desatascar mi máquina de escribir.

lunes, 14 de enero de 2019

El sentido de mis palabras

Ya sé que lo más probable es que nunca más vuelvas a estar aquí. Apegado a este rincón que alberga mi extraño corazón. Sin embargo tengo que decir que escribir sobre ti me da fuerza y me transmite la energía que necesito para sobrellevar la vida misma, revivir los recuerdos con la envoltura de mis letras, imaginar que lo que yo tengo en el alma fue grato para ti también, y creer que en algún momento llegarás. Sé que lo necesito, aunque el día de ti no aparezcas, aunque tu mente esté más allá de mi alcance, indirecto es el apoyo que me das. Sin querer vuelves a forjar mis esperanzas, sin importar lo que pasó, en mis letras nunca será demasiado tarde. No tienes que venir, tan sólo déjame escribirte hasta purgar el sentimiento.

domingo, 13 de enero de 2019

El viento contra mi rehilete

Quiero que sepas, y que tengas presente para siempre, que tú has sido para mí como la fuerza de millones de estrellas.

Amor de todas mis tristezas, tu abrazo me dio paz, me regaló la armonía del placer silencioso, acomodé mi corazón en tu regazo eternamente.

Tus besos cálidos apagaron el frío de mi piel, derribaron el sin sentido de mis tormentosas manías, eres dulce placer sobre mis lunares y el girasol en mis cicatrices.

Vida en mi voz con tu voz, el suplicio alejaste, no puedo creerte tan tiernamente ciego, ingenuo en todas tus virtudes, alejas mis tardes tristes. No te das cuenta que aportas infinitas alegrías a mi alma. Alma que a veces es vaga, pesada, cruel.

Tu piel cambió la historia de mis días, no puedo olvidarnos en la fotografía de aquel ventanal con rosas rojas, tus ojos de atardeceres líquidos. Me has hecho caminar sobre las nubes, como una loca hablando sola. Estás...

Eres el viento contra mi rehilete, no lo olvides.

sábado, 12 de enero de 2019

No tengas miedo, confía

Te puedo jurar que todo irá bien, puedo refugiar tu cuerpo en mis brazos, hacer promesas que no voy a cumplir.

Pero prefiero cambiar las reglas de nuestra relación, y decirte que nada puede ir eternamente bien, que inevitablemente nuestras vidas se retorcerán a manos del destino o de la burlona casualidad. Y también te confieso que no siempre estaré para sostenerte.

Sin embargo, quiero que sepas que al pasar los días tu corazón se hará más fuerte, que tus caídas te harán gruesa la piel, tanto que probablemente no pases frío aún teniéndome lejos de ti. Tendrás la certeza de tus pasos sobre el lodo y también sobre el asfalto.

Te quiero, eso ya lo has sabido, lo único que yo necesito para ti es la fortaleza de soportar las tormentas y la alegría para recibir las pequeñas calmas. Eres más fuerte de lo que imaginas, eres un espíritu de ilusiones , tienes en tus manos el poder de enfrentar mil batallas. Y te quiero cada día más por eso, no quiero que lo dudes jamás.

Prometo que el camino vale la pena, conmigo cerca o lejos.

viernes, 11 de enero de 2019

Por los que se ahogaron en sangre y pólvora

Sólo eres una cáscara vacía, demonio mil veces maldecido, tu corazón no vale ni para transmitir un agonizante latido.

Me pregunto muchas veces ¿Qué idea retorcida pasaba por tu mente? ¿Dónde quedó el amor que en ti pudo aflorar una gota de compasión? Si acaso en tu cerebro circulaba algo más que no fuese la inconsciencia de cumplir una misión suicida egoísta. Te hubieras muerto tú, solo, ahí en tu mohosa habitación, después de masturbarte con revistas viejas y envuelto en tu vida miserable de la que los demás no fueron culpables, tan sólo víctimas de tu anhelo del infierno en la tierra. Te hubieras ido tú, en una lluvia llegada de la tapa de tus sesos.

Lo peor de todo es que te creíste todo el tiempo con el derecho de destruir, aplastar, denigrar y escupir sobre todas esas vidas. Dejaste a quien todavía respira con las ganas inmensas de morir, sólo para estar junto a las almas a las que les arrebataste el cuerpo.

Maldito ciego, un millón de veces te deseo sofocado en un nuevo infierno, uno que no controles tú. El infierno que merece cubrir con llamas cada esquina de tu cuerpo sin espíritu. Ojalá que pagues por cada persona ahogada en sangre y pólvora.

jueves, 10 de enero de 2019

El círculo imaginario

Es tinta imposible de borrar, pero sigue siendo tinta. Puedes salir o acobardarte para el resto de tu vida. Es decisión que sólo te concierne a ti.

