viernes, 31 de diciembre de 2021

Te entrego mi fe restaurada

Dios, Ayla, Universo, sea como sea que te llames; creo que eso nunca ha sido lo importante. A ti te pido ayuda, porque por ahora no tengo otra herramienta para aprender a vivir. Por favor, quédate conmigo y con mamá. Ahora más que nunca te necesitamos cerca, prometo intentar poner de mi parte para superar este dolor, sólo te pido que no permitas que mis noches equivoquen mi postura, mi determinación. Yo pongo mi cuerpo, pon el amor que me hace falta. Yo dejaré de hacerme daño como una ofrenda a ti, por última vez pongo mi fe en tu desconocido poder, ayúdame a respetar lo que aún me queda. Dame esperanza, dame valor, dame fuerza, porque sola no puedo.

Ojalá tu poder pueda abrirle los ojos a mi padre para comportarse como un hombre de palabra se debe comportar, pero si no se puede ayúdame a que no duela tanto. Él me dio la vida y no es fácil darme cuenta de que le es indiferente. Ya no quiero que me haga falta su cariño ni su protección, por favor, ayúdame a independizar mi corazón de su comportamiento. Estoy harta de que me vea llorar, dame la firmeza para usar las palabras adecuadas, para defender mi enfermedad y defender mi lucha interna.

Por ahora es todo lo que tengo. Quítame de la mente las tonterías que dice mi hermana, ayúdame a entender que ella necesita sanar también, ayúdame a confrontarla con madurez y no con la rabia. Cada uno lidia con sus propias dolencias, ojalá tu poder la sane a ella también. Y respecto a mi hermano, sé que sus intenciones nunca han sido malas, sé que es un buen ser humano, sólo necesita encaminarse a lugares adecuados, encontrar su camino, así como yo. Ayúdalo, porque sin ti no encuentra la luz.

Dios, Ayla, o Universo; yo prometo poner de mi parte, no me dejes sola. Respetaré mi cuerpo, respetaré mi mente, trataré de curar mis heridas por mi propia cuenta, hasta que tenga ayuda externa de un profesional. Perdóname por tanta soberbia, por mi falta de fe, pongo mi corazón en ti para restaurar mi esperanza en la espiritualidad. Suelto esta ancla y me sostengo de tu mano, seas como seas, estés en donde estés, seas inmenso o pequeño, yo confío en ti, y confío en que estoy aquí porque tú así lo deseas. Por favor, sana el corazón de mi familia. Quiero ser valiente, poco a poco salir de este caparazón que creé. Sólo quédate a nuestro lado.

Me rindo ante ti, porque si no creo en esto que hoy siento, no tengo nada por lo que vivir.

miércoles, 22 de diciembre de 2021

Valium

Mi cuerpo está flotando, las órbitas de mis ojos tiemblan. No entiendo qué pasa, pero me gusta sentirme muerta. ¿Será así de exquisita? Ojalá que sí, para cuando sea mi turno. Tengo unas ganas inmensas de cortarme las venas, pero no lo voy a hacer. Todavía me sobra un poco de empatía en medio de tanta depresión. Auxilio, no puedo sostenerme, mi cuerpo se escapa, y no puedo alcanzarlo. Somos como dos, un ente físico y uno fantasmal, yo siendo el segundo.

Quisiera fumarme todos los cigarros que hay en el mundo, y quisiera tragarme todas las benzodiazepinas que existen en el planeta, y esnifar cocaína como si fuera una experta. No puedo escapar de mi mente, pido perdón, el dolor es demasiado grande.

domingo, 19 de diciembre de 2021

Y después de los fármacos...

Odio descubrir con el pasar del tiempo lo injusto que puede llegar a ser existir con una enfermedad mental. Que la gente satanice los medicamentos recetados, ¿si me quiero suicidar que quieres que haga? ¿Si no me quiero levantar de la puta cama y lo único que vuelve a darme motivación y color son las pastillas? No, no me pidas que le “eche ganas”, no funciona así.

Llevo varios días sin tomar la medicación, y puedo ver cómo los colores se van volviendo gris y negro. Vuelvo a sentir que aterrizo en una realidad que duele, latidos que están cansados, ojos que no paran de llorar sin razón. Y no hay psiquiatra, no hay psicólogo, no hay pastillas… Porque no hay dinero. Vuelvo a sentir la pesadez de los días y las ganas de dormir se intensifican. Me siento cansada aún sin hacer nada, y las pocas cosas que me gustaban tampoco las puedo hacer.

Yo sé que no puedes entenderme, que las cosas son extrañas para quien no necesita de una pastilla para levantarse en las mañanas. No quiero ser una adicta más, pero tampoco me creo lista para dejarlo. Las necesito, porque me muero y fantaseo con que todo termine, con que la tierra me trague, con evitarlo todo. Ya no puedo ser la misma que antes fui.

He tenido que dejar la medicación a fuerza de no poder costear psiquiatra, y me he vuelto a herir. La vida se ve diferente, he perdido las ganas de aventura, la necesitad de correr riesgos, la soltura de cantar mientras lavo los trastes, la voluntad de ver a mis amigos sin miedo a ser juzgada. Y después de los fármacos me vuelvo a sentir hueca, mi pecho hace eco, ya no tengo nada. No tengo nada.

sábado, 11 de diciembre de 2021

Blureado

 Desde niña siempre soñé, como en un teledrama, con bailar un vals con alguien del que me sienta jodidamente enamorada. Me imagino todavía con un vestido victoriano de color carmesí con detalles en negro, y tú, con un tradicional traje y corbata. Tú tomando lo único que me gusta de mí, mi cintura, y yo; anclada a tus hombros que apenas alcanzo. 

Todavía imagino mi cara recostada en tu pecho mientras nos movemos de un lado para otro como torpes bailarines, sin espectadores, en un gran salón vacío donde la música crea un eco hermoso. Y quiero que aspires el olor de mis rizos. Y quiero besarte con ternura con tus manos sobre mi cara sonrojada y llena de lágrimas.

No hablo de matrimonio, hablo de bailar un vals. Muchas veces creí conocer tu rostro perfectamente, cada detalle, y te amaba mucho. Te amo. Pero, qué asco de vida, ahora no sé quién eres, ni cómo te llamas, no adivino tu rostro. Pero te necesito. 

Te necesito. 

jueves, 9 de diciembre de 2021

Cortando muñecas

Es para los que no tenemos las agallas de suicidarnos, pero qué bien se siente. ¿En qué momento ver la sangre manar en una toalla vieja se volvió placentero? Y no, no hablo de que me guste sufrir, sólo me gusta verme sangrar, como si hiciera un ensayo de la muerte una vez, y otra y otra. Como si papá me volteara a ver y dejara de fingir que no ve mis cicatrices.

Algunas personas en este mundo lo entendemos, no sé cuántas exactamente, pero sé que ahora mismo, cinco de la madrugada; habrá alguien como yo en cualquier parte de la tierra, cortándose con una navaja de afeitar, con un cuchillo, con un sacapuntas.

Y cada vez que creo me he recuperado, vuelven los histéricos o tranquilos ataques de odio a mí misma. Porque me valoro tan poco que me golpeo las piernas hasta amoratarlas, porque me siento tan pequeña que me corto las muñecas en reiteradas ocasiones, sin conseguir la muerte, sólo olor a hierro, sangre coagulada. Sangre coagulada que me demuestra que mi cuerpo no está de acuerdo conmigo, que él no quiere morir aún. Qué inteligente y qué maldito a la vez.

Mi grito de ayuda hace eco, porque lo escribo pero no lo digo, porque si lo dijese lastimaría a la única persona a la que le importo y no sé qué sería capaz de hacer. Perdóname, todavía no he podido parar de lesionarme. Por favor, no me odies.