Y está bien, puedes vivir de sueños que nunca se van a cumplir, y fantasear con añoranzas de un pasado tragi cómico. Es tu elección.

O también puedes volver al mundo real, donde las sonrisas pagan un precio muy caro. Un precio de lágrimas y dolor, de miedo, náuseas y ansiedad. Un lugar en el que todas las cosas bellas por dentro no serán más que carbón. Y a pesar de todo aquello, valdrá la pena porque lo que vivas marcará tus pasos para siempre, tendrás la capacidad de sentir por ti y por la gente a la que adoras.

Sal del círculo de borrosas quimeras o quédate lejos de la angustia por vivir, elige.

miércoles, 9 de enero de 2019

Faro

Por favor no me dejes caer,
recuerda que siempre fuiste la luz en mi oscuridad, nada me debes, sin embargo, te pido 'quédate'.

Navegamos en silencio, a guía de miradas enamoradas, te pido que te quedes conmigo un minuto más, abrázame y sabré sin vacilar que todo va a estar mejor.

Eres la esperanza que todavía no dejo perder, la última llama de un amor que se niega a extingir. Te pido que seas un faro en mi corazón.

martes, 8 de enero de 2019

La mujer en el precipicio

Cantando a la noche sin luna y sin estrellas, reclamada por la brisa que recorre su espalda. Desnuda, con las ganas rotas y las clavículas afiladas. Todos los huesos clavados en la fina piel.

Acompasa su respiración, tiene las manos pálidas y frías. Se deja llevar por el abrazo de la calma, se le acabó la ansiedad, se le acabó la vida.

lunes, 7 de enero de 2019

No me amarás cuando amanezca

¡Dios! Cuántos errores he cometido, los mismos que hoy me acorralan el corazón y me oprimen con rabia.

Eras sol, ternura, quien intentaba rescatar mi alma atrapada en un cuerpo herido. Te convertiste en el guardián de mis sueños, la voz en calma y la respiración que sólo decía: te amo.

Tus labios tercos lo decían, creyendo que algún día del otro lado del lago del miedo podrían verme sonreír, tocar mis párpados con los dedos trémulos de emoción. Vencer conmigo los obstáculos de lo que no decidimos.

Ya estaba hecho, las promesas agitaban nuestras alas, construían los cimientos de un amor que definitivamente no podía acabarse. Definitivamente no...

Lo siento, y acepto que pude haberte dado mucho más, debí decirlo: curarme me correspondía sólo a mí. Nadie tenía por qué rescatarme del encierro, las llaves siempre fueron mías.

Perdóname amor, porque debí decirlo y ahora en tus cartas me lamento como una niña que perdió aquello que negó necesitar.

Vuelvo al suelo frio, no puedo limpiar todas mis lágrimas, no puedo calmar la presión del pecho que no me deja respirar, sobremanera duele.

Grito, me rebelo al sufrimiento y acato a la ira, a la frustración. ¡Cómo quisiera que el final hubiese sido diferente! Perdí el tiempo con alguien que jamás existió, desgasté mi prosa barata en un sentimiento carente de pies y cabeza; pero tú seguías ahí, y sabías escuchar.

En el techo imaginaba tus ojos, tus expresiones, tus manías, yo podía verlo todo. Te tenía y me tenías.

Hoy diré lo que antes no: siempre fuiste importante, llenabas de agua cálida mi seco universo, comprendías mi gran necesidad. Y vaya si tú me amabas.

Sé que la canción se terminó, que no me amarás cuando inicie el día de mañana. Lo lamento tanto, amor de mi vida.

Y gracias por la felicidad envuelta en cartas de navidad.

https://youtu.be/B_wzBJE0rOk

domingo, 6 de enero de 2019

Me abro paso en la oscuridad

Estoy.
Sobre la cama de angustias, la habitación vacía, el arrullo de una mariposa nocturna.

Aún tengo nudos que desenredar, demonios que enterrar. Lucho cada día con un monstruo que porta mi nombre y mi rostro.

El camino es largo y angosto, bajo el manto de mis noches debo andar... Y ando. Hasta que el aliento prenda fuego mis pulmones y el roce de mis pies me haga sangrar. Aunque el corazón martillee mi pecho, aunque parezca que mis ojos no podrán volver a ver jamás.

Se me agotaron los miedos, el terror ya me mostró sus grises fauces, más no hay para perder; más no tengo para el grito de mi temple.

Larga es la brecha entre lo que soy y lo que anhelo ser, sin embargo, aún tengo vida para gastar y desgastar. Mis lágrimas ya no pueden reclamarme, llegan para vaciar el alma y desahogar los días perdidos.