Papá, tú indiferencia me está matando aún a mis veintisiete años, ¿Qué me espera después? Vas a hacerme sentir culpable cuando mueras, cuando tuviste mil oportunidades de acercarte a mí, de preguntarme cómo me siento, de preguntar por el psiquiatra, por el TCA, por las autolesiones. Te has vuelto sordo a mis súplicas de auxilio y a veces no sé si tengo que matarme para que vuelvas a oír, para que te des cuenta de lo que un padre hace por amor a un hijo. Papá, ¿sufrirías si yo muero? Por lo menos sé que deseabas que fuera niño y no niña. Me regalabas balones cuando yo te pedía muñecas.

Ahora tengo mis muñecas melancólicas y carmesí, lo he logrado, he conseguido lo que quiero. Universo, esta locura me va a llevar al arrepentimiento y a la culpa pero no puedo parar. Cortarme es lo único que siento en mi control, qué tan profundo, en qué zona escondida, con cuántas pulseras me llenaré esta vez. Mi decisión, hasta que pase lo realmente deseable, el sueño profundo. Ay vida ¿por qué me entregaste a un mundo en el que no sé vivir? No estoy hecha para esto, no funciono aquí, desde mi infancia supe que las personas eran ajenas a mí, como si fuese una humana de otro planeta. Lejano, lejano, y quisiera volver. O detener tanto desconsuelo.

Soy miserablemente malagradecida, porque aunque no siempre pasen cosas malas, aquí estoy, cortando la piel, haciéndome la víctima, sin poder olvidar mi horrible adolescencia y las cosas que mis ojos inocentes tuvieron que ver y que sentir. Lo que mis oídos tuvieron que escuchar. El odio y la indiferencia que marcaron mi vida. Tal vez por eso me lesiono, para llamar la atención de un ciego.

Qué pendeja.

sábado, 4 de diciembre de 2021

Prosa de un amor ficticio

Él la espera pacientemente bajo el sauce, ella corre con sus cabellos grises acoplándose al viento. Hace frío pero sus corazones les calientan el pecho. No sé si sean muy distintos o si se parezcan, sólo sé que ambos están enamorados. Tampoco sé si sea un amor de novela, de tiempo y esfuerzo; o si sea un capricho ligero pero excitante.

Pero se siente paz, se siente una caricia en la piel que se eriza. Ellos se besan con ternura, sin prisa, son adultos, no tienen de quién esconderse ni adónde llegar temprano. Aquí no hay príncipe y Cenicienta. Sólo dos personas comunes que quieren abrazarse. Ese abrazo se siente maravilloso, ambos se protegen. Dentro de mí una fantasía, una ilusión me susurra que sí; ellos se aman.

Y ojalá las inclemencias de la vida no los haga olvidar este momento que no tiene fotografías, todo queda en su memoria. Ojalá se esfuercen, ojalá luchen, que jamás se falten al respeto, que comuniquen lo que necesitan, que sea un amor sano, no un amor de colegio superficial y de sexo sin sazón.

Por ahora, bésense, abrázalo, abrázala, por ahora estrechen sus manos bajo el sauce, porque el tiempo aquí no existe.

jueves, 2 de diciembre de 2021

No me gusta diciembre

Probablemente lo único espiritualmente bueno de este mes sea el cumpleaños de mi mamá. Porque significa que la vida me da otra oportunidad de estar con ella. Por lo demás parece que diciembre en mi entorno significa necesidad, lágrimas y mucha depresión invernal.

No, efectivamente no me gusta diciembre, porque mi familia sufre, porque la ansiedad es lo principal. Y las luces de navidad en casas vecinas sólo nos entristecen más, porque nosotros ya no podemos darnos esa oportunidad de ver brillar la casa, de decorar las habitaciones y los baños, la puerta principal y el árbol frente a la ventana.

Tengo miedo, no quiero perder a nadie más este diciembre, quisiera que las festividades no existieran, que fueran días cualquiera, poder fingir en mi cuarto, olvidándome de todo. Abrazada a mis sábanas y calentándome con una vela con olor a canela. Soledad. ¿Se podría?

No me gusta diciembre. 

lunes, 29 de noviembre de 2021

Ayla

 Luz de luna 

Soy inconstante en mis pensamientos, a veces quiero el amor de pareja en mi vida, y en otras ocasiones me vale madre. Hoy es de esos días en que armo treguas con esa situación. Y sueño con una persona que bese mi boca, que abrace mi espalda, que me diga al oído que todo estará bien. Quisiera que no, pero ahora pesa creer que el amor no es para mí. Y que los amores del pasado fueron un espejismo.

Tú no volverás, no te dejaré de pensar, no te voy a buscar, pero mis pensamientos estarán contigo al menos un tiempo. Y después... no sé, seguiré ilusionándome con la llegada del príncipe o la princesa que ame este desastre. 

 Ayla, algún día coloca en mi vida ese amor de novela. 

domingo, 28 de noviembre de 2021

Colibrí

¿Las leyendas son reales? El espíritu alcanza la paz en algún lugar libre de dolor. Por favor, dime que es real. Mi fe no tiene espacio para la incertidumbre, sin embargo, nadie me puede garantizar vida después de la muerte.

Quiero creer que el sufrimiento humano se acaba, que las trivialidades se desvanecen, que el amor existe. Todavía quiero creer que hay belleza en cada parte de este inmenso universo, y en todos los que no conocemos.

Hoy en día me cuesta soñar, me han colocado en un molde que achica mis deseos trascendentales, mis motivaciones y aspiraciones. Sácame de esta jaula que ha creado mi mente por inseguridades que no me sirven de nada. 

Y como diría Daniela Spalla: Quiero una nave que me lleve al infinito. 

lunes, 22 de noviembre de 2021

Magia, mi bruja, magia

Y supongo que este es un nuevo intento de empezar a creer en algo. Desde que tengo doce años recuerdo haberle suplicado al dios católico que me diera una señal de que en mi  sufrimiento no estaba sola. Que viendo a mi madre tirada en charcos de sangre coagulada, lo tenía a lado mío, que en medio de mis llamadas por teléfono a mi padre que nunca llegaba, dios estaba ahí. Pero nunca tuve respuesta y no es que no fuese paciente, lo juro, dejé pasar muchos años con ganas de que todo terminara. Preguntando estúpidamente por qué me había tenido que tocar a mí una vida tan miserable, por qué nadie podía protegerme a mis hermanos y a mí. Fuimos huérfanos durante toda la niñez. Y dios no estuvo ahí, doy fe con mi sello.

Renegué de todo lo que tuviera que ver con magia religiosa, con fe ciega, con inútiles rezos susurrados que la gente ni siquiera entendía y repetía como los loros de dios. ¡Cómo no iba a estar harta!

Pero ahora tengo veintisiete, y no es un número cualquiera, ni muy vieja pero tampoco joven, ya no estoy para eso. Hoy mi mamá está curándose, mi papá sigue lejos, pero no me importa más, porque de cualquier manera dirigirse a él es como gritarle a la pared. Y hoy, en este tiempo, quiero creer en la magia. En un resplandor que sí me responda, en una espiritualidad que no le rece a un barbón de túnica. Quiero pedirle a la luna, a las mujeres, a las brujas, a las constelaciones, al universo mismo. Quiero anclarme a la esperanza del más allá. De que hay algo para nosotros, de que sí podré madurar.

Ya no quiero rogarle al amor, quiero vivir en paz, quiero abrazar a mamá, necesito cuidar de mis gatos y perros, quiero enamorarme de la naturaleza, aprender a respetarla, poco a poco, paso a pasito. Quiero tomar café y leer hasta cansarme. Quiero que mi cama esté llena de peluches en forma de cualquier niñería, jugar la infancia que me arrebató la vida.

Ya no quiero preocuparme por mi físico, por mi peso, por mi figura no hegemónica, quiero enamorarme de hombres y mujeres por igual, porque el amor está en el espíritu. Quiero andar en pijama mientras enciendo una vela, y en las noches pedirle a la luna paciencia, ternura, tranquilidad. Y en las mañanas pedirle al sol calidez, deseo de empezar un nuevo día, amor a la vida.

Por favor, magia, quédate cerca, eres mi consuelo en los días difíciles. No quiero olvidar mi pasado, pero necesito superarlo, quiero salir de la depresión, quiero disfrutar la llegada de los pajaritos a las cinco de la tarde, cuando el sol comienza a ponerse. 

Quiero desear estar con vida, y luchar por ganarme mi lugar en la magnificencia del universo. Gracias luna, gracias sol, gracias wicca. 

martes, 9 de noviembre de 2021

Psiquiátrico

¿Por qué no podemos ser felices? ¿Por qué no hallamos la paz?
Será que mi generación nació para terminar suicidándose…
No, no debo generalizar. No todos están rotos. No todo está perdido para algunos.

Lo único que me mantiene viva es una persona. Qué falta de amor propio, pero por ahora me da una razón. Estoy harta de llorarle al cielo, de dejarme arrastrar por la marea, mi roca se fue para siempre. Temo por el futuro, la soledad me está esperando. Ríe.

He dejado de ser protagonista de mi propia vida, me he vuelto un infeliz secundario, quiero salir corriendo. Deseo enfermarme, tener una excusa poética para dejar de existir sin hacerle daño a nadie. Estoy loca. Necesito un cuarto acolchado, por favor. 

jueves, 4 de noviembre de 2021

Mamá, si un día despiertas y no estoy; perdóname.

Si un día amaneces sin café y las imágenes borrosas de tus ojos te asustan con una escena dantesca, perdóname. Mamá, si un día la ansiedad acaba conmigo y el olor a óxido inunda la casa; perdóname.

Es espeluznante no tener a quién poder hablarle de esa clase de decisiones, porque te amo tanto que no quiero herirte. Sé que si algo pasa conmigo, tú no podrías soportarlo. Y te pido perdón si la química de mi cerebro me vuelve egoísta. Pero ni yo misma sé qué pasa.

No tengo amigos para hablarles del deseo de irme de aquí. Este mundo me da miedo, las personas son… diferentes. La vida es cruel e hiriente para quienes se niegan a querer el cuerpo en el que han nacido.

Mamá, perdóname si un día me despierto sin ganas de levantarme de la cama, sin hambre, sin sed. Si no supe cuidarte como prometí. A veces sólo pienso en lo que llevo dentro, y te juro, quema mi alma. Siento que no puedo parar de derramar lágrimas. Quisiera ser la hija perfecta que merecías. O al menos lo suficientemente funcional para un mundo que no es para mí.

La existencia terrenal no es para mí, y ojalá tu dios hubiera enviado a otro de sus enigmáticos ángeles. Un hombre fuerte, independiente, con escudo y mil espadas. Mamá, perdóname si un día decido rendirme, porque nadie tiene la culpa de los cerebros fallidos.

No sé qué pasará mañana, pero si un día lees mis palabras, perdóname, luché hasta donde creí poder, quisiera decirte que no es tarde, quisiera prometerte tantas cosas que no puedo cumplir. Por débil.

Tú eres todo lo contrario de mí; fuerte, aguerrida, madre protectora, comprensiva, espiritual. Gracias por ser mi mamá.

domingo, 31 de octubre de 2021

Del victimismo

No soy lo suficientemente buena para seguir haciéndome la víctima, siempre girando las ideas sobre mí, como si mereciera acaso el perdón de un dios en el que no puedo creer por más que lo intente. Me ahogo con mis propias lágrimas, revivo mis traumas y dejo que hagan eco en mi pecho vacío una y otra y otra y otra vez.

Estoy cansada de estar hastiada, ya no quiero re victimizarme. Me estoy haciendo daño casi de manera deliberada. Soy cruel conmigo misma como creyendo que voy a ser rescatada. Esos tiempos se acabaron y ya nadie cree en el príncipe y su imponente corcel. Las mujeres a las que admiro probablemente se decepcionarían de mí. Mi mente está en el pasado, mi cuerpo aún quiere ser curado. Todavía tengo ganas de que un ajeno hombre toque con la yema de sus dedos las cicatrices de mis brazos, con amor. Qué vergüenza.

domingo, 24 de octubre de 2021

Sobre la existencia del espíritu

La respuesta que arroja mi cerebro es: No. El espíritu no existe. 

Sin embargo, la metáfora del corazón me pide en lágrimas que crea que lejos de este cuerpo lacerado existe algo más. Que dentro de mí hay un alma cristalina, y esa pureza se refleja en una belleza idónea. Estoy cansada de luchar contra mis ideas enfermas del logro de la estética física. ¿Por qué no puedo abandonar esa mediocre superficialidad?

Por eso, digna soñadora, imagino en mi espíritu un ángel de paz y de luz, que irradia todo lo que lleva encerrado en este cuerpo durante veintisiete años. Y cuando muera, mis estrellas romperán mis costillas, y alcanzarán lejanos universos. Como un cuento fantasioso e irreal.

Ojalá existas dentro de mí, ojalá esto no sea más que una coraza, y que al morir encuentre el lugar que en este mundo tedioso jamás hallé. 

martes, 19 de octubre de 2021

Y lo que pasa factura se ríe de mí en la madrugada

¿Por qué cuándo somos tan menores de edad somos incapaces de sentir empatía por los demás? Sé que estoy generalizando, pero en mi experiencia adolescente (repudiada palabra) siempre brindé lo más patético de mí. No me malentiendas, sé que sufrí, por algo soy lo que ahora soy. Pero no en todos los escenarios era la víctima, mientras exigía amor también fui victimaria. También herí y me burlé de la baja autoestima de alguien más. Probablemente disimulé, pero por dentro al odiarme dañé a todas las personas que en algún momento vieron refugio en mí.

No soy una mala persona, pero fui una joven que utilizó sus herramientas para destruir a los demás. Y ciegamente en ese entonces creí que era inocente ¿Cómo no iba a serlo? Si despertaba en charcos de sangre y vendas entremezcladas en mis brazos. ¿Cómo no iba a serlo? Si dejé de alimentarme para obtener la aprobación de los demás. ¡Qué ceguera tan cínica! Mis decisiones las pagaban los otros, mis heridas eran el ancla del miedo al abandono. Sí, niña manipuladora y tonta. 

Las pesadillas se burlan de mí hoy, ya no soy una adolescente, adulto pagando sus culpas con lágrimas, arrepentimiento y mucha soledad. Ahora puedo ver que los demás no orbitaban alrededor de mí, que las personas no eran permanentes ni de acero. Los amigos y los amores se cansan, y sobrellevan sus propios traumas de la infancia. Todos la pasamos mal aquí.

Tal vez no soy igual, pero para algunas cosas también debo de entender que el tiempo y el cuerpo me entregan factura, no puedo huir porque la vida funciona así. Hasta de lo que me creía inocente voy a tomar la deuda. 

domingo, 12 de septiembre de 2021

27

He decido llamarlos veintisiete de la suerte y no de la muerte. Mi sanación no será perturbada al menos esta vez. Edad difícil, ni de aquí ni de allá. Sólo existiendo con mis logros que al mundo pueden parecer pequeños. Pero para mí el logro más grande es tener a mamá conmigo, comprendiendo mi ritmo, mis procesos, mis caídas. Ella que sabe lo que es el dolor puede entender el mío, y eso voy a celebrar.

No celebro con tartas de cumpleaños (aún le tengo miedo a la comida azucarada), ni tampoco con alcohol porque la vida me ha enseñado a odiarlo. No celebro con amigos porque hoy acepto que cada persona tiene dolores que sanar y yo no puedo obligar a nadie a estar conmigo, me niego a ser esa humana. Celebro sola en casa, con mamá, con un café negro y algunos buenos libros viejos. Y sin miedo al escarnio, celebro en pijama frente a una computadora que me hace viajar a Corea del Sur, al menos de forma "idealizada". Celebro con agua y hielos, celebro con ejercicio solitario y música estridente.