La culpabilidad, oh inútil e inestable compañía, te he dicho hasta nunca. No puedo seguir esperando a tu capricho para avanzar, por cuenta propia llegaré. Pues no hay ni ha habido duda: llegaré.

Voy a bailar y sonreír, sucumbiré y lloraré... Pero más allá de las montañas espera él.
Suavemente espera él.

sábado, 5 de enero de 2019

Des histoires

Silencio antes del fin. Todo murmullos dirigidos al miedo que palpita en nosotros.

No puedo negar que luchamos, tampoco olvidaremos los errores contenidos. Hicimos y lo desbaratamos todo, inventamos historias en las que creíamos ciegamente hasta el final.

Y viviendo de lo que nunca dijimos, alimentando nuestro ego con el engaño de unos cuantos besos tiernos. Eres como mi sombra, te quiero.

Sin embargo aunque hoy me iré, no te asustarás, pues nunca más estarás solo.

viernes, 4 de enero de 2019

Lagos de sangre del cordero que en ti confió

De qué vas con esa hipócrita sonrisa... Inventas tus lágrimas y finges que te duele su dolor. Al desandar el camino tu rostro se vuelve máscara, sueltas su mano y lo que fue ilusión ahora es el olor de la putrefacción.

Planes maliciosos, ambición sexual; la oscura inteligencia de lograrlo todo a beneficio de ti. Cínico beneficio de ti.

Lagos de sangre del cordero imbécil que en ti confió. Tu material interno es de piedra ceniza, y no te hiere ni un poco saberlo. Te ríes porque nadie reirá después de ti, eres el deseoso infierno, vale la pena perder la vida por almas como la tuya.

Por unos segundos tal vez la devoción nos salve, quizá por hoy eso te sea suficiente, quizá no.

jueves, 3 de enero de 2019

El libro sin terminar

Que no te parezca extraño que entremezcle mis palabras, el dulce sabor de la nostalgia es perpetuo en mí. A veces me siento amante del silencio y de su abrazo frío, pero de pronto no puedo parar de escuchar la sangre escurrir del muérdago.

Somos bucle de añoranzas jamás cumplidas, de metas estancadas en una tristeza que se ríe a carcajadas.

Lago de lágrimas de los grises girasoles. ¿Hace cuánto tiempo se ha ido el sol? ¿A dónde tendré que mirar? Se congelan mis extremidades y no puedo escuchar nada bajo el agua.

¡Cuán hermoso puede ser el caos de esta búsqueda siniestra! Entre los valles dormiré sin sueños, escaparé del asfalto; y bajo las estrellas silenciaré los gritos.

Aún ruego el refugio de los seres misteriosos. En este río no caben más almas, injusto, imparable.

Déjame contarte lo que vi, déjame encender velas como espíritus. Déjame acercarme a ti, donde las aves surcan los bosques, donde el horizonte vive eterno en mí.

Quiero caminar con tus pies sobre el sendero, y soñar tus sueños para lograr adelante seguir.

miércoles, 2 de enero de 2019

Olas de ansiedad

Oigo sus pasos y también el canto extraño de su voz, y aunque deseo desaparecer; aquí estoy.

Sé que mis ojos relatan el cementerio de tormentos, tal vez se acabaron las lágrimas pero no los secretos.

Voy de la mano de un ángel oscuro, con un par de alas llamadas desesperación. Mi corazón a modo de brújula busca la paz que sigue escapando de mí con la fuerza de un millón de estrellas a su respaldo.

Las noches sin dormir desprenden las palabras en contra mía, he olvidado cómo soñar. La lejanía duele, ya no somos parte del mismo destino.

Dulces pastillas de amnesia que derriban las olas de ansiedad. Al decir adiós yo me hago piedra, no mires atrás.

Cada planeta será un deseo partiéndose en pedazos.

martes, 1 de enero de 2019

Adeus meus amigos

Perdida en la oscuridad de los bosques que me protegían, logré marcharme creando mi propio camino de demonios y ángeles.

Soy y no soy lo que parece, marco mis ideas en el hueco del miedo y del dolor, porque no volveré y no sé decir adiós.

Porque ya no miraré hacia atrás, donde lo bueno y lo malo se escapa de mi espalda cansada, de mi cuello amoratado. Ya no me asfixies más, estoy muerta.

No quiero temer más a las voces apremiadas por el tiempo, tengo el corazón roto. Me voy porque no sé hacer otra cosa. La vida me ha enseñado a huir de la tormenta, escapar apoyada en el destino que decida la marea.

Adiós mis amigos.