Pero sobre todo, si tengo algo que celebrar es que mamá esté curada, tenerla aquí es un privilegio, la tengo a salvo, la tengo viva, la tengo con un sentir de paz, ella con sus baches se declara feliz, y ha tomado las riendas de su vida. Entonces yo no puedo decepcionarla con ideas tristes, tengo que sonreír más, reír más, hasta creérmelo.

Por mí y por mi compañera de vida quiero sanar, quiero vivir con la certeza de que soy feliz, ya no quiero romantizar la tristeza ni encerrarme en mi victimismo. Hoy no. Hoy te celebro a ti, y te amo infinitamente. Gracias por no abandonarme. 

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Hoy voy a apagar este incendio

Amado y silencioso blog, mi lugar seguro. ¿Sabes? Sí, sabes. 

Hoy volví a soñar con él, y nadie tendrá jamás una idea de cómo duele. En una escala de grises me odio por no olvidarlo, y lo odio a él por aparecerse sin ser solicitado. ¿Estoy embrujada? 

No.

Pero después de poder tomar un tiempo de reflexión, pensé; los sueños no son mis enemigos, pueden llegar a darme la señal de que aún hay muchas cosas por sanar, que tengo que perdonarme por el tipo de persona que fui en el pasado, por mi inmadurez. Me perdono y tengo que sanarme de él. 

Avanzo cuando acepto, no cuando me obligo a olvidar. El cerebro me grita que la formula que había elegido era errónea, que sólo me llevaría a un fuego que hace cenizas el espíritu. Me perdono y sanaré mi corazón de él. No es fácil confesar mi debilidad, pero aquí no tengo señalamientos, no hay burlas ni malos deseos. Sólo paz.

Saldremos adelante, espíritu de amor, guíame al camino correcto. Usaré mis demonios en favor de apagar el incendio.

domingo, 22 de agosto de 2021

Prosa sin estética

El aroma de la madera me recuerda a ti, ojalá nunca me vieses perfumando mi habitación con su fragancia. La venganza te sabría demasiado dulce. Pero cómo siempre he dicho, aquí, en este espacio de silencio, de libertad; no puedo engañarme. Me cansé de fingir.

Ya no quiero escoger que mi prosa sea estética, tan sólo quiero que sea real. Así que no puedo engañar a nadie aquí, porque es un espacio vacío. No puedo negar lo que extraño y no puedo superar, no puedo fingir que no tengo un TCA. No puedo mentir cuando sólo reprimo mis ganas de autolesionarme para no herir a mi mamá, que es lo más hermoso que tengo ahora mismo. 

Aquí soy libre de hablar del suicidio y el manto de paz de la muerte, puedo gritar sobre mis miedos futuros, mis adicciones, mi profunda soledad. Los amigos que perdí por no ser "normal", los amigos que nunca estuvieron ahí cuando me estaba muriendo, que nunca llegaron a casa teniendo mi dirección. Lamento tanto rencor, pero siento decepción de haber creído que tenía a mi lado personas a las que les importaba que yo viviera.

Y cuando despierto con una taza de café, la única que está ahí recogiendo mis lágrimas es mamá. Mi mami, nunca tendrás una idea exacta de cuánto te amo. Muchas veces creo que somos una sola. Nos entendemos en medio del caos, de la depresión, de la falta de psiquiatras. 

Te extraño, extraño, pero aceptémoslo, nunca fuiste mío. Puedo sonar obsesiva, pero sólo así podré sanar la pérdida y encontrar el equilibrio para dejar el pasado por la paz. Busco la paz. 

Papá, todavía me haces falta, ¿será que aún estamos a tiempo de construir algo? ¿O dejo de batallar por tu atención? Te amo.

domingo, 15 de agosto de 2021

Demasiado poético

Sería demasiado poético poder desaparecer sin dañar a las personas que te aman. Qué ilusión ver a mi mamá empezar de cero sin la pesada carga de mis enfermedades, sin recordar que alguna vez existí. Qué utopía poder descansar. 

domingo, 8 de agosto de 2021

Sus cartas en la basura

Hay días que la lluvia me recuerda a ti, y es un recuerdo doloroso, arde en mis venas porque no me queda nada tuyo que abrazar. En mi arranque de tristeza tiré todas las cartas que me enviaste a la basura no sin antes hacerlas pedazos. En este día de lluvia quisiera releerte, besar cada letra como si aún en ellas estuviera impregnada una parte de ti. Qué absurdo ¿no? Ya no hay nada que rescatar. Eres esas cartas, tu yo del pasado está muerto, lo que yo amaba de ti ya no existe, lo que alguna vez amaste de mí se siente vacío y artificial. Aún así me faltaron tus abrazos, no sabes cómo los añoro y cómo irrumpes todavía mis sueños. Lo sé, estoy ahogándome en mi enfermedad, tratando por cualquier medio salir adelante. Probando medicamentos recetados que pasan factura, me autolesiono cuerpo y alma. Hay tantas partes de mí que merecen ser cuidadas, protegidas y curadas. En otra vida pudiste ser tú mi compañero, el espectador de mi caos, el protector de mi piel, el dueño de mis ilusiones de amor. Cursilería ansiosa, adiós a los días de ti, aunque todavía anhelo recuperar tus cartas.

lunes, 26 de julio de 2021

En circunstancias diferentes, quizá.

Mi mente no me engañó, yo sé que hubo algo. Tal vez secreto, donde palma con palma decíamos más que un cúmulo de palabras torpes. Sé que hubo magia, yo misma la rompí por enferma ¿o es más bien que creíste quererme sólo por cómo me veía? Eso duele.

Me llena de ira creer que la conexión mental te valió madre, que las conversaciones en mi casa te valen menos porque ya no soy la misma cara. Porque existo en un vaivén entre lo hegemónico y lo que no lo es. ¡Ah! Arde porque pudimos ser una pareja interesante. Tal vez no la más hermosa, pero con las experiencias que sí hacen crecer. Sin fotografías, sin cursilería. Sólo nosotros, manos entrelazadas.

Si al menos no me hubiera quedado con las ganas de darte un beso. No hubiera cambiado nada pero hubiera confirmado que mi corazón estaba encendiéndose con los meses. No podemos estar juntos porque no soy perfecta. Y porque, mierda, debo estar con alguien que me quiera completa. Ojalá la vida no nos pase factura, a mí por no arriesgarme, y a ti por darle peso a superficialidades. 

jueves, 22 de julio de 2021

Golpéame con puños, no con palabras.

Padre, estoy cansada.   

Cansada de que me causes tanto dolor. A veces preferiría que me rompieras la nariz en lugar de destrozarme el alma con palabras afiladas.

Nunca leerás esto, evidentemente, pero mi espíritu está cansado. Y no puedo recordar un instante en el que me haya sentido plena de estar viva. 

¿Chantaje? Estoy harta de esa maldita palabra que vive entre tus dientes. ¿Por qué no puedo exponerte la oscuridad de mi mente y tú si puedes quejarte de la pésima vida que elegiste? Porque sí, tú la escogiste en uso de tu libertad.

Y nosotros, como hijos, no pudimos elegir sencillamente no existir.

La vida es rara.

Padre, te amo y te detesto al mismo tiempo. Te niegas a quitarte la venda de los ojos, no quieres ver lo que has creado. 

Tengo miedo de querer morir. 

jueves, 15 de julio de 2021

Carta a mi hermana mayor

Nunca te envié una carta que escribí la noche antes de que volvieras de CENTRA. Y confieso que mi corazón está agradecido por ello. Me dueles, me decepcionas, pero sé que nunca me atreveré a decírtelo porque incluso ahora no deseo herir tus sentimientos.

Hermana, mil noches me pregunto ¿por qué nacimos? Cada vez que alguno comete un error de gravedad. Ya no quiero hacer de la vida de nuestros padres un infierno interminable. 

Hermana, ¿Cuánto más deseas sufrir? ¿Qué catarsis necesitas? ¿Cuánto más quieres perder? Te deseo madurez, responsabilidad y mucho amor propio. Yo nunca podría no amarte, pero le pido al cielo que abra tu mente, que dejes de partirte la cara con cada año que pasa. Quiero que nuestros papás estén felices. 

Sé que nuestra vida nunca fue fácil, y que sólo nosotros como hijos podemos entender el dolor que atravesamos en la infancia, pero el primer paso es aceptarlo, y lo demás es hacerse responsable de lo que somos AHORA. El pasado ya no puede arreglarse, cambiemos este presente, logremos tener la motivación que siempre nos hizo falta.

Hermana, ya no quiero que seamos hijos tóxicos, quiero curarme, anhelo que te cures. ¿Qué nos hace falta? 

Suicidio, suicidio

Tengo miedo de esa palabra, siento que vive dentro de mí, haciéndole eco a los latidos del corazón. Casi muerta. No tengo certeza sobre nada, ni sobre mi propia vida. 

Dios, ¿existes y existes dentro de mí? Temo, temo constantemente. Y estoy por cometer un error, pero me cansa el dolor y tanta enfermedad alrededor mío. No hay más. Estoy hastiada de lastimar a la gente que me ama, quisiera desaparecer sin causarles daño, como si no hubiera existido nunca. Como si mamá nunca me hubiera necesitado para salir adelante.

No confío en nadie más, vivo encerrada en mi propio infierno, ya no sé que es lo que quiero, no tengo idea de quién soy, hace tanto tiempo que mi personalidad se hizo añicos gracias al TCA. El amor no existe para personas como yo.

No quiero atentar contra mí, pero a veces el reloj sólo susurra palabras hirientes que me arrojan al vacío. No sé que es lo que quiero, llámalo mediocridad, luz extinguida. No sé de nada, llévame al mundo del clonazepam. 

domingo, 4 de julio de 2021

Búscame

Me considero una persona escéptica hasta cierto punto, es decir, prefiero no cerrarme por completo. ¿Será estupidez o hay algo de realidad en la fantasía? Porque muchas veces desearía ser más espiritual de lo que soy ahora, he visto a gente crecer dejándose llevar por creencias que podríamos tomar como "poco probables". Digo, al menos los veo más cerca de la felicidad de lo que puedo estar yo.

Si hay algo más que además de ser grande tenga intenciones de cuidar a los seres que habitan sus universos, pues entonces le quiero dedicar una ingenua oración: ayúdame, te necesito, búscame o limpia un poco mi camino. Hay demasiadas nubes negras encima de mi cabeza, quisiera purificarme de un amor del pasado que no puedo superar, quisiera iniciar el proceso del amor propio, quédate conmigo cuando desee hacerme daño. Si estás leyendo mis palabras en alguna parte del vasto multiverso, si te soy importante, no me dejes sola. Enséñame a trabajar mi dolor, porque sabes que ahora mismo no puedo internarme en un psiquiátrico. Si existes, y te importo, conoces lo que habita en mi corazón.

No soy una mala persona, así que esta vez decido orar por mí. Cuídame, protégeme. Quiero creer en ti. No en un dios de barbas largas, sino en un ser que va más allá de mi propia comprensión y de las creencias inventadas por muchos religiosos. Quiero conocerte a ti, al real, al que creo la vida, al que me trajo aquí. Quiero creer que mi propósito va más allá de llorarle a un hombre que no me quiere, de intentar con fuerzas sobrehumanas ser una persona de cuarenta kilos. Soy más que eso, por favor, dime que soy más que mis cicatrices.

Espero tu llegada, búscame si existes, para dejar de intentar interpretar el silencio de las estrellas. Búscame.

domingo, 20 de junio de 2021

Vida de gato

 Empiezo a disfrutar de los días calmados con té negro, me acurruco en una mecedora y acaricio a un gato gris. Empiezo a disfrutar de los colores del cielo y del silencio. Aún tengo fantasmas dentro de mi cabeza, pero empiezo a entender que no está mal escoger el café a los vinos baratos, y la compañía de mi madre a encontrarme con gente a la que no entiendo.

No me puedo quejar, empiezo a entender que nací para vivir así y aunque mi felicidad sea distinta no deja de ser alegría. Paz, busco todavía paz. No soy una mala persona, merezco estabilidad emocional y me debo a mí misma el amor que busqué en otras personas. 

Me pido perdón y me abrazo hoy. Mañana no existe todavía.

martes, 1 de junio de 2021

Vínculos irrompibles

La gente suele creer que es más fácil de lo que parece, personas que han tenido la fortuna de tener a su familia libre de adicciones. Opiniones fugaces que sólo te hacen sentir peor. Algo como "sólo aléjate de tu familia", ¿Cómo puedo entonces dejar de sentir tanta preocupación? ¿Cómo puedo superficialmente borrar el casete y fingir que no somos nada? No tienen una puta idea de lo que duele pensar que algún día perderás a tu hermana de manera trágica, a tu mamá de forma traumática. Que alguno recaerá, o que alguno se suicidará, y además ser parte de ello. 

No estoy libre de culpas, yo también les he causado heridas, miedos. ¿Acaso crees que a mi madre no le aterra que me corte las venas en un arranque de terror? No tengo el corazón para abandonar este barco, todavía deseo que nos curemos sin tener que separarnos. Los amo, esa es mi verdad, a pesar de los infiernos, a pesar de que la lógica nos falle, los amo. Y eso me mantiene sobre la tierra, por ellos sigo intentándolo, y sé que es recíproco.

Eso no significa que seamos una familia rota, llena de errores y decepciones, de peleas y falta de empatía. Eso no se ha ido. Pero al final de tanto dolor sé que la tengo a ella. Mamá, eres el amor verdadero que he conocido. Y papá, deseo con todo mi corazón que salgas de tu cueva cuadrada, que expreses lo que sientes, que lo sueltes todo, que el amor se sienta. Y si no vivimos para ver eso, que sepas que te amo, te pido perdón y te perdono.

Hermanos, somos excesivamente diferentes, y no siempre nos hacemos sentir acompañados, pero espero también que llegue el día en que  podamos charlar sobre la vida, sobre nuestros traumas infantiles, y que lloremos juntos toda la noche, que podamos reír al amanecer. Entenderlos y que ustedes me entiendan a mí. Todavía entrego mi fe a ello. 

sábado, 29 de mayo de 2021

Y San Junípero sería real

¿Es un capricho desearte así? Querer llevarte a navegar, curarte y pedirte que me cures. Estoy harta de los kilómetros, y aunque no me veas nunca, me mantengo contigo siempre. La lejanía crea ilusiones, sé que te idealizo pero me cuesta tanto evitarlo. ¿Es sólo un capricho fugaz que cada noche me sueñe acurrucada en ti? Tus palabras no me sueltan, tus promesas no me han permitido buscar la felicidad. No puedo culparte, y hoy tampoco me culpo a mí. Pero el corazón no se deja manejar por el cerebro, por la coherencia.

Mi locura me repite todo lo que desearía por verte a los ojos, siempre quise frotar mis dedos en tus cejas pobladas, besarte los párpados. Cómo quisiera unir mis dedos con los tuyos. ¿Por qué ahora quiero que me quieras? Tú desde ahí fuiste lo más cercano que tuve a sentirme amada y a creer que sabía amar. No me verás nunca. Y arde el pecho, ¿Dónde dejé mi amor propio? Estoy harta de palabras motivantes que todavía me suenan vacías. A pesar de entenderlo todavía te busco como una razón de ser. 

Si navegaras conmigo desde Andrómeda, y descubriéramos las estrellas como soles. Todavía te amo, todavía trazo tu nombre. Lo grave ha sido no verte volver. Debo tener fe en el tiempo, prometo olvidarte. Perdóname por haberme encerrado en una galaxia m81.

lunes, 24 de mayo de 2021

Deseo no arrepentirme de nada

He decidido desde hace mucho tiempo que todo aquello que escriba en este espacio debe fluir sin miedo. Acepto que no siempre me salen las cosas bien, el perfeccionismo me obliga a buscarle estética a mis palabras, pero todo es mentira. La belleza no puede resumir mis dolores, en cada monstruo también existen asuntos que resolver, en cada frase agolpada existe algo que se empieza a curar. Mi espíritu dice que el camino es el correcto.

Así que en lugar de embellecer cada letra y enrollarme en rimas vacías, quiero desahogar mis sentimientos, necesito llorar hasta quedarme seca, y volver a empezar. Mi vida nunca fue lineal, así que no busco que lo sea, nunca he experimentado una felicidad extrema, y todavía rezo porque eso sea normal. Aunque exprese lo contrario mi corazón no quiere vivir siempre triste.

Aunque las noches me aterren, aunque el hambre me despierte a mitad de la noche, aunque le ruegue mil veces al cielo que mi papá me salve, aunque no pueda olvidar. Es una lucha solitaria, agotadora pero que aún no se acaba. Sé que no tengo que ser yo la que decida el final de mis días, por ahora no, o por siempre no. Hiere, pero el destino no existe. 

No quisiera pensar que todas nuestras vidas se desarrollan al azar, que nada de lo que hagamos define nada. Dentro de mí sigue respirando la persona soñadora que cree que en este mundo hay un espacio para ella. No puedo permitir que ella muera, no lo merece, no es culpable.  

lunes, 17 de mayo de 2021

Familia con llagas

 ¿Qué pasa si todos estamos rotos? ¿Y si no tendremos un remedio jamás? Tengo terror, porque hemos creado demonios poderosos y dominantes. Temo que no logremos ganarles la batalla; el suicidio nos aclama con una sonrisa feroz, ideas constantes entre mis hermanos y mis padres. ¿Quién será el primero?

Sólo nos hemos dedicado a existir. Encapsulados en la mediocridad, carecemos de sueños, de ambiciones, y sobre todo de autoestima. Me parece que nuestro cerebro aún vive en el pasado, en una infancia dolorosa y traumática. Por eso ella se droga, por eso él no sabe estar solo, y también por eso yo he desarrollado una infernal imagen de mí misma, me autolesiono de todas las formas que conozco.

¿Cómo curarnos? Me refugio en la espiritualidad que se resbala de mis manos temblorosas. Siento cómo nos enfermamos cada vez más. Ya no nos quiero ver sufrir. 

Pero al mismo tiempo he aprendido a moverme así, soy frágil, iracunda, manipuladora y mentirosa. Perdóname, no nos enseñaron a vivir correctamente y ahora soñamos con morir. ¿Por qué carezco de ambición? ¿Qué nos faltó? Lloro en cascada odiándome por ello. 

A mis hermanos quisiera decirles: ¿Qué sigue después de todo esto? ¿Procede el puente o la terapia psiquiátrica? ¿A quién culpamos si al mismo tiempo los amamos infinitamente?

Sigues aquí

 


martes, 11 de mayo de 2021

Las cajas musicales están obsoletas

Ya no tengo miedo de expresar mis sentimientos, ya no le temo a lo que cualquiera pueda pensar. Sé que soy una persona triste, sé que soy aprehensiva y bastante loca. Sin embargo, al paso del tiempo he ido aprendiendo a disfrutarlo, porque sólo así el dolor trasciende. Y a veces, cuando no estoy drogada, cuando soy consciente, entiendo que ahora mismo esta es la versión de mí, de Corina.

Y aunque tengo mucho por reparar, mucho dolor que aliviar, entiendo que mi prioridad es curar mi enfermedad, librar a mi cuerpo de todas las drogas, superar mi pasado y aceptar mi presente. Lo sé, no siempre se puede hablar del sufrimiento con naturalidad y sabiduría. Muchas veces he querido morirme, he pasado noches enteras llorando por todo lo que no podré arreglar, por el futuro que creí que era mío.

Hoy estoy aquí, he alcanzado este punto. Tengo veintiséis años, sigo siendo triste, soy más realista, he conocido al diablo en persona, todavía siento su respiración, pero sé que se está alejando. Tengo la certeza de que algún día seré libre. Mientras tanto pienso seguir escribiendo lo que arranco de mi alma, seguiré relatando mis miedos, cayéndome, lastimándome, saltando del puente. No importa, mi cuerpo está sanando. Mi corazón me lo dice.

No me avergüenzo de darle vueltas a todas las cosas, de hablar del amor un día y al otro hablar del infierno. De mi familia, de los romances, del abandono, de la autolesión, de trastornos alimenticios. No me interesa agradar, aquí no. Mi cueva con estrellas artificiales. Soy lo que soy. 

miércoles, 5 de mayo de 2021

Es un sopor interminable pensar en ti

¿Cómo te lo explico si ni siquiera tienes interés en entenderlo? Nuestras vidas ya se encuentran en puntos totalmente distintos, lo sé, no soy ingenua. También he aceptado que ya no me ames. Y trato de ser feliz en medio de mi huracán.

Aún así hubiese deseado la oportunidad que me arrancaste de hablarte, de decirte por qué mi situación me trae tus recuerdos en cada sueño. Perdóname, pero no puedo engañarte, yo te necesito. Ojalá hubiera podido explicarme contigo, ojalá hubiera escuchado de ti la liberación que mi alma anhelaba. Ojalá me hubieras ayudado a olvidarte. 

No me encuentro en posición de exigir, porque básicamente ni siquiera recuerdas mi existencia. Pensar en ti me lastima, y pensar que mi apego fue más grande que el tuyo, aunque me pesa también me tranquiliza. Al final temía hacerte sufrir, pero fuiste más fuerte y más valiente que yo.

Perdóname por no superar un amor irreal adolescente, Eduardo, perdóname por no respetar tu espacio y tu vida. Estoy en proceso de recuperación, así que, nunca dejes de respirar antes que yo. 

domingo, 2 de mayo de 2021

Te estoy esperando

Quisiera que supieras quién soy y quisiera saber quién eres. No sabes cuánto deseo al fin conocerte. Y envolverme en un abrazo que se antoje eterno, como en un drama romántico. Mi subconsciente me grita que estoy equivocando el camino, que no debo esperar, que quizás deba buscar, pero el miedo domina cada espacio en mi vida. Me ha transformado en la sombra de lo que alguna vez fui. No me siento capaz de buscar el amor, sin embargo mi corazón arde del deseo inmenso a enamorarse, a descubrir un mundo nuevo, un romance sin mentiras y sin dolor. Tener alguien que no tema descubrir mis imperfecciones y que las ame tal como intento cada día amarlas yo. Pido demasiado, pero sé que ya me he castigado demasiado, sé que hasta personas como yo merecen ser amadas. Merezco ese amor de respeto mutuo, de aceptación, de comunicación, de piel contra piel.

domingo, 18 de abril de 2021

No leven anclas

Tengo el corazón podrido, no sé cómo curarme el alma. Lo único que sé con seguridad es que no vuelvo a caer en el mismo pozo. Quizás en el futuro me esperan tragos más amargos. Pero hoy no, no voy a caer.

No pienso perderme en la inmensidad del mar, prefiero quedarme aquí aunque me llamen cobarde, prefiero mantener las riendas apretadas, los pies en el barco y el ancla abajo. No quiero que la marea me aleje hoy de aquí. Sólo busco la paz, no eterna, pero aún momentánea me hace feliz. Eso espero de este domingo. Quiero cubrirme de estrellas, de sueños. Mamá te amo, no voy a arruinarlo esta vez. Existo para hacerte feliz y existes para curarme las heridas de la vida.

Me mantengo en este barco, contigo y con mis gatos, aspirando el olor del mar, mareándome con el vaivén. Riendo a carcajadas, pero con la audacia de elegir lo que a largo plazo no nos hará daño. No puedo ni quiero pedirle más a la vida. Esta noche somos tú y yo, quizás unas cuántas lágrimas necesarias. Pero me alejo de mis obsesiones por unas horas.

domingo, 4 de abril de 2021

Voy a ganarte

Me dueles mucho, me dueles constantemente. Siento que la vida sin ti es muy larga y los recuerdos demasiado borrosos. Si hubiera sabido que iba a quemar así, quizás habría de procurar anclar más nuestra historia. Sé que mis palabras carecen de coherencia, pero no puedo ignorar mis sentimientos. Puedo tratar de crecer, aprender y salir del pozo, pero mientras tanto no te olvido, y me hiere extrañarte con desquicio. Este castigo no lo merezco, pero el tiempo aunque implacable es sabio… y si la vida me aleja de la muerte lo suficiente voy a ganarte y al fin olvidarte.

sábado, 3 de abril de 2021

Tazón de cereal

Como si tuviera quince años, le pido deseos a la luna y siento cómo me conformaría con ser el polvo que no has limpiado en tu habitación, en cómo sería feliz sólo siendo las telarañas que no alcanzas en casa. El aire que inspiras y expiras una y otra vez mientras escribes. Tan sólo ser las teclas que suavemente rozan tus dedos. Cómo desearía besar tus manos y encender mis mejillas con el tacto de tu piel. Como si tuviera quince años sería dichosa siendo el agua que limpia tu cara todos los días. Tan sólo con ser el tazón de dulce cereal que desayunas cada mañana.

 Maldición, cuánto he de extrañarte para escribir inconexas cursilerías. Por favor, perdóname, apenas he salido del infierno.

jueves, 1 de abril de 2021

Si uno de los dos muere mañana

Papá, si uno de los dos muere mañana… ¿desde la trascendencia alguno entendería al otro?

Aunque eventualmente después de la vida no exista nada, fantaseo con que en un más allá podamos comprendernos. Poder transmitirte sin palabras todo lo que siento y todo lo que tú me haces sentir. Papá, ¿Cómo iba aprender a amarme si primero no lo hiciste tú? Me enseñaste a temer y me arrojaste al mundo. No tienes idea de cuánto te quiero y al mismo tiempo de cuánto me hiere pensar en ti. Seguramente soy egoísta, pero daría mucho de mí para que me quisieras del modo que necesito. No existe terapia que cure la ausencia de afecto, al menos aún no para mí.

 De pronto quisiera pedirte perdón por haber nacido, por provocarte tantos dolores de cabeza, por mi dependencia, mi cobardía para darme un tiro en la sien. Disculpa que me victimice, pero a veces no lo puedo evitar, a veces desearía que en mi lugar otro hubiera nacido. Alguien valiente, alguien protector, alguien que cuide de ti y de mamá. Mis sinceras disculpas por ocupar un lugar que posiblemente no merezco.

lunes, 29 de marzo de 2021

Besarse con el alma

Quisiera poder conocerte pero no puedo

Desearía que no juzgaras mi silencio como desinterés

Mis trastornos me obligan al encierro en este mal vuelco

Mi fragilidad busca quien me tome la mano sin estrés.

 

Quisiera decirte que sé amar con plenitud

Pero te mentiría descaradamente

Extraño la dulzura que acalle mi acritud

¿Tú podrías ser mi compañía de amor siempre presente?

 

Basta, me han dicho que el amor romántico daña, así que no me hagas caso.

Sólo ha sido otro colapso mental.

domingo, 21 de marzo de 2021

Canción de cuna

Dios, ¿Cuándo me vas a permitir olvidar?

O si depende de mí por favor acércame el camino

Porque yo no sé, hace mucho que perdí mi brújula.

¿O es que nunca la tuve?

 

Se está volviendo una tortura intentar olvidar

No sé si dejarme llevar por el río o rebelarme

Fingir que me soy suficiente, que he aprendido mi lección

Pero no, me duele el rechazo.

jueves, 18 de marzo de 2021

Mi cuerpo se sostiene en tu susurro

Estoy hasta la madre de ilusionarme,

Estoy hasta la madre de ser juzgada por mi familia,

Estoy hasta la madre de que la gente crea conocerme,

Siento que ya no puedo más.

 

Estoy putamente harta de extrañarte,

Mi cerebro se apendejó cuando decidió que era buena idea,

Engancharse a ti como si me debieras algo,

Cuánto te necesito.

 

El hartazgo se ató a mis brazos y piernas,

Sé que estoy atrapada en el tiempo de la cama,

Pero ¿a ti qué chingados te importa?

Es mi vida y mi dolor.

 

Sangro cada noche echándote de menos,

Sangro cada noche que vuelvo a odiarme,

Como si necesitara la aprobación de un maldito hombre

Aprobación para sentirme bonita y amada

 

Juro que ya no puedo más,

A veces quisiera matarme y me acobardo,

Dios si existe algo para mí,

Lamento decirte que me he vuelto ciega.


https://www.youtube.com/watch?v=_j6n6yfQReE

domingo, 14 de marzo de 2021

Hazlo por ella

Una vez hace unos cuántos años, la verdad no recuerdo cuantos, me tomé la errónea libertad de tomar el viejo diario de mi madre y en un momento de dolor le escribí cómo había acabado con mi vida gracias a su alcoholismo. Le escribí que para mí su estado de ebriedad era como darle la bienvenida al infierno y sus mil demonios. Le dije una y otra vez cómo había hecho añicos mi seguridad, cómo había desmoronado todas mis ganas de vivir. 

Hoy en un mundo distinto recuerdo que seguramente lo leyó y calló. Qué ignorante fui y también qué egoísta pude ser al no darme cuenta de que ella estaba enferma, de que sus ataques no eran hacia mí, sino a ella misma, que ella deseaba salir de ahí pero aún no sabía cómo, porque se sentía como una niña pequeña. Ella nos tuvo a los veintiuno. Ella tuvo una vida solitaria, plagada de abuso, de abandono, de sentirse diferente. La vida la llevó a la depresión y ésta la llevo al alcohol. Sé ahora que sólo quería suprimir el dolor, adormecer la angustia de la deriva. No era culpa mía pero tampoco de ella.

Es la persona más valiente que conozco, porque a pesar de tanto dolor, de tantas caídas, hoy está aquí conmigo, libre de alcohol, al menos "sólo por hoy". Es una persona nueva, me procura como quizás no lo merezca, lucha cada día por verme feliz, por verme en paz, y también pelea contra sus propios martirios. Esta enfermedad es incurable, pero es tratable si se lucha. Y yo quiero luchar a su lado.

Por eso ahora cambio mis palabras, ahora soy yo la que tiene que superar sus trastornos. Sé que juntas saldremos de esta y de muchas más. Pero mamá, mi vida sin ti no sería vida, mamá le agradezco a la vida un millón de veces que todavía estés conmigo, que te tengo cerca, que luchamos por un bien en común. Y no me importa lo que los demás piensen de nosotras, somos un equipo. Y así como no me has abandonado, así como no te has rendido conmigo, yo tampoco lo haré contigo. Y mis batallas las dedico a tu nombre, y me repetiré cada noche: hazlo por ella.

martes, 9 de marzo de 2021

Hambre

Si sólo supieras de cada uno de los monstruos que crea mi cabeza, si sólo supieras el alcance de mis horrores entonces entenderías. El hueco en mi estómago está tragándome de a poco, me cuesta entender en qué momento fue, en qué momento decidí escuchar el entrechocar de los huesos y disfrutar de esa melodía. Sin saberlo me estaba matando lentamente, aunque ahora soy consciente no he parado. Todavía me necesito con hambre y sed, como si de un logro se tratara, como si realmente obtuviera algo de todo este dolor. Él susurra a mi oído que efectivamente habrá un paraíso al final de mi túnel. Tal vez después de la muerte. 

https://www.youtube.com/watch?v=0-xoYjRUMlo

viernes, 12 de febrero de 2021

Agua

A veces por las noches no puedo hallar mi corazón, es como si al llegar la luna él decidiera abandonarme por ella. Son demasiados los años en que la palabra dolor es la que me define, y parece que mi verdadera personalidad ha desaparecido. Me dejo llevar por la marea, tratando de encontrarme, tratando de conectar mi cuerpo al espíritu. Soy un cascarón.

Le temo a la noche y me aterra no recordar cómo dormir sin necesidad de las sustancias. Mi cerebro no logra llevarme al mundo de los sueños, en donde nada tiene sentido, en donde puedo olvidar un momento quién soy. No tengo pasado ni espero el futuro. Ahora la noche es mi enemiga, porque la melancolía se adueña de mí. Estoy rodeada de agua y silencio. Tengo miedo de la muerte, sin embargo, no me siento viva, no ahora.

martes, 9 de febrero de 2021

Desaprender duele

Mi mente no me soporta cuando pienso en ti, esa es la verdad. Porque no puede entender cómo después del huracán y del tiempo aún puedo ser capaz de soñarte. Pero creo que tampoco puede culparme, y no lo hace, nadie conoce el profundo hueco que cargo en el corazón, es reconocible que solamente yo. Comprende a la perfección esta falta de amor propio y el trabajo extenuante que ha sido revertir tanto odio, todas las ideas imbéciles que me clavaron desde la infancia, todas las malas costumbres que me convirtieron en esto. No es fácil desaprender todo eso, y a veces se torna insoportablemente doloroso, tanto que el cerebro prefiere acomodarse en sus antiguas tóxicas ideas, en el romanticismo de darlo todo por alguien más, en fantasear con una falsa idea del amor. Sí, la verdad es que desaprender duele. Por eso a veces regreso aquí a este espacio en mi alma, en donde el poco amor romántico que he conocido se me vuelve todo, y empiezo a caer en este pozo sin fondo de palabras que hablan de eternidades absurdas, de futuros imposibles, de vidas ideales. Y de ti, de cómo los sueños me escupen todo eso que decidí enterrar en mi jardín, del amargo fuego que sentí en mi corazón cuando fui aterrizada. Que esté bien no significa que no sufra, que lo haya comprendido no significa que a mí no vuelva la niña que siempre fui, plagada de colores pastel. En este proceso existen días de todo tipo, días crudos, días tristes, y también días en los que tendré que pensar en ti, y lloverán los recuerdos, porque eso es todo lo que tengo ahora. Porque mi corazón querrá llenar el vacío con lo poco que tiene de amor. Odio sentirme derrotada, pero sé que es parte de evolucionar, saldré de esto, extraeré todo este veneno y podré ser responsable de mis sentimientos, de la inseguridad. No me voy a quedar aquí, quiero sanarme, me quiero querer.  Te sacaré poco a poco a través del texto, hasta que no quede nada más de ti en mí, hasta que los sueños no te intenten evocar una vez más y mi mente esté en paz conmigo. 

domingo, 24 de enero de 2021

Mi corazón no se salvó

Quedé adolorida, me sentí rota por algo que en realidad era un frágil engaño, algo que se sentía condenado. Estaba exhausta. Tal vez más que eso, y no entendí a qué darle mi tristeza; a mis sentimientos o a mi orgullo. 

martes, 19 de enero de 2021

No conozco el amor

Suena irónico pero no por ello es menos cierto. Quiero comenzar aceptando que viví una mentira, lo cierto es que era hermosa, pero fue un espejismo quizás demasiado largo. Y yo lo creí. Pensé que a mis veintiséis años conocía el amor. Que podía charlar de él durante horas, como una valiente experta en la materia.

Todo a mi alrededor avanza con rapidez, y mis amistades fluyen en relaciones buenas o tormentosas, pero su corazón prueba que conocen el amor en su escala de grises. Pensé que formaba parte de ese grupo experimentado. A algunos nos llega la madurez con lentitud, suavemente, pues en algunos campos creo ser coherente al hablar, pero en otros no soy más que una niña pequeña que lo desconoce todo. 

Y no, amiga única, no conoces el amor. Has vivido los destellos de una ilusión, amores no correspondidos, falsos futuros y un apego enorme por el pasado. El principio del desapego es la aceptación. Hoy me acepto y reitero que no conozco el amor romántico. Quizás algún día llegue por sorpresa pero también tal vez nunca aparezca, y eso está bien. Puedo vivir con ello, porque motivos para ser feliz me sobran. 

No es una sentencia sino la apertura a la verdad en mí, no quiero volver a engañarme nunca más, no quiero traicionarme otra vez. Mi ego no puede vencerme. A estas alturas, con las experiencias que me ha regalado esta existencia me siento un poquito más fuerte. Afronto mi realidad y trabajo en ella, para mejorarla, para hallar la paz.

En las cosas que no se ven, en el amor a mi familia, a mis gatos, a mi cuerpo con sus cambios, con sus cicatrices. Quiero conocer el amor propio y que quizás ese sea el puente al amor romántico del que tanto se habla, se goza y se sufre. 

sábado, 16 de enero de 2021

El leve vaho que desaparece en el cristal

Esto es más que un par de chistes malos, a pesar de adormecerme por años en la pena. Al menos sé que hoy existe una luz que alcanzar, una esperanza de vivir más allá de los traumas infantiles. Porque sí, la niñez deja una huella imborrable para bien o para mal. 

Mis victorias están en no ser la misma que ayer, aprender del sufrimiento es una nueva vía que se me ha enseñado, es como abrir los ojos a un plan c. No todo podrá ser dicha pero tampoco tormenta, es decir, tengo mi fe puesta en las pequeñas cosas. De ahora en adelante deseo dejar atrás el romance de la angustia, ya nunca más quiero aullarle a la luna. Prefiero llorar, prefiero gritar y quejarme por tonterías, prefiero escribir sin vergüenza. No quiero ser la víctima de nadie, no quiero desquitar mi mala suerte con otro ser humano.

Mis palabras son mi armadura, porque sé que el dolor no se va a terminar, pero tengo todavía quien me quiera, y sobre todo me tengo a mí... con las altas y bajas que esto conlleve. Creo que estoy aprendiendo a perdonarme y a entender que el pasado no se puede cambiar, que mientras pueda respirar puedo forjar el futuro. Paso a paso, sin correr, aún disfrutando de mis próximas equivocaciones.

Mamá, papá; te amo. Mis huesos se irán curando, mi cerebro será tratado. No me apena saber que estoy enferma, porque sé que tengo la cura cerca de mí. Es cuestión de fe, de tiempo y de música, mucha música. 

https://www.youtube.com/watch?v=lmtFV9aVX_g

viernes, 1 de enero de 2021

A la luz del texto me siento segura

Papá, a la luz del texto me siento segura, sé que no lo escribo para que lo leas. No sé qué palabras tengo que usar contigo para que me escuches. Sólo pido unos minutos de atención para hablarte de mis heridas. Estoy enferma y no me canso de repetirlo, ¿Cómo te digo que quiero morirme sin que te molestes? Me muero poco a poco y quisiera cortarlo de raíz. No es una fase.

No fui una niña feliz, no puedo engañarme ni engañarte, fui una niña que desde pequeña fue criticada por ser diferente, no había segundo en que no se me recordara que era terriblemente fea, que mi cuerpo era inaceptable, que necesitaba cambiar. Y yo sólo quería que me dijeras que me amabas tal cual era, estando tal y como estaba. Papá, mi niñez no ha sido más que sangre, desprecios y dolor. Quería que lo supieras.

Te pido con el alma abierta de par en par que me regreses al barco porque me estoy ahogando. Siento que ya no tengo cura, que mi vida siempre será el eterno odio que tengo hacia mí. Porque aunque no lo quieras escuchar, papá, yo me odio. ¿Cómo llego hacia ti? Indícame el camino, señala la forma adecuada para dirigirse hacia ti. Estoy rota y necesito que recojan mis pedazos. No puedo olvidar el pasado. Siento que el pecho me va a explotar y no sé dónde está Dios, quiero que el dolor termine.

Papá, ayúdame